M. V. www.elperiodico.com 25/04/2008

La línea férrea de la costa ya no será una barrera entre la ciudad de Tarragona y el mar. El alcalde Josep Félix Ballesteros (PSC); el conseller de Política Territorial i Obres Públiques, Joaquim Nadal, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, firmaron ayer en Madrid un protocolo por el que el Gobierno central se compromete a soterrar el ferrocarril que circula por la ciudad en un trazado que las tres administraciones fijarán de común acuerdo.

Ballesteros consideró la firma del acuerdo «un momento histórico» para la localidad y se vanaglorió de haber sido capaz de «lograr en 10 meses» lo que el municipio había venido reivindicando desde hacía seis años. «Recuperaremos la mirada al mar y la conexión de la playa con el anfiteatro romano», resumió.

Adios a Bofill
Cuando Ballesteros accedió a la alcaldía se encontró sobre la mesa con un proyecto elaborado por el arquitecto Ricardo Bofill que preveía soterrar la línea por su actual trazado. Fomento lo rechazaba por la complejidad de un subsuelo muy parecido al de los socavones del AVE en Bellvitge. La rectificación llegó a través del plan territorial del Camp de Tarragona, que desplazó el futuro de la línea férrea y la estación al interior de la ciudad.

El nuevo trazado tampoco estará exento de dificultades. En una parte del subsuelo del casco urbano se encuentra un lago subterráneo y en otra zona hay abundancia de restos romanos. Estos serán los escollos que deberá salvar el estudio informativo del trazado que se encargará de llevar a cabo Fomento con la participación de una comisión de seguimiento integrada por las dos administraciones catalanas.

Pero no todo acabó en la ciudad de Tarragona. El alcalde de Sitges, Jordi Baijet, también se llevó de Madrid un tercer protocolo por el que Fomento se compromete a integrar la línea férrea de la costa a su paso por dicha población. En este caso, el compromiso no detalla la fórmula que se adoptará para la integración. Aunque Sitges reclamaba también el soterramiento, lo más probable es que se opte por una solución mixta, es decir, «una parte de la línea irá bajo tierra y otra encajonada», según indicó el alcalde, aunque la decisión se tomará a la vista del estudio encargadco ayer.

Paseo urbano
Quede como quede la fórmula de integración, la liberación de terrenos ferroviarios dejará a la ciudad 90.000 metros cuadrados que se destinarán a paseo urbano y permitirán que Sitges siga siendo «un destino turístico internacional», según dijo su satisfecho alcalde.