Denia (Alicante) | Terra Actualidad – VMT www.terra.es 21/04/2007

Que los romanos no eran tontos lo prueba la hegemonía que mantuvieron sobre medio mundo conocido durante su época de esplendor. Y también lo prueba los enclaves que escogieron para ubicar sus asentamientos urbanos. El último vestigio que se ha encontrado para refrendar su «buen gusto» es una villa romana que ha aparecido en la playa de la punta de L’Estanyó de Dénia, donde antes se encontraba el camping de Les Marines.

Denia (Alicante) | Terra Actualidad – VMT www.terra.es 21/04/2007

Que los romanos no eran tontos lo prueba la hegemonía que mantuvieron sobre medio mundo conocido durante su época de esplendor. Y también lo prueba los enclaves que escogieron para ubicar sus asentamientos urbanos. El último vestigio que se ha encontrado para refrendar su «buen gusto» es una villa romana que ha aparecido en la playa de la punta de L’Estanyó de Dénia, donde antes se encontraba el camping de Les Marines.

El Servicio Municipal de Arqueología del Ayuntamiento de Dénia ha documentado 300 metros cuadrados de lo que pudo ser una antigua villa romana, con tratamientos termales que en principio pudo utilizarse como almacén de productos agrícolas y luego para la producción de aceite y vino.

La estructura urbana que ha salido a la luz sólo es una pequeña parte del complejo doméstico y agrícola, ya que el resto, según supone el arqueólogo municipal, Josep A. Gisbert, se encuentra bajo las dunas de arena.

Teniendo en cuenta la regresión marina, pueden hallarse restos «incluso bajo el agua» por eso las excavaciones se prolongarán un mes mas para intentar averiguar «si podemos hablar de una Atlántida de Dénia, parte de un antiguo enclave romano sumergido bajo el mar».

Los elementos y datos que le llevan a esta conclusión son la aparición hace 15 años de un barco romano que naufragó frente a l’Estanyó, cuando transportaba tejas para hacer infraestructuras termales o la existencia de la fábrica de ánforas de L’Almadrava, cerca de la zona, y el amplio vial que ha aparecido junto a los restos de la villa.

La directora de las excavaciones, Silvia Ruiz, ha destacado la «árdua tarea» que ha representado diferenciar las fases de ocupación de los restos de edificios hallados en la zona. De hecho, aparecen dos inmuebles divididos por un vial «de casi diez metros de ancho» sin compartimentos, de lo que se deduce que era un almacén para exportar o acumular productos agrícolas, con cobertizos y sombrajes, posiblemente del siglo I después de Cristo.

Posteriormente se detecta una nueva edificación que unió los dos edificios anteriores sobre el vial que los separaba, con introducción de cisternas y sistemas de decantación de líquidos para producir aceite.

Este edificio puede datarse en el siglo II después de Cristo y se abandonó en el siglo IV de forma definitiva. Según explicó el arqueólogo municipal, Josep A. Gisbert, en la zona pudo haber una villa romana con termas que antes o después se destinó a uso industrial.