Alfons Garcia | Valencia www.levante-emv.com 18/04/2009

Las obras en un céntrico palacio sacan a la luz un primitivo pavimento romano decorado con teselas.

La fachada del palacio del Marqués de Caro, en la calle Almirante de Valencia, aparece cubierta por una gran lona -está en proceso de reconversión como hotel de lujo- que resalta que el edificio acumula pasado desde época romana. La excavación arqueológica ha demostrado que no es ninguna exageración publicitaria al sacar a la luz importantes elementos de esa etapa. El que más ha llamado la atención es un pavimento de tierra batida decorado con teselas que forman algunos dibujos y una posible -y sorprendente- inscripción epigráfica (las letras COL, que podrían referirse a colonia).

Según algunos arqueólogos consultados por Levante-EMV, se trataría de una especie de mosaico simple y primitivo, cuya importancia radicaría no en su contenido artístico, sino en su «excepcional valor histórico», al ser el más antiguo de la ciudad. De acuerdo con estas fuentes, el elemento podría datar de la época republicana de la dominación romana. Si se tiene en cuenta que Valencia fue fundada en el 138 a.C., la pieza correspondería a pocas décadas después de ese momento (en torno al siglo I antes de Cristo).

El informe preliminar entregado a la dirección general de Patrimonio Cultural especifica que el elemento contiene «un tema central (un árbol o un jarrón) enmarcado con decoración geométrica, de espigas y una crátera [una vasija] en una esquina y tres posibles letras» (COL). Este documento retrasa algunos años la posible fecha del conjunto y lo data, provisionalmente, en el siglo I d.C.

Fuentes de la Conselleria de Cultura señalaron ayer que el hallazgo es interesante, dada además su cercanía a la muralla islámica, pero plantearon dudas sobre si este pavimento puede alcanzar la consideración de mosaico. En efecto, no forma un tapiz de diversos colores -del tipo de la domus de Terpsicore hallada en el subsuelo de las Corts, que es de época imperial-, pero, según los arqueólogos consultados, sí que entraría en alguna tipología de mosaico.

El misterio de las letras «COL»
El hallazgo ha despertado un buen interés profesional y, según ha sabido este diario, se ha contactado ya con autoridades en arqueología romana, que han relacionado el conjunto con mosaicos pobres de época republicana aparecidos en explotaciones mineras romanas descubiertas en Cartagena.

El elemento epigráfico es especialmente significativo para los expertos, pues las letras COL podrían interpretarse como una abreviatura de la palabra colonia, lo que incidiría en la antigüedad del mosaico, al referirse a los primeros años de Valentia, fundada por el cónsul Junio Bruto como colonia de militares retirados. La proximidad del palacio con el cauce viejo del Turia -está en un callejón al final de la calle Almirante, lindante con el viejo monasterio del Temple (actual Delegación del Gobierno)- también conduce a los arqueólogos a pensar que el hallazgo pueda estar vinculado con una zona portuaria fluvial.

El pavimento ha sido extraído y «está pendiente de restauración y consolidación», informó ayer la conselleria. «En este momento se está estudiando su forma de traslado», agregaron fuentes de este departamento. La propiedad del edificio apostilló a este periódico que la pieza está guardada en una caja.

Además del mosaico de las Corts, en 1949 se descubrió otro en la calle del Reloj Viejo, llamado La medusa, que se expone en el Museu d’Història de València. Como aquel, es de época imperial y posterior al hallado ahora.