Irene Gómez | Torrefrades (Zamora) 26/11/2008

Utilizan estelas romanas y restos arqueológicos para la reconstrucción de la Casa de Viriato, en Torrefrades, que se utilizará como centro social.

Un montón de piedras, sin aparente importancia, se acumulan en los alrededores de la remodelada Casa de Viriato, en Torrefrades. El legandario inmueble, sobre cuyo asentamiento se data el nacimiento del héroe lusitano, acaba de ser rehabilitado dentro de un proyecto de recuperación de la arquitectura popular en el que se han invertido 59.496 euros. Las piedras y restos de valor histórico y patrimonial que formaban parte de la antigua construcción han tenido destinos bien diferentes. Unas se han reutilizado, otras han sido víctima del expolio y algunas más permanecen amontonadas sin control alguno. El aparente descontrol ha sido objeto de alguna denuncia por la falta de consideración hacia un legado de estimable valor arqueológico y patrimonial.

Los restos del antiguo inmueble permanecen amontonados y se han eliminado las pinturas murales del interior. La obra ha modificado la imagen de un edificio rescatado del olvido para reconvertirlo en centro social y de otros usos municipales, tal y como venían demandando los vecinos. Pero si algo ha llamado la atención de quienes lo han visto, es la utilización del elementos históricos como material para efectuar la reconstrucción de la Casa de Viriato. Estelas romanas, inscripciones de cruces, piedras labradas, discos solares o aras romanas han sido reutilizadas para levantar las paredes del nuevo edificio. De tal forma que ciertos restos de la antigua edificación aparecen intercalados entre las piedras como decoración ornamental en los cuatro muros que forman la llamada Casa de Viriato, antaño utilizada como Casa de Procuradores, escuela o, posteriormente, almacén de la documentación del desaparecido Ayuntamiento, antes de su anexión a Bermillo en la década de los sesenta.

La intervención realizada en el emblemático edificio, tampoco ha dejado rastro de las pinturas murales que ornamentaban el interior, representando cortinajes, borlas, ángeles o figuras geométricas. Entre los escombros se ha podido observar algún resto de esas pinturas, completamente desaparecidas con la reconstrucción de las paredes en ladrillo, modificando la imagen de las estancias de la casa que lleva el nombre del pastor lusitano que hizo frente al poder romano. Cuenta la leyenda que cerca del llamado Teso de Bárate, Viriato venció a uno de los cónsules romanos, magnificando la figura de uno de los personajes que han marcado la historia de Zamora.