Israel / EFE 20/09/2005
Arqueólogos israelíes han descubierto restos del lujoso palacio de una familia cristiana de la época bizantina, entre ellos una mesa con incrustaciones en oro, durante unas excavaciones en la antigua ciudad romana de Cesárea.
Otro hallazgo notable ha sido un colorido mosaico decorado con aves y animales, de 16 metros de largo por 14,5 de ancho, en el patio central de la mansión, edificada frente al mar Mediterráneo.
El mosaico fue hallado casualmente debajo de una duna, durante unas maniobras del Ejército israelí, cuando los soldados cavaban trincheras, explicó el director de la excavación, Yosef Porat.
Los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel suponen que el suntuoso palacio perteneció a una familia de la aristocracia bizantina pero de momento no se han encontrado inscripciones que permitan identificar a sus antiguos moradores.
La mansión fue destruida por un incendio hacia finales del período bizantino en Tierra Santa (324-638 d.C), cuando el estratégico puerto de Cesárea fue conquistado por los árabes musulmanes.
El mosaico muestra leones, panteras, perros, elefantes, toros, un jabalí, antílopes y aves, entre estas un pavo real.
Las incrustaciones de oro en la mesa, la única descubierta hasta la fecha entre los restos conocidos del período bizantino y de incalculable valor, según el experto Jacques Neguer, llevan estampadas en relieve una flor o una cruz.