Carlos Mtnez. Aguirre http://erasmusreloaded.blogspot
Resumen de las metodologías didácticas de las lenguas clásicas
1. MÉTODO GRAMÁTICA-TRADUCCIÓN (Tradicional)
Es el método con el que hemos aprendido todos los filólogos clásicos. Se empieza directamente con el estudio pormenorizado de la gramática, la explicación de su casuística, y a continuación se realizan ejercicios de traducción sobre los puntos de gramática estudiados.
El método de gramática-traducción (a veces erróneamente llamado tradicional) tiene su origen en la época de la Ilustración. Con anterioridad, los humanistas como Erasmo, Comenio y Vives enseñaban el latín mediante la repetición y práctica de pequeños Colloquia elaborados por ellos mismos.
El método de gramática-traducción, por el contrario, se centra en el estudio científico y filológico de la lengua.
Virtudes del método: El alumno alcanza una gran competencia en aspectos gramaticales que le serán de gran ayuda si se dedica a estudios filológicos. Se analizan y estudian las distintas categorías morfosintácticas e incluso fonéticas con notable solvencia. Otra virtud de este método es que trabaja (al menos los mejores manuales del mismo así lo hacen, como es el caso de la Nueva Gramática Latina de Rubio o las Antologías Griegas de Adrados) exclusivamente y desde el principio con textos originales, lo cual evita presentar ejemplos erróneos, algo muy probable y frecuente cuando se producen textos «artificiales» en una lengua clásica (y de la que por tanto no somos hablantes nativos).
Problemas del método: el alumno desvincula la lengua real de la gramática. El aprendizaje de la misma es pasivo e ineficaz para alcanzar competencias activas orales y escritas y, lo que es más grave, comprensivas. El aprendizaje de léxico es muy costoso y, con frecuencia, mínimo.
Todos sabemos cómo licenciados e incluso profesores en activo de latín y griego, incluso los más aplicados y constantes, son literalmente incapaces de leer con comodidad textos clásicos de dificultad mediana (quien haya asistido como miembro de un tribunal de oposición a las lecturas de las «traducciones sin diccionario» sabe bien de qué hablo), viéndose obligados a acudir continuamente al diccionario o a hacer conjeturas sobre formas de las que no están seguros. Desde el punto de vista del aprendizaje de las lenguas este método está totalmente desterrado de la didáctica de las lenguas modernas, y ha sido superado gracias a las teorías de la lingüística cartesiana y cognitiva. Cualquier estudiante de alemán (por citar una lengua bastante más difícil para un español que el latín) alcanza una competencia en este idioma en dos años de Escuela Oficial de Idiomas muy superior a la de la mayoría de nuestros licenciados de Clásicas.
Conclusión: El método de gramática-traducción parece más bien indicado para un estadio avanzado del aprendizaje. El alumno con vocación que domine la lengua de forma activa y fluida, encontrará apasionante entrar en pormenores filológicos. Insistir, sin embargo, en aplicar el método de gramática-traducción en los primeros niveles, parece que da unos resultados paupérrimos en la mayoría de los alumnos, condenándolos a la frustración y al fracaso en el verdadero dominio de las lenguas clásicas.
2. MÉTODO DE INMERSIÓN REPETITIVA (también conocido como Método natural o Reading Method)
Introducción: Los primeros tanteos hacia una renovación de la didáctica de las lenguas (modernas) partían de la psicología cognitiva. Se pretendía que el estudiante debía aprender la lengua de forma «natural», es decir, de la misma forma que el bebé aprende su lengua materna: oyendo (sin entender), repitiendo, y después relacionando. Este enfoque revolucionó enormemente la enseñanza de lenguas extranjeras, aunque esta es una revolución que hoy ha quedado superada. A este tipo de métodos se les llamó «naturales» o, más propiamente métodos de inmersión repetitiva.
Virtudes y problemas: Indudablemente el nuevo enfoque tuvo resultados mejores que los del método de gramática-traducción, aunque pronto se vio que era insuficiente. Los mismos psicólogos reconocían que el cerebro del niño está configurado de una forma especial que le hace especialmente capaz para el aprendizaje repetitivo, algo que no sucedía en los adultos. Así un niño de dos-tres años es capaz de memorizar una cantidad de palabras diarias muy superior a las que un adulto es capaz.
Un ejemplo claro de aplicación de este método es la conocida serie Assimil, que incluso hoy cuenta con sus partidarios. Esta serie sigue siendo una de las mejores opciones para el aprendizaje autodidáctica, aunque la aplicación del método de inmersión-repetición en clase ha sido hoy prácticamente abandonada en favor de otras metodologías más comunicativas.
Aplicación del método de Inmersión repetitiva en las lenguas Clásicas: Este tipo de metodología ha tenido más éxito del que pudiera parecer dentro de las lenguas clásicas. No sólo existen versiones del método Assimil en latín y griego clásico, sino que varios de los métodos didácticos nuevos aparecidos para latín y griego, parten de esta metodología. Los más conocidos son: Reading Latin, Reading Greek, Curso de latín de Cambridge, Método de latín de Oxford, ΑΘΗΝΑΖΕ (Oxford), ΘΡΑΣΥΜΑΧΟΣ y ΜΕΘΟΔΟΣ..
En efecto en todos estos métodos se presenta al alumno un texto sencillo escrito en latín o griego (artificial). Una vez comprendido el texto (o bien consultando la traducción, o bien con la ayuda del profesor) el alumno debe memorizar el texto aprendido a base de oírlo una y otra vez en voz alta (de las grabaciones o del profesor) y de leerlo él mismo una y otra vez. En este método la repetición continua del texto es fundamental, a cada paso que damos, debemos volver a releer y releer lo ya visto, insistiendo en la lectura en voz alta y en escucharlo del profesor o de las grabaciones.
Sin embargo, en numerosas ocasiones he visto a profesores utilizar estos libros contraviniendo los principios básicos de la metodología, pues en vez de facilitar a los alumnos la comprensión del texto, les obligan a ser ellos los que lo «descifren» a base analizar y consultar el glosario (desordenado, para más inri), con lo que la mayor parte del esfuerzo del alumno se consume en resolver un rompecabezas incomprensible, y lo que es peor: una vez «analizado y traducido el texto», ya no vuelven a leerlo (cuando la idea del método es leer los textos no una, sino decenas y decenas de veces), por lo que ni el léxico ni la gramática van siendo asimilados.
El resultado es que quien aplica estos métodos dedicando casi todo el tiempo -y esfuerzo- a la traducción del texto a la manera del método de gramática-traducción, no nota diferencia alguna entre este sistema y el método de gramática traducción.
3. MÉTODO INDUCTIVO-CONTEXTUAL (Ørberg)
Merece un capítulo aparte el método desarrollado por el profesor danés Hans Henning Ørberg: Lingua Latina per se illustrata.
Hans Ørberg se basó en las investigaciones de su compatriota Otto Jespersen, uno de los grandes pioneros de la didáctica activa de los idiomas y creador del llamado método directo, que puso las bases de toda la didáctica de segundas lenguas posterior.
El método contextual de Ørberg propone la inmersión del alumno en la lengua extranjera (en este caso el latín), pero dentro de un contexto en que el alumno pueda deducir el significado de todas y cada una de las palabras sin tener que acudir a una lista de vocabulario. Esto, que en didáctica moderna se conoce como teoría de información+1 (i+1) es sin duda la clave del éxito del método de Ørberg y su diferencia fundamental con los otros métodos «naturales» expuestos en el mensaje anterior.
Virtudes del método Ørberg: en primer lugar el alumno obtiene una gran satisfacción al poder entender el texto directamente sin tener que analizarlo previamente. Esto, además, provoca una reacción motivadora, bien estudiada por la psicología cognitiva, que favorece enormemente la asimilación eficaz y real del léxico y la gramática. El llamado enfoque contextual además invita al repaso de lo ya visto como medio verdaderamente eficaz. Cuando el alumno no recuerda el significado de alguna palabra ya aparecida, no necesita acudir al diccionario, sino que basta con repasar el pasaje donde apareció esta palabra por primera vez para que recuerde perfectamente su significado gracias al contexto. Los resultados del método de Ørberg, en comparación con los anteriores, son sencillamente espectaculares.
4. MÉTODO COMUNICATIVO
El método comunicativo es, actualmente, el enfoque prácticamente utilizado en todos los institutos de idiomas extranjeros del mundo, por ejemplo en el Instituto Cervantes, en el British Council o en la Alliance Française.
Actualmente no hay ninguna discusión al respecto de que el método comunicativo es el más eficaz para desarrollar en el menor tiempo posible las destrezas oral, auditiva y de la lectura-escritura, y ningún manual serio (salvo la vieja serie Assimil, que en cualquier caso no se utiliza en ningún centro de enseñanza que conozca, y es más bien una serie para autodidactas) de lengua extranjera emplea otro método que no sea este.
Sin embargo los filólogos clásicos parecemos empeñados en negar la evidencia. En ningún centro, en casi ninguna universidad (¡casi!, en España en la Universidad de Cádiz un grupo de irreductibles latinistas se han atrevido a aplicar este método al latín) se emplea la didáctica activa para las lenguas clásicas.
Luego nos quejaremos de que llamen a nuestras lenguas «muertas». ¿Quién está matando al latín y al griego si no somos nosotros mismos que nos empeñamos en apartarlas del «mundo de los vivos»?
Pero vayamos por partes: ¿Qué es el método comunicativo?
En principio el método comunicativo parte de un enfoque muy parecido al de Ørberg: el enfoque contextual. La diferencia fundamental es que en el método comunicativo el contexto es algo vivido: un diálogo, una situación de vacío comunicativo que se invita al alumno a completar. El alumno deduce por el contexto lo que está sucediendo. Se enfrenta a una situación de inmersión lingüística (en ningún Instituto Cervantes se permite utilizar en clase otra lengua que no sea el castellano -salvo casos muy puntuales-), pero esa inmersión lingüística ya no surge de la lectura repetida, como en la enseñanza de los humanístas o la del Assimil, sino que está controlada mediante las reglas de información previa + 1.
Esto significa que en la información que el alumno recibe siempre habrá algo que ya sepa (o bien por su experiencia personal o bien por el contexto de la situación o bien porque ya lo ha aprendido anteriormente), de forma que la nueva información que recibe puede deducirla y asimilarla gracias a esa información previa.
¿Tiene sentido un método comunicativo en las lenguas Clásicas?
Yo creo que sí. y no por una cuestión de si sirve para algo hablar latín o griego clásico sino por razones más prácticas: el método comunicativo, sencillamente, ha demostrado que es el más eficaz para el aprendizaje de la lengua en todos los niveles, también en el de la lectura. El problema fundamental para la aplicación de este método es otro: ¿estamos preparados los docentes para ello? ¿Tenemos la competencia suficiente como para dar una clase oral en latín o griego? Creo que es evidente que quienes hemos sido formados con el método de gramática-traducción estamos muy lejos de ello.
En mi opinión la mejor opción es pasar cuanto antes y sin temor a métodos más activos (de inmersión repetitiva o inductivo-contextual), con los cuales no sólo el esfuerzo de nuestros alumnos dará mucho mejores frutos, sino que nosotros mismos veremos como se cumple el dicho latino dum doceo disco, y quizás, con el tiempo, podamos ir introduciendo en nuestras clases actividades y metodologías cada vez más comunicativas.
Audaces Fortuna iuvat.
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Artículo publicado originalmente en el Blog ‘Erasmus Reloaded’