Ángel Calleja | Madrid www.madridiario.es 01/10/2007
«Algunas de estas obras no habían salido ni volverán a salir nunca de Italia». Con esta frase Daniel Virtuoso, funcionario del Centro de Promoción Cultural de Arezzo, destaca el gran privilegio que supone contemplar la muestra ‘Los Etruscos’. El Museo Arqueológico, gracias a una iniciativa del Ministerio de Cultura y a la colaboración de las autoridades italianas, ofrece hasta el 6 de enero 450 piezas que narran el nacimiento, esplendor y ocaso de esta civilización.
Siempre se ha hablado del misterio de la civilización etrusca. ¿Es real ese mito?
La verdad es que el misterio no es tal, o en tal caso sólo lo es en la medida en que la gente no lo ha estudiado tanto como las culturas griega o romana. Lo mismo ocurre con lo que se llama el ‘magnetismo’ de la sonrisa etrusca, que obedece a la forma de trabajar y de las herramientas con que contaban los artistas, y que al marcar las facciones de la cara favorecían que la boca fuese una sonrisa.
¿Qué hace que esta muestra sea inigualable?
No es una exposición itinerante, sino una muestra de un valor histórico y artístico de primer nivel. El 30% de los objetos no habían salido nunca de Italia. Es una oportunidad irrepetible de contemplar, en la exposición más completa que se ha hecho, una civilización muy avanzada a través de un panorama que abarca nueve siglos. Piezas como las ruedas de carro o el tridente son absolutamente únicas, no hay otras iguales. El visitante va a poder contemplar desde los elementos funerarios a objetos de la vida cotidiana de los etruscos.
¿Cúal es la pieza estrella de la muestra?
Posiblemente las dos fíbulas de oro (piezas metálicas a modo de alfiler para sujetar las prendas), que son el mayor ejemplo del refinamiento de su arte. No existe en toda Italia una orfebrería igual, ni siquiera en Egipto. Están talladas a mano por los dos lados con los mismos dibujos, algo que no han conseguido los especialistas de hoy con las técnicas modernas. Por otro lado, el ‘Frontón de Talamone’ no se había mostrado nunca como aquí, imitando la entrada del templo tal y como la habrían contemplado los antiguos etruscos. Además, está la ‘Mater Matuta’, que es para los etruscos lo que la Dama de Elche para la cultura íbera.
Los etruscos eran maestros en la creación de objetos con oro, ¿cuál era su secreto?
Tenían una gran vocación y tradición histórica para trabajar este metal. Utilizaban polvo aúreo y realizaban fantásticas filigranas. El secreto de su conservación no es otro que utilizaban mineral puro, de 24 kilates.
El arte funerario tiene especial importancia en la cultura etrusca.
Sí, porque a diferencia de los egipcios, todos los etruscos eran enterrados en túmulos con sus objetos más preciados, los que demostraban su poder y su categoría, y las tumbas eran coronadas con unos ‘cipos’ a modo de estandartes. Así nos han llegado hasta hoy todos sus objetos.
¿Cómo se trasladan una obras tan delicadas para montar una exposición como esta?
Para piezas de tanto valor y de este tamaño el traslado en avión es un problema, por eso viajan envueltas dentro de cajas de madera forradas y en camiones con sistemas de suspensión especial. Algunas no volverán a salir de Italia para asegurar su estado de conservación y porque pertenecen a las colecciones permanentes de los museos de Siena, Volterra o Florencia, lo mismo que ocurre con obras de artistas como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo Da Vinci.
Contemplar una muestra de esta magnitud en Madrid es producto de la colaboración entre los ministerios de Cultura de España e Italia, ¿qué gran proyecto podrían emprender ahora las dos administraciones?
Una gran exposición sobre la cultura romana. Los museos españoles tienen un gran fondo, ya que los romanos estuvieron aquí. En Sevilla y en este mismo Museo Arqueológico de Madrid se conservan mosaicos y sarcófagos de grandísimo valor, así que una gran muestra de la cultura romana sería una gran colaboración.