Los investigadores del Parque Arqueológico de la ciudad romana identifican una sorprendente imagen de lo que «podría ser un antepasado lejano» del famoso plato napolitano.
David Barreira www.elespanol.com 27/06/2023
Las excavaciones en la Regio IX de Pompeya siguen sacando a la luz hallazgos increíbles. Los arqueólogos que investigan la antigua ciudad romana arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. han descubierto en una de las casas un espectacular bodegón del siglo I pintado al fresco que incluye lo que se ha interpretado como lo que podría ser un antepasado de uno de los platos más famosos de Italia, la pizza.
En una nota de prensa, los investigadores del Parque Arqueológico de Pompeya han reconocido que no se puede decir que se trate de una pizza, elevada a Patrimonio de la Humanidad en 2017 como «arte tradicional del pizzero napolitano», porque faltan ingredientes como el tomate o la mozzarella. Pero lo que se representa en el fresco es un tipo de pan plano y circular al estilo de una focaccia con algunos elementos encima como frutas, identificables como una granada y quizás un dátil, y sazonado con especias o con una suerte de pesto —moretum en latín, porque sus ingredientes (hierbas aromáticas, ajo y aceite) se mezclaban en un mortero—, indicado por puntos de color amarillento y ocre. Los alimentos, acompañados por una copa de vino, se encuentran colocados sobre una copa de plata.
Este tipo de imágenes que se pintaban sobre los paredes recibían en la Antigüedad el nombre de xenia, una tradición helenística de hospitalidad (siglos III-I a.C.) por la que se ofrecían obsequios a los invitados. «En Pompeya se conservan unas trescientas representaciones de este tipo de bodegones que reafirmaban la hospitalidad del dominus a través de la pintura de las paredes de su casa», ha explicado el arqueólogo Néstor F. Marqués, experto en la Antigua Roma, en sus redes sociales. «Era fundamental para los romanos resultar acogedores en ese sentido. Era una virtud casi sagrada».
«Esta [xenia] es particular porque lo que vemos se supone que es una especie de pan plano de sacrificio», ha valorado Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya. «Una ofrenda con una ofrenda encima. Es tal vez un condimento de especias. También hay granadas, dátiles y otros alimentos delante tal vez nueces. Una guirnalda de madroños, pues, una imagen que por supuesto al observador moderno le trae inmediatamente a la mente una pizza, sobre todo en tierra napolitana. Obviamente este no es el caso, pero podría ser un antepasado lejano de este alimento«.
Los responsables del yacimiento han detallado que este fresco, que ya ha sido consolidado para garantizar su conservación y se ha identificado en una casa que fue parcialmente excavada hace más de un siglo y que estaba al lado de una panadería, destaca por su «notable calidad de ejecución».
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«Además de la identificación precisa de los alimentos representados, encontramos en este fresco algunos temas de la tradición helenística, elaborados posteriormente por autores de la época romano-imperial como Virgilio, Marcial y Filóstrato«, ha añadido Zuchtriegel. «Pienso en el contraste entre una comida frugal y sencilla, que remite a un ámbito entre lo bucólico y lo sagrado, por un lado, y el lujo de las bandejas de plata y el refinamiento de las representaciones artísticas y literaria».
Las excavaciones en la Insula 10 de la Regio IX de Pompeya, un área de más de 3.000 metros cuadrados ubicada en el corazón de la ciudad romana, se reanudaron el pasado mes de enero y se enmarcan en un proyecto de conservación más amplio para evitar desprendimientos de tierra y resolver problemas hidrogeológicos. En este barrio central de Pompeya se han descubierto la Casa de Obellio Firmo, una de las más grandes y complejas del yacimiento, o las termas centrales de la ciudad, que abarcaba toda una manzana y estaba en construcción en el momento en que el Vesubio engulló la vida de la urbe romana.
Los actuales trabajos arqueológicos en esta zona han recuperado en los últimos meses los cuerpos de cinco víctimas del Vesubio: dos hombres de unos 55 años que aparecieron bajo unos muros derrumbados en la casa de los Amantes Castos como resultado de un terremoto que acompañó a la erupción; y dos mujeres adultas y un niño de 3-4 años que en busca de refugio hallaron su tumba en una panadería.
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