Madrid www.heliosteatro.com 04/03/2013

El pasado 17 de febrero se estrenó en Madrid Gorgojo de Plauto, a cargo del veterano grupo HELIOS TEATRO bajo la dirección de Gemma López, filóloga, actriz y directora de escena.

Una vez más HELIOS trabaja en su línea de investigación llevando a cabo un montaje “italianizante” con el uso de máscaras, músicas y bailes del país que vio nacer a Plauto.

Una escenografía colorista y útil para el desarrollo de una trama sencilla apoyan un trabajo rotundo de los actores que han basado toda su interpretación en la gestualidad acorde a los tipos plautinos y para acompañar el uso, siempre difícil, de máscaras.

El resultado: un Plauto diferente, entretenido y dinámico que no tiene que echar mano de la carcajada fácil del público.

ARGUMENTO:
El parásito Gorgojo vive a expensas del joven Fédromo que está muy enamorado de la bella y dulce Planesia, muchacha pura y virginal que fue raptada cuando era niña y ahora es una esclava al servicio del alcahuete Capadocio.

La obra comienza cuando Fédromo y su siervo Palinuro se dirigen de noche a casa de su amada, encerrada por el alcahuete. Después de haber ofrecido abundantes libaciones a Leena, vieja guardiana de la chica, y haber suplicado a los cerrojos de la puerta para que se abrieran y dejaran salir a Planesia, tiene con ella un dulce diálogo de amor, turbado sólo por las intromisiones de Palinuro, que no se conmueve y sólo piensa en irse a dormir.

Fédromo quiere liberar a Planesia por todos los medios y, para hacerlo, se ha comprometido a pagar al alcahuete el precio de su libertad. Capadocio está enfermo y hace la sacra cubatio, es decir el mágico y sagrado reposo terapéutico en el templo de Esculapio. El alcahuete sale del templo con muchos dolores todavía para contarle a Palinuro un sueño premonitorio de desgracias que acaba de tener.

A la carrera y a voz en grito llega de su misión en Caria Gorgojo, deseoso de comunicar las buenas noticias que trae. Encuentra a Fédromo y tras manifestarle su necesidad de saciar su hambre atrasada, le confiesa que ha encontrado en su viaje al soldado Terapontígono, el cual había comprado a Planesia y había depositado la suma del dinero en manos del banquero Licón; éste recogerá a la muchacha cuando se le presente una carta franqueada con el sello de un anillo.

Aprovechándose del sueño del soldado durante una partida de dados, Gorgojo le roba el anillo. Ahora solamente deberá escribir la carta y sellarla, después presentársela al banquero, fingiéndose mensajero del soldado. Licón se traga el anzuelo.

En compañía de Licón, Gorgojo va a casa del alcahuete, quien le entrega a la muchacha, ignorante de quién será su dueño. Pero es el propio Terapontígono quien entra hora en escena. Irritado cuando se da cuenta del engaño, amenaza primero al banquero Licón y después a Capadocio. Cuando finalmente los enamorados se chocan con el soldado, se descubre a través del anillo, que el soldado es el hermano de Planesia, lo cual supone que la muchacha es libre y podrá casarse con Fédromo.

Las nupcias correrán a cargo de Capadocio, que deberá devolver el dinero que le encomendó el soldado.

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