Laura Ferrer Arambarri | Ibiza www.diariodeibiza.es 03/11/2011

La profesora de Historia del Arte Fátima Díez Platas habla de la fascinación del arte por el minotauro.

Si hay un mito fascinante en la historia es el minotauro, un ser mitad hombre mitad toro que también ha tenido su reflejo en el arte y la iconografía. De ello habló ayer Díez Platas en Ibiza, en su primera participación en el Curso de Pensamiento y Cultura Clásica organizado por la Obra Social La Caixa.

Díez Platas repasó anoche en Can Ventosa las representaciones del minotauro a través de la historia del arte. Un mito que tiene tanto de truculento como de fascinante y que ha sobrevivido desde la Grecia clásica hasta la Minotauromaquia de Picasso.

—Aborda el mito del minotauro a través de una perspectiva amplia, desde la antigüedad a Picasso.
—Sí, se trata de hacer un recorrido de la historia del minotauro y su representación a lo largo de la historia del arte.

Desde que se crea el mito hasta que uno de los grandes hitos del siglo XX, que es Picasso, lo retoma y lo reinventa.

Se trata de un recorrido cronológico con una proyección de imágenes del minotauro.

—¿Aparece el minotauro a lo largo de toda la historia del arte?
—La imagen es una creación griega. Durante la época medieval se pierde y es en el siglo XVIII cuando se retoma con muchísima fuerza a raíz de los descubrimientos arqueológicos, sobre todo de la cerámica griega. Aparecen imágenes del minotauro cuando la gente apenas se acordaba de que era así. En el siglo XX, gracias a Picasso y algunos pintores surrealistas, vuelve de nuevo.

—El origen del minotauro es, sin duda, una historia truculenta.
—Un catedrático de historia clásica nos decía siempre que la historia del minotauro sí que es un escándalo y no los del Hola! Que la mujer del rey [Pasifae], se enamore de un toro y le faciliten la cuestión construyéndole una vaca falsa para que el toro cumpla es realmente truculento. Lo más divertido es que, encima, este cruce de especies sea fértil, que dé lugar al Minotauro, lo que es genética-ficción. Sí que es una historia peculiar.

—El profesor Antonio Alvar, que también ha ofrecido una conferencia en el curso, comentaba que se llegaron a hacer representaciones reales de ese acto sexual entre toro y mujer utilizando esclavas, con lo que muchas de ellas morían.
—Sí, llegó a ocurrir, aunque en el arte no se representa. Nos ahorraron los momentos fuertes. Pero sí que es, en general, un mito un poco gore porque sí vemos cómo lo matan al minotauro en el arte. Cuando Teseo entra en el laberinto y le da muerte. Es una historia llena de horrores que ha despertado el interés de todas la épocas.

—¿Tiene algo que ver el mito del minotauro y Teseo con la tauromaquia, el enfrentamiento del hombre al toro?
—No tiene que ver con el toreo pero lo curioso es que, al final, el encuentro entre Teseo y el Minotauro parece, a veces, una faena taurina. Teseo aparece en algunas representaciones de la cerámica descabellando al minotauro. A veces parece un sacrificio y otras veces, sí, parece una suerte taurina. Lo que sí que es curioso es que cuando el mito del minotauro se españoliza con Picasso, éste crea una Minotauromaquia. Ahí es donde se encuentra con el mundo del toreo. Me he encontrado con un escultor que hace minotauros vestidos de torero y me envió las imágenes, que son realmente muy originales. Se había dado cuenta de que detrás de este mito está la relación extraña, profunda y arraigada del Mediterráneo con el toro. Desde Creta hasta hoy. Sí que tiene algo de taurino, aunque la fiesta del toro tal y como la conocemos ahora, tiene su origen en el XVIII.

—Pero sí hay una conexión.
—Si jugamos a ser toreros, uno se pone una máscara de toro y parecemos un minotauro. Un hombre que está jugando a ser un toro.

—¿Y esa carretilla con cabeza de toro que se usan los toreros?
—Sí, es mutarse por el toro pero siendo un hombre todavía que esa es, finalmente, la pena del minotauro.

—¿Es la primera vez que da una conferencia en el ciclo?
—Sí y también es la primera vez que vengo a Ibiza. Me ha encantado. Me han paseado por l aisla y he probado comida típica ibicenca, me lo he pasado fenomenal. Si la organización cuenta conmigo estaría encantada de volver.

—Como profesora de universidad en activo ¿cómo está siendo su experiencia respecto a los cambios del plan Bolonia?
—Me he integrado plenamente en el Plan Bolonia pero no estoy muy segura de que sea un acierto. Más bien los profesores y los alumnos lo estamos padeciendo. Creo que la universidad española no estaba preparada para este tipo de cambio. Bolonia está transplantado de un modelo anglosajón y americano que conozco bien porque me formé en Estados Unidos. El problema está en que el universitario español medio no esta muy acostumbrado a seguir un plan de trabajo, de seguimiento y exigencia. Tampoco los profesores españoles estamos acostumbrados a corregir todos los días todo lo que los alumnos nos tendrían que entregar a diario. Es un plan que exige una dedicación completa y diaria por parte del alumno y del profesor. Los problemas económicos de la universidad, concretamente en la mía, han hecho que hayamos tenido que renunciar a algunas clases prácticas de grupos reducidos. Este plan, si no das clase a grupos reducidos, no funciona. No puedes hacer seguimiento del alumno si tienes 95 personas en el aula. Bueno, lo puedes hacer pero mueres en el intento.

—¿Qué tendría que cambiar?
—En estos momentos no hay dinero, ni mentalidad, ni cierta disposición por parte de algunos profesores. A mí me cuesta trabajo, como a todos los demás, pero lo viví durante mi formación y funcionaba. Falta mentalidad. Me temo que, como todos los planes de estudios anteriores, va a durar poco. Me hace recordar un chiste de una persona que llega a la Universidad de Oxford y dice: ´tienen ustedes un césped maravilloso´ y le responden ´llevamos 800 años cultivándolo´. Lo que nos ha faltado en España es que no hemos construido un tradición sólida que funcionase.

FUENTE: http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2011/11/03/mito-minotauro-gore/516997.html