Madrid / EFE 17/11/2005

El ministerio de Cultura ha reconocido el conjunto de la labor como traductor de Rodríguez Adrados.

El helenista Francisco Rodríguez Adrados ganó ayer el Premio Nacional de Traducción por el conjunto de su labor como traductor, mientras que Luisa Fernanda Garrido Ramos obtuvo el Nacional que distingue la mejor obra traducida en 2005 por verter al castellano ‘El kapo’, del serbio Aleksandar Tisma. Ambos premios, concedidos por el Ministerio de Cultura, están dotados con 15.000 euros.

Rodríguez Adrados (Salamanca, 1922), uno de los mayores expertos internacionales en lenguas clásicas, académico de la lengua, y ex-presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, manifestó a Efe, tras conocer la noticia, que le agradaba "mucho" este reconocimiento.

"Me parece muy bien, me agrada, porque, la verdad, me tenían un poco olvidado y llevo más de 50 años dedicándome a traducir del griego, el latín, del sánscrito y de las lenguas de la India. No sé son cosas raras que pasan, aunque quiero decir que yo no me presenté, eh!, porque yo no me presento a nada". recalcó.

Adrados, que tiene publicados más de 30 libros sobre Literatura y Filología Griega antigua, lingüística Indoeuropea y lingüística general, posee numerosos premios y condecoraciones, y ya obtuvo el Premio Nacional de Traducción en 1963, por la realización del Diccionario griego-español.

"Aunque ahora traduzco menos -aclaró el académico-, sigo haciendo cosas. Dirijo la colección Alma Mater, de clásicos griegos, y con gente joven que trabaja mucho. Hacemos nuevas traducciones, porque hay que reconocer que es un lenguaje muy arcaico y hay que estar renovándolo, porque cambian los estilos, y las lenguas están en constante evolución".

El flamante premiado recordó que, además de llevar esta colección, hace poco se reeditaron sus antiguas traducciones de Tucídides y de Esquilo, y que acababa de completar otra traducción sobre Esquilo que inició una alumna y amiga suya. "Desgraciadamente murió y yo la he terminado y saldrá ahora en enero, creo".

Este erudito sigue teniendo miles de cosas entre manos y, además de su trabajo de director de la colección Alma Mater, sigue trabajando en la lexicografía griega, y en su labor como académico de la Lengua y como académico de la Historia.

Todo ello sin perder de vista la actualidad, social, política, cultural y educativa que le lleva a colaborar y escribir artículos y ensayos en la prensa.

Así el próximo mes de enero saldrá a la calle un libro con sus mejores artículos sobre historia y pensamiento. Defensor siempre de la importancia de la calidad de la enseñanza primaria y secundaria, Rodríguez Adrados se mostró algo crítico con la nueva ley de educación que prepara el Gobierno.

"Nos tendríamos que quedar como estábamos, con la LOCE, que no es que hubiera mejorado mucho pero algo sí; sobre todo, con el griego y el latín porque ahora en la nueva ley apenas se menciona. Nos meten en la cosa esa de las opciones y no se menciona la palabra Griego. Creo que no se deberían cambiar las cosas y ponerlo todo patas arriba", concluyó.

Por otra parte, el Premio Nacional a la mejor traducción en 2005 recayó en Luisa Fernanda Garrido Ramos por verter al español el ‘El Kapo’, un libro del escritor serbio Aleksandar Tisma, y editado por El Acantilado.

‘El Kapo’ es un libro que muestra el drama de un superviviente de la Segunda Guerra Mundial, centrado en 1983 en la República de Croacia, que comienza con esta dura sentencia: "Todos los que hemos sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial fuimos cómplices y culpables de los demás".

Luisa Fernanda Garrido Ramos (Madrid, 1959) es profesora de Lenguas y Literaturas Yugoslavas por la Universidad de Zagreb (Croacia) y ha traducido, entre otros autores, a Ivo Andric, Mijenko Jergovic, Zoran Zivkovic y Dzevad Karahsan.

El jurado que falló estos galardones estuvo formado por Valentín García Yebra, Xesus Alonso Montero, Koro Navarro, Joaquím Mallafré, Joaquín Garrigós, Malika Embarés, Luis Alberto de Cuenca, Ana María Moix, Jesús Pardo y Ana María Navales.

También formó parte del Jurado del Premio Nacional a la mejor Obra de un traductor en 2005, el argentino Mario Merlino, ganador de la pasada edición.