Silvia Marimon / Granollers www.elpais.es 17/11/2005
La escultura presenta un estado de conservación casi perfecto.
Una cabeza del dios romano con más fuerza vital, Baco, la antítesis de la razón y el orden que representaba el bello Apolo, ha sido hallada cerca de la plaza de l’Església de Granollers (Barcelona). La escultura tiene más de 1.800 años, pero su estado de conservación es casi perfecto. No hay duda alguna de la identificación: el cabello ensortijado, la corona de parra y un grano de uva en un lado de la cabeza proporcionan las pistas.
La cabeza de joven, de 15 por 10 centímetros, contiene otro elemento que la asocia directamente con el vino: un ligero rubor en la punta de la nariz y unos labios entreabiertos y rojos. No se trata, por supuesto, de policromía, sino de una veta rojiza de la piedra que aprovechó el artista. Se distinguen aún los orificios de la nariz, los párpados y los lacrimales.
Baco no era tan sólo una deidad relacionada con el vino, la fiesta, las orgías y el desenfreno. Protector del teatro y de la danza, y amante de la paz, era también el dios de la creatividad. A menudo aparece representado junto a toros, serpientes, hiedra y vino, y acompañado de una corte de sátiros, centauros y de los dioses menores de la embriaguez, de abundante cabellera y un priapismo permanente: los silenos.
El hallazgo lo han realizado arqueólogos de la empresa Estrats, SL, que desde el año 1999 realiza las excavaciones en Granollers. Según su responsable, Lluís Vila, el busto de Baco da nuevas pistas sobre cómo era Granollers en época romana. La pieza del siglo II seguramente pertenecía a una mesa, y sus propietarios nadaban en la abundancia. No es "nada usual", según Villa, el material con el que se elaboró. El mármol de Chemtou, una pedrera que aún se explota en Túnez, sólo podían permitírselo unos pocos.
Hay otras tres cabezas similares en Cataluña, una muy cerca, a escasos kilómetros, en la vecina población de Canovellas -"estamos investigando, porque probablemente tengan alguna relación", explica Vila-, y otras dos en Can Fatjó de Rubí y en Tarragona.
Los arqueólogos trabajan con la hipótesis de que Granollers era una ciudad romana. La pieza se ha hallado en la zona sur, dedicada al trabajo agrícola. Probablemente, "si la hemos encontrado es porque fue desechada y ahí es donde la tiraron", asegura el arqueólogo responsable de la excavación. La zona residencial estaría situada al norte de la plaza de l’Església, donde se han encontrado restos de zonas de baño y de habitaciones.