Carmen Martín | Antequera www.diariosur.es 28/05/2006
La revisión del PGOU de Antequera contempla obtener el Cerro de Marimacho para incorporarlo al recinto arqueológico de Menga y Viera. Además, la Junta pretende comprar la Carnicería de los Moros.

El futuro del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera no pasa sólo por la prehistoria y los sepulcros de Menga, Viera y El Romeral, sino que también incorporará paulatinamente otros yacimientos de distintas épocas que harán al visitante realizar un viaje cronológico por el pasado de la humanidad deteniéndose en la época romana.

Tal es así, que el magno proyecto de la Consejería de Cultura se verá incrementado sobre el territorio con nuevos terrenos ricos en información arqueológica. El primero en formar parte del recinto dolménico será el cercano Cerro de Marimacho. Según adelantó a SUR el director general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, Jesús Romero, la revisión del PGOU de Antequera que realiza José Seguí Arquitectos Asociados prevé obtener ese suelo y una parcela de olivar colindante mediante gestión urbanística. «Eso significa que a los propietarios de los terrenos se les dará derechos en otras parcelas», explicó Romero, que en su día también fue alcalde de la ciudad de El Torcal. Posteriormente, se entablarían negociaciones con el Ayuntamiento para conseguir ese suelo.

Materiales prehistóricos

Bartolomé Ruiz, que actualmente dirige el conjunto dolménico, explicó en un artículo que publicó en 1977 en la revista ‘Jábega’ junto a Juan Antonio Leiva Rojano que el cerro constituye «por una parte, un jalón en el ámbito del eneolítico de nuestra provincia, y por otra contribuye a aumentar el acervo bibliográfico de la prehistoria malagueña». Fruto de una prospección realizada previamente a la publicación del artículo ‘Materiales arqueológicos del Cerro de Antequera’ salieron a la luz numerosos fragmentos de cerámica y material lítico que se enmarcaban en un contexto cultural del calcolítico o eneolítico y que indicó a los expertos que el cerro era un posible lugar de hábitat que aprovecharía la fértil Vega antequerana para desarrollar su economía durante la segunda mitad del tercer milenio.

Durante mucho tiempo ha habido numerosos expertos que pensaron y teorizaron sobre la posibilidad de que los constructores del sepulcro megalítico de Menga tuviesen su asentamiento en el cercano Cerro de Marimacho, aún virgen a excavaciones profundas. Pero ahora esas hipótesis se convierten en débiles y se tambalean, ya que han aparecido nuevos poblados prehistóricos con las recientes prospecciones, uno de ellos junto al túmulo y otro, de dimensiones muy extensas, en la Vega antequerana. Además de sus restos prehistóricos, Romero apunta que el cerro también alberga material de otras épocas por lo que sería un elemento conformante del recinto dolménico debido a su alto nivel arqueológico.

El Ninfeo romano

Pero el Cerro de Marimacho, situado en el primer kilómetro de la carretera que sale de Antequera hacia Archidona y Granada, muy cerca de los sepulcros megalíticos de Menga y Viera y justamente enfrente de la llamada Carnicería de los Moros, no será el único yacimiento que en el futuro se incorporará al Conjunto Arqueológico de los Dólmenes.
Una vez que el suelo del Cerro de Marimacho haya pasado a ser propiedad de la Junta, la Consejería de Cultura iniciará otras negociaciones, esta vez a dos bandas. Su objetivo será adquirir la mencionada Carnicería de los Moros, que, pese a su nombre, en realidad son los restos de una suntuosa villa romana, situada junto al curso de un río y a unos dos kilómetros de distancia del antiguo ‘municipium’. Para hacerse con este yacimiento, Cultura deberá
entablar negociaciones con el Ayuntamiento de Antequera y con privados, ya que los restos pertenecen a dos propietarios distintos. En la parte municipal, según apunta Jesús Romero, se pueden encontrar mosaicos, mientras que en la parte privada se han localizado un ninfeo y otros mosaicos.

Lo que hoy puede contemplarse a simple vista de esa villa son los restos de unas termas. Según fuentes municipales, «lo que mejor se conserva es la gran piscina de 53 metros en su lado mayor, cuyo muro de contención se decora con quince hornacinas que tienen una altura media de 2,80 metros. Estos nichos son todos de planta rectangular, y se cubren con bóveda de medio cañón, con excepción del situado en el centro, que es de planta semicircular y se cubre con un cuarto de esfera». Las mismas fuentes indican que su construcción es de mortero, aunque puede que originariamente se cubriese todo con otro tipo de material. Su fecha de datación posiblemente sea a comienzos del siglo IV.

Pasadizo subterráneo

Manuel Morales y Manuel Romero, en su ‘Breve historia de Antequera’, apuntan que el conjunto visible del yacimiento romano es parte de un edificio dedicado a las ninfas y conocido como Ninfeo de la Carnicería de los Moros. En los 15 nichos dispuestos en uno de los laterales de la piscina hay «dos orificios que pudieron servir para pasar el agua desde una piscina hasta una fuente», explican los autores del volumen sobre la historia de la ciudad.
Uno de ellos, Manuel Romero, es precisamente arqueólogo de la Oficina Municipal del Ayuntamiento de Antequera y a él se le debe el hallazgo de la tumba de Acilia Plecusa, localizada en el año 1993 bajo las vías del tren de Bobadilla-Granada en unas excavaciones fortuitas.
La tumba se localizó en el interior de un mausoleo familiar. Los sillares y el sarcófago de esta mujer romana que habitó en Singilia Barba están en el recinto dolménico desde hace años. El proyecto que Cultura tiene para esta
tumba es musealizarla cerca del Cerro Marimacho, donde se reconstruiría el mausoleo y el sarcófago y se colocaría una réplica de su lápida, según explicó el director general de Bienes Culturales. Al tratarse de una mujer importante en la época romana, al estar casada con Manio Acilio, se aprovechará la musealización de su tumba para rendir un memorial a la mujer.
Fuentes consultadas por este periódico, afirman que técnicos de la Consejería de Cultura han visto viable que esta tumba y la Carnicería de los Moros queden comunicadas por un pasadizo o túnel que atravesaría la carretera que va desde Antequera a Archidona y que deja a un lado la tumba de Acilia y a otro el yacimiento de la villa romana.

Necrópolis romana

Sin embargo, estos no serán los únicos restos romanos que albergue el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera. Entre la nueva valla que se ha construido para delimitar el recinto y el sepulcro de Viera existe una necrópolis romana, que aunque con bajo interés arqueológico, también sería representativa de los restos romanos que existen en el término municipal de Antequera. Las tumbas también continuarían al otro lado de la carretera, aunque las que estaban bajo el vial fueron destruidas al hacer la zanja para echar el asfalto de la actual carretera.

INCORPORACIONES
Cerro de Marimacho: De propiedad privada, se han encontrado en él restos del eneolítico y de otras épocas de la historia. Fue originariamente un lugar de hábitat que aprovecharía la Vega en la segunda mitad del tercer milenio.
Carnicería de los Moros: Villa romana del siglo IV en la que se conservan restos de una piscina de 53 metros, cuyo muro de contención tiene 15 nichos. Pertenece al Ayuntamiento y a privados.
Tumba de Acilia Plecusa: El mausoleo y el sarcófago de esta esclava liberta se musealizarían junto al Cerro de Marimacho. Estaría comunicada con la Carnicería de los Moros por un túnel.
Necrópolis romana: De bajo interés arqueológico, se situaría entre Viera y el recinto dolménico.