Carles Gosálbez | Tarragona www.diaridetarragona.com 04/03/2010

Están localizadas en la calle La Nau y han aparecido el sistema de calefacción –hipocausto– y pavimentos.

Las obras que se llevan a término en la calle La Nau, para la sustitución de servicios públicos, han aportado un descubrimiento arqueológico excepcional: las primeras termas romanas que se localizan en la Part Alta. La ubicación de las termas en la confluencia de las calles La Nau y Destral convierten el hallazgo en inusual y especialmente valioso desde el punto de vista histórico.

Esta zona de la Part Alta correspondió durante varios siglos a la gran plaza de representación de Tarraco. Las termas se habrían construido cuando este escenario cayó en desuso y la segunda terraza de la ciudad romana empezó a ser ocupada como zona de hábitat. Una primera datación apunta hacia finales del siglo V o inicios del VI.

Los restos que aporta el yacimiento están en buen estado de conservación. A poco más de un metro de profundidad se aprecia el hipocausto –sistema de calefacción–, así como el revestimiento de paredes y el pavimento de opus signinum del suelo –mortero de cal y arena mezcladas con pequeños fragmentos de roca silícea–.

Unos días antes del hallazgo se localizó en el centro de la calle un pavimento idéntico al aparecido en las termas y, adosadas a las fachadas, en dos puntos equidistantes, se observa la impronta de dos bloques de piedra de las mismas características de las paredes de las termas excavadas por los arqueólogos.

‘Deberían dejarlas visibles’
El presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense, Rafael Gabriel , ayer se mostró partidario de dejar visible al menos parte de las termas de la calle La Nau. «Debería estudiarse la manera de incorporarlas a la trama urbana, ya que lo descubierto no es de gran tamaño».

En la actualidad «hay diversos sistemas que permiten proteger restos arqueológicos que hay en las calles, como vidrios capaces de soportar el agua de un acuario de grandes dimensiones», dijo Gabriel, quien comentó que «muy cerca de aquí, en la ciudad de Zaragoza, incorporan al tejido social los pequeños restos que encuentran, dándoles el valor que se merecen». «En Tarragona sabemos del resultado positivo de poner un vidrio sobre unas escaleras romanas que hay en una tienda de la calle Major: es importante poder ver y pisar Tarraco», subrayó.

La localización de las termas en la Part Alta «demuestra que Tarragona es un yacimiento no agotado y que da mucho de sí». «El doctor Aleu se ha referido a unas posibles termas en unas bóvedas que hay entre las calles Santa Anna y Talavera, pero no se estudiaron científicamente y serían de una época indeterminada». Gabriel declaró que no aprueba el sistema arqueológico que se aplica en la calle La Nau y se mostró favorable a «hacer una excavación en extensión, no por tramos, para tener una idea de conjunto de los restos que hay en el subsuelo, puesto que se trata de una oportunidad única».En opinión de Gabriel, Tarragona «debería tomar conciencia de una vez del yacimiento que tenemos en la ciudad y del de la calle La Nau en particular, para que no quede todo en la publicación de un artículo en una revista de interés científico». «El primer principio de la ley de Patrimonio es favorecer su contemplación por el público».