María Paz López www.lavanguardia.es 14/11/2005
Arqueólogos españoles sacan a la luz un foro y una basílica en la ciudad de Tusculum.
Donde antes había prados y bosques, hay ahora a cielo abierto restos de una ciudad romana en la que Cicerón vivió y ejerció su influencia. Un equipo de arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha sacado a la luz, en doce años de excavaciones, un foro y una basílica (edificio donde se impartía justicia y se comerciaba) en la ciudad romana de Tusculum, cerca de la actual Frascati, a 35 kilómetros al sudeste de Roma. "La basílica fue construida en los años en que Cicerón vivió en la ciudad, por lo que en su construcción podría haber una implicación personal del pensador, o de los ambientes políticos ligados a su figura", explica Xavier Dupré, responsable de las excavaciones como vicedirector de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma. Esta institución, fundada en 1910 y dependiente del CSIC, excava desde 1994 en Tusculum, coordinando a arqueólogos de las universidades de Valencia, Tarragona, Sevilla, Madrid, Barcelona, Cáceres y Santiago de Compostela, entre otros, y a especialistas y becarios italianos.
Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.), autor de discursos memorables como las Catilinarias y las Filípicas,y de obras de filosofía política como De res pública y De legibus,vivió entre los años 68 y 43 a. C. en Tusculum, ciudad en la que patricios romanos levantaban sus villas veraniegas de recreo. La localidad, revivida en el periodo medieval como capital de los condes de Tusculum y definitivamente destruida en 1190, tiene su gloria e importancia históricas no sólo por haber contado entre sus residentes con el gran orador y filósofo, sino porque en ella se refugió el último rey etrusco, huido de Roma cuando en el año 509 a. C. se fundó la República Romana. Otro político y escritor romano, Marco Porcio Catón, autor de OrígenesydeDe agricultura,era nativo de Tusculum. Caída en el olvido y cubierta por la vegetación, fue excavada por primera vez en el siglo XIX por Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón, durante la ocupación francesa, y después por la familia real de Saboya.
En 1994, la Escuela Española de Arqueología en Roma propuso a Italia excavar allí, y la Comunidad Montana del Lacio, propietaria de los terrenos, se sumó a la financiación junto al CSIC y al Ministerio de Cultura español. "Antes de 1994 estaban a la vista sólo parte de un teatro, parte del foro y una fuente arcaica – explica el barcelonés Xavier Dupré-, y doce años después, hemos definido toda la plaza del foro y los edificios de alrededor, y hemos fechado las murallas y los templos". "Excavar en el extranjero da a la comunidad científica internacional una imagen de España relevante en este ámbito", destaca. La idea, cuando los trabajos terminen, es crear un parque arqueológico abierto al público; las autoridades italianas se han compormetido a invertir 200.000 euros en la consolidación de los restos, y los visitantes podrán así apreciar una excavación con impronta española.