Pilar R. Veiga | Madrid | EFE 02/10/2007

Traducida ya a diez lenguas, aunque todavía no al italiano, la biografía «César» ha sido presentada en España por su autor, Adrian Goldsworthy, quien ha querido unir, por primera vez, la figura militar y política de un líder que «también fue un hombre feliz».

Editada por la editorial La Esfera de los Libros, que la define como la biografía definitiva, «César» sale a la luz después de tres años de trabajo del escritor e historiador inglés, quien se ha sentido atraído por el emperador romano desde sus «tiempos de estudiante».

El ejército romano fue el tema del doctorado de Goldsworthy y, para ello, utilizó como fuente a César, cuya vida ha escrito ahora en una obra de casi 800 páginas dentro del propio contexto que el emperador vivió, incluyendo fotos a color, mapas y unas útiles cronología y glosario.

Adrian Goldsworthy cree que los libros sobre César son importantes porque «todo el mundo ha oído hablar de su nombre pero poca gente sabe cosas de él».

Julio César «como soldado destacaba por la rapidez de sus movimientos, su facilidad para adaptarse a todas las circunstancias y su seguridad de conseguir el triunfo», y como político «tenía un carisma abrumador», explica el autor. Pero para Goldsworthy, la ambición y el talento de César no le impidieron «ser un hombre feliz, que podía relajarse para cenar con un amigo».

Respecto a su infancia, el autor destaca que con sólo 12 años, César ve cómo su ciudad, Roma, es atacada y conoce de cerca toda el horror de una guerra. Para el niño que se convirtió en emperador sería normal la violencia tanto en la guerra como en la política.

Aunque sabía que el rival te puede matar en cualquier momento, Adrian Goldsworthy subraya que su propio asesinato «no lo esperaba» pues César pensaba que, a pesar de ser un dictador, «la gente tenía el sentido común de pensar que era una persona necesaria».

Sin embargo, César fue acuchillado brutalmente por varios senadores -entre ellos, Brutus y Casio-, y el escritor destaca que éstos se sorprendieron «del sentimiento que mostró mucha gente por su muerte, incluso los judíos de entonces». «César tenía mucho encanto para las masas, pero poco para la cima», añade.

La fama de este emperador se ha agigantado en el tiempo, según Goldsworthy, porque «sus conspiradores también murieron y perdieron la guerra civil» y «porque todos los emperadores tomaron como apellido su nombre, y César se convierte el símbolo del mayor poder».

El hombre que conquistó la Galia, invadió Germania y desembarcó en Britania, tuvo tiempo para el amor. Según Goldsworthy, aunque tuvo tres esposas y muchas amantes, César sólo estuvo enamorado de dos mujeres, la madre de Brutus y Cleopatra.

A la reina de Egipto la conoce cuando tiene 50 años y ella sólo 21, pero su atractivo físico, su inteligencia y su ambición la hacen irresistible para el emperador romano. El escritor cree verdadera la historia de que Cleopatra tuvo un hijo de César, pues, aunque sólo tuvo una hija legítima -Julia-, sí pudo tener más hijos fuera de sus matrimonios.

El biógrafo de César considera que a lo largo de la historia ha habido muchos políticos que le han tenido como personaje a imitar, pero sorprendentemente, «más líderes de fuera de Roma que de su propia ciudad», como Napoleón César «podría ser un personaje a estudiar en las escuelas de negocios, especialmente por sus éxitos», pero Adrian Goldsworthy cree que pocas personas pueden embaucar como César porque «su talento era muy instintivo y, lo tienes, o no». EFE

ENLACES:
· «Julio César fue el mejor tirano posible», por Angel Vivas
· Presentación en Madrid de «César», de Adrian Goldsworthy
· Retrato íntimo de Julio César (El Mundo)
· Crítica de César Vidal en La Linterna (MP3)
· «Para que haya un César necesitamos tiempos difíciles» (Periodista Digital)