Pilar Armero | Cáparra (Cáceres) 05/03/2011
Estos hallazgos hacen que el recorrido por el yacimiento se extienda más allá del popular arco. Da entrada por el suroeste a la ciudad romana donde además han encontrado una casa y tiendas.
Nuevos atractivos para el yacimiento romano de Cáparra, donde se ha encontrado una nueva puerta de acceso a la ciudad, además de una vivienda que supera el millar de metros cuadrados. Estos descubrimientos se han realizado durante una nueva fase de excavación y consolidación, en la que se han invertido 745.000 euros, aportados por la Junta de Extremadura y la Unión Europea, dentro del Proyecto Vía de la Plata II-Extremadura, más conocido como Alba Plata. Lo que se va a hacer ahora es identificar estos nuevos atractivos, con señales que informarán sobre sus características y significado.
Por el momento, los visitantes podrán distinguir la base de la casa encontrada porque se ha diferenciado de las calles en las que se ubica, de los comercios y las tabernas, con gravilla de colores. Por lo que respecta a la puerta, su estructura se encuentra en línea con el magnífico arco de Cáparra, unos metros más adelante, hacia la zona suroeste por la que se alarga la calzada.
La directora general de Patrimonio, Esperanza Díaz, destacó ayer la valía de ambos descubrimientos. Lo hizo en el transcurso de una visita en la que le acompañaron los arqueólogos y técnicos que han llevado a cabo esta operación, además de alcaldes de la mancomunidad de Trasierra-Tierras de Granadilla al que pertenece este entorno.
«Vamos a continuar recuperando el patrimonio arqueológico de Extremadura, porque es uno de sus principales atractivos turísticos y también por la capacidad que tiene a la hora de generar inversiones y empleo». Lo harán con fondos propios y también con los procedentes de las arcas europeas, destinados a recuperar en unión un paso fundamental en la internacional Ruta de la Plata.
Alcanza a pueblos próximos
La recuperación de Cáparra forma parte del proyecto ‘Alba Plata II’ que tutela la consejería de Patrimonio y Cultura. La primera de las fases de trabajo en este entorno se llevó a cabo durante el año 2001 y le ha seguido la actual, iniciada en 2009, que se extenderá a lo largo del presente año.
Durante este tiempo no se va a trabajar exclusivamente en el yacimiento, sino que la tarea alcanzará también a los pueblos de los alrededores. En algunos de ellos, como Valdeobispo, Carcaboso, Ahigal, Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia ya se ha actuado, renovando las señales que informan sobre la Ruta de la Plata a la que pertenece la villa romana.
Se seguirá actuando en este sentido, con la musealización de los nuevos restos, por ejemplo, pero también con la recuperación de elementos próximos al yacimiento, como es el caso del Puente Romanillos de Aldeanueva del Camino, donde ayer mismo comenzaron las obras que volverán a hacerlo visitable.
Estas operaciones consiguen que el atractivo turístico de Cáparra aumente de manera progresiva. Para empezar, los nuevos hallazgos permiten al visitante realizar un recorrido más largo, gracias a la actuación de los equipos de arqueología en dos áreas bien diferenciadas.
Una de ellas es la zona urbana, la que se encuentra más próxima al arco original. Se trata de un área de carácter residencial y comercial, en la que se han abierto nuevas calles que son secundarias a las vías principales, además de la vivienda de 1.100 metros cuadrados que ocupó toda una manzana.
Además, se han llevado a cabo trabajos con los que conseguir un correcto drenaje del agua que se embalsaba y dañaba con ellos los restos que se van descubriendo. Este proyecto ha sido dirigido por Eulalia Gijón Gabriel y ha requerido una inversión de 563.636 euros.
Una torre destruida
La segunda zona de intervención es la que se ha llevado a cabo sobre la propia calzada romana, hacia el suroeste, donde se ha descubierto la nueva puerta y donde, además, se han encontrado estructuras modernas de los siglos XVII al XIX que posiblemente están relacionadas con las edificaciones que conformaron las denominadas Ventas de Cáparra.
La puerta encontrada es descrita por los expertos como monumental y está flanqueada por dos torres con remate semicircular; la de la derecha se encuentra especialmente estropeada porque durante el siglo XVIII la zona se utilizó como cantera y se desmontó casi en su totalidad. Mantiene perfecta la planta, sin embargo, a diferencia de la sudeste.
Estos trabajos que se han acometido en la calzada consiguen, por una parte el alargamiento de la propia vía principal, más allá del popular arco y, por otra, una visión distinta de la que ofrecía el enlosado limpio, sin las estructuras ahora descubiertas.
La tarea ha sido dirigida en este caso por el arqueólogo Pedro Matesanz y ha requerido una inversión de 182.109 euros, en la que también se incluye la señalización en la calzada desde Carcaboso hasta la ciudad romana.
Nuevas áreas de descanso
El cambio de indicadores en varios puntos del camino se ha llevado a cabo porque los que había se encontraban en mal estado. Además de señalizar la entrada a municipios, se han instalado dos nuevos atriles con información en San Pedrillo, próximo a Carcaboso, en el que se informa sobre el desaparecido puente de Guinea y otro en la zona de Pozo de Valmojado, donde hay una concentración interesante de miliarios y donde se ha creado una discreta área de descanso. Tanto lo es, que no consiste más que en la instalación de dos cubos de granito a modo de asiento para evitar la distorsión del entorno.
Donde se va a crear otra zona para el respiro de caminantes y otros visitantes es en el puente Romanillos de Aldeanueva del Camino. La directora general de Patrimonio ha explicado que se trata de una estructura que quedó en desuso cuando se habilitó la carretera N-630. «Data de 1.758 y está asentado sobre otro puente romano», dijo Esperanza Díaz, que explicó que es uno de los pasos sobre el río que se recuperarán dentro del Proyecto Alba Plata, junto a los dos de Mérida y el de Alconétar. En este caso, la inversión ascenderá hasta los 91.000 euros.
Más allá del popular arco
Dinero que sirve para ir aumentando las expectativas, abriendo cada vez más la Cáparra que durante años no fue más que el gran arco en medio de olivares. El atractivo del yacimiento ha ido creciendo, por suerte, en los últimos diez años, a raíz de la inyección de dinero de los gobiernos extremeño y europeo, canalizado a través del programa Alba Plata.
Ya en 2003 se presentaron resultados de una fase inicial de prospección en la que se contó con 1.839.097 euros. Fue entonces cuando se descubrieron el kardo (una calle que se alinea con el arco desde la puerta sureste), además de un barrio que ocupa una manzana formada por pequeñas habitaciones que servirían para almacenes y otros usos domésticos, o el conjunto termal público. Se sacaron a la luz, también, dos de los accesos al anfiteatro, que presentaba un aspecto tan precario en su estructura que hizo preciso volver a ocultarlos. Alba Plata contó para este proyecto con la asesoría científica del arqueólogo Enrique Cerrillo Martín de Cáceres, que empezó a investigar la ciudad en la década de los 80.
Fue entonces también cuando se empezó a ordenar el recorrido por el yacimiento, con paneles explicativos cuyos datos permiten al visitante trazar su propia ruta, sin necesidad de guía.
Con el mismo fin informativo se construyó el centro de interpretación, un edificio de planta única dividido en cinco salas en la que se exponen maquetas y paneles. A través de ellos se da cuenta del origen de la ciudad, de su urbanismo, cultura y posibles causas que acabaron con su despoblamiento. Cuenta también con una sala en la que se expone un audiovisual que completa el contenido.
En el inmueble de pizarra hay que destacar las vitrinas en las que se exponen objetos, valiosas curiosidades que han sido encontradas entre las ruinas y que constituyen unos de los elementos más atractivos para los visitantes. Incensiarios fúnebres, de cristal transparente; vajillas de barro y recipientes de distintos materiales son algunas de las piezas que se pueden ver.
Historia entre olivos
El paso bajo el arco de Cáparra es un orgullo para los caminantes que emprenden su recorrido por la Vía de la Plata. Es fácil ver cómo lo atraviesan varios en cuestión de minutos. Ayer, en apenas un cuarto de hora lo hicieron dos extranjeros, que no dudaron en mostrar el signo de la victoria cuando lo superaron. Una realidad que pone de manifiesto el atractivo turístico de este entorno y, con ello, el potencia económico que ofrece para las localidades que se encuentran en su zona de influencia.
Una joya, sin duda, que hay que seguir puliendo y para la que habría que intentar una mayor protección que evitase daños. El paso de vehículos por ella, por ejemplo, puede convertirse en un problema para las piedras, tal y como han advertido algunos expertos en patrimonio.
En cualquier caso, merece la pena elegirla como destino cultural, un sitio privilegiado en el que respirar historia antigua a la sombra de los campos de olivos que rodean al magnífico yacimiento del norte extremeño.
LO QUE HA COSTADO
745 mil euros se han invertido en esta nueva fase del proyecto, que se extenderá durante 2011. Los equipos de arqueología han trabajado en dos áreas bien diferenciadas. En una, dirigida por Eulalia Gijón Gabriel, la inversión alcanzó los 563.636 euros. Y en la segunda, dirigida por Pedro Matesanz, ascendió a 182.109 euros. Estas cantidades han sido aportadas por la Junta de Extremadura y la UE.
«No podemos evitar el paso de automóviles»
La visita de la directora general de Patrimonio y autoridades locales al yacimiento de Cáparra, tuvo como telón de fondo en un determinado momento el ruido del motor de unos quads que atravesaron con prisa el monumental arco. Ocurrió así porque la vía es zona de servidumbre, una cañada real de uso absolutamente público a la que no se puede vetar el paso a nadie.
La imagen, sin embargo, pone de manifiesto la desprotección de un entorno arqueológico importante , en el que se está invirtiendo dinero y esfuerzos por elevarlo a la máxima categoría como punto de referencia, no solo para turistas, sino también para investigadores. «¿No se puede proteger de alguna manera? ¿Evitar que pasen por ejemplo esos quads a velocidad?». Preguntas a las que la responsable de Patrimonio responde que es una cañada real por la que no se puede prohibir pasar. «Apelamos a la concienciación de la gente sobre la importancia de los entornos arqueológicos para que los respeten», dice.