Lugo | EFE 06/10/2007
El munumento chino también está hermanado con las cataratas de Yguazú, con los Fiordos de Noruega y con las pirámides de Egipto.
La muralla romana de Lugo y la gran muralla china quedaron hermanadas este sábado en el transcurso de un acto institucional que se celebró a pie de la fortificación luguesa, donde tres grandes paños rojos, el color de la bienvenida en China, han simbolizado la unión de ambos monumentos.
Con anterioridad, en la sede del Ayuntamiento lucense se consolidó otro hermanamiento entre las ciudades de Lugo y Quinhuandao, donde tiene su origen el primer tramo importante de la gran muralla china, que, al igual que la fortificación lucense, gozan de la distinción de monumentos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Se trata del cuarto hermanamiento de la gran muralla china en toda su historia, pues antes ya lo había hecho con las cataratas de Yguazú, con los Fiordos de Noruega y con las pirámides de Egipto.
Especialmente entrañable resultó el acto ante la fortificación pétrea de Lugo donde, al margen de las autoridades, se dieron cita varios empresarios de origen chino que tienen sus negocios en Lugo y unos 30 niños de esa nacionalidad adoptados por familias lucenses. La presencia de los niños la promovió la asociación de padres adoptados, quienes se esfuerzan en que compatibilicen el español e idiomas extranjeros que se imparten en la enseñanza española con el conocimiento del chino. Parte de ellos lucían trajes típicos de China y el resto paseaban por la zona con atuendo tradicional gallego.
Precisamente cuatro de estos niños adoptados se dirigieron en su idioma natal al embajador de China en España, Qui Xiaoqui, cuando le hicieron entrega de un pergamino.
El alcalde de Lugo, Xosé Clemente López Orozco, por su parte, dio las gracias al embajador «por haber aceptado que una pequeña muralla sea hermanada con la gran muralla china». Bajo el argumento de que el tamaño «no importa», Qui Xiaoqui dijo que el acto de hermanamiento es «muy importante» para los dos países y recordó que se trata de dos murallas que nacieron como fortificaciones defensivas y que tienen otros lazos de unión, como representar a «culturas ancestrales».