Tarragona | EFE 17/11/2011
El entorno del Pont del Diable, el acueducto romano de Tarragona, de 2000 años de antigüedad, ha recuperado el jardín romántico que idearon sus propietarios, los hermanos Puig i Valls, gracias a una inversión municipal de 197.000 euros, según la portavoz del ayuntamiento, Begoña Floria.
La empresa valenciana Centrevert se ha encargado de reconstruir el jardín original de los hermanos Mariano y Rafael Puig i Valls, fundadores del Día Mundial de los Árboles, en un proyecto dirigido por el jefe del Área de Parques y Jardines de Tarragona, Francisco Domínguez.
El proyecto, que ha contado con financiación de los fondos Feder de la Unión Europea, se ha pensado, según Floria, «para que llegue a ser un parque abierto en la ciudad, no solo un espacio de visita del Pont del Diable, sino que la ciudadanía pueda disfrutar de un espacio de ocio y paseo».
Domínguez ha explicado por su parte que, con una superficie total de 3,2 hectáreas, se ha partido de planos aéreos de los años 40 y 50 del siglo pasado para recrear el proyecto original, por lo que se han acondicionado los caminos, se han consolidado las piezas arquitectónicas y se han respetado las piedras antiguas.
«Se trata de entrar en un jardín, encontrarte sorpresas arquitectónicas y escultóricas y, al final, hallar una gran sorpresa: un acueducto romano de 2000 años de antigüedad», ha comentado el jefe de Área de Parques y Jardines,
También ha precisado que se han restaurado elementos escultóricos los cuales, según Floria, están «inspirados en la Guerra del Francés», y se ha creado una zona de pícnic con todos los servicios necesarios.
La elaboración del proyecto, ha señalado la portavoz del Ayuntamiento, ha durado poco más de un año por las cambiantes condiciones meteorológicas -primero sequía, luego lluvias torrenciales-, y cuenta con tres propuestas de itinerario para recorrer caminando o en bicicleta la finca, de 5,2, 4,5 y 2,3 kilómetros, respectivamente, hasta el Mas dels Arcs.
Lo último en llevarse a cabo han sido las plantaciones, donde se han introducido especies de todo el Mediterráneo para recrear los jardines ingleses del siglo XIX y de esta manera «casi no se note la intervención humana y se diluya la frontera entre el jardín y el bosque natural», ha subrayado Domínguez.
En el espacio se han plantado hasta 12.000 ejemplares, entre ellos 200 de árboles diversos como cipreses, granadas, encinas, 5.000 tapizados -hiedra- y 6.000 arbustos. EFE
FUENTE: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1004268