Burgos | EFE 10/07/2008

Los trabajos de excavación en la antigua ciudad romana de Clunia, situada en Peñalba de Castro (Burgos), han puesto al descubierto una ‘necrópolis’ con una veintena de cuerpos en su mayor parte ‘mutilados’.

Según ha explicado hoy Francesc Tusset, director de las excavaciones, este hallazgo se ha producido después de proceder a la retirada de una gran acumulación de tierra en la parte trasera del antiguo teatro romano.

Tusset ha señalado, en rueda de prensa, que se abre a partir de ahora un periodo de investigación para conocer las causas de las mutilaciones que presentan los cuerpos, que no tienen que obedecer necesariamente a acciones deliberadas de maltrato o tortura, sino que pueden ser posteriores a los enterramientos y accidentales por acciones involuntarias del hombre. Según este experto, se trata de una necrópolis del siglo IV o V, posiblemente perteneciente a una civilización cristiana, por su proximidad a una ermita.

Las excavaciones de este año inciden en la zona del ‘postescenio’, un espacio situado detrás de la escena del teatro, y el objetivo es liberar este espacio para su uso en representaciones teatrales y musicales.

Según Miguel Angel de la Iglesia, arquitecto codirector de las excavaciones, aunque las ruinas están muy saqueadas, las investigaciones han puesto de manifiesto la técnica constructiva empleada en el teatro, el mayor de la Península Ibérica, con un aforo cercano a las 10.000 personas y con unas dimensiones en la zona de la escena de 51 metros de largo y 11 de fondo.

El teatro romano fue construido a principios del siglo I y en el siglo III se encontraba en desuso y estado ruinoso, época en la que comenzó el saqueo de sus elementos arquitectónicos, que continuó hasta el siglo XX.

Las excavaciones que inició en 1958 el arqueólogo Pedro de Palol dieron como resultado el descubrimiento de una de las ciudades más importantes de la vieja Hispania Romana, en la comarca de la Ribera del Duero, al unos 80 kilómetros al sur de la capital burgalesa, con una extensión de 130 hectáreas.

Esta urbe, que según los expertos jugó un papel muy importante en la administración de la Meseta castellana, se creía que fue fundada por el emperador Tiberio, sucesor de Augusto, aunque todo indica que su fundación pudo ser algo anterior.