Michael Barajas | AP 11/11/2009
Israel exhibió el miércoles por primera vez una colección de monedas poco habituales, carbonizadas o quemadas parcialmente tras la destrucción del Templo Judío por las tropas romanas hace casi 2.000 años.
Se encontraron aproximadamente 70 monedas en una excavación al pie de un importante sitio sagrado de Jerusalén. Las monedas permiten asomarse de una manera poco frecuente al periodo de la revuelta judía que al final condujo a la destrucción del Segundo Templo Judío, en 70 d.C., afirmó el curador de la exhibición, Hava Katz.
Los judíos se rebelaron contra el Imperio Romano y se apoderaron de Jerusalén en 66 d.C. Después de sitiar Jerusalén, los romanos lograron penetrar las murallas de la ciudad y eliminaron a los rebeldes, demoliendo el Templo Judío, entonces el sitio más sagrado del judaísmo.
Las monedas son exhibidas dentro de una caja de vidrio, algunas fundidas en pedazos irreconocibles de bronce carbonizado por las llamas que destruyeron al templo.
«Esto nos muestra realmente el impacto de la destrucción de Jerusalén en el siglo primero», afirmó Gabriela Bijovsky, experta en monedas antiguas de la Autoridad de Antigüedades de Israel. «Son un ejemplo muy vívido y drástico de esa destrucción», agregó.
«Las monedas más importantes que tenemos son de aquellos últimos cuatro o cinco años de la rebelión contra el ejército romano y una de las monedas que encontramos en realidad fue acuñada muy cerca de la destrucción del Segundo Templo», añadió.
Las monedas fueron excavadas de una calle antigua debajo del Monte del Templo, dijeron los expertos. Los arqueólogos tuvieron que remover escombros y quitar las rocas arrojadas desde el Monte del Templo durante la incursión romana antes de que ellos hallaran el viejo camino y el conjunto de monedas.
En la actualidad el complejo de la mezquita Al Aksa está encima de las ruinas de los templos. Los musulmanes se refieren al sitio como el Noble Santuario y lo consideran sagrado porque creen que desde allí el profeta Mahoma ascendió al cielo. Los reclamos contrapuestos hacen del sitio uno de los asuntos más explosivos en el conflicto israelí-palestino.