La tabula servía para jugar al ludus latrunculorum, o juego de los mercenarios.
Un equipo de arqueólogos de la Universitat Autònoma de Barcelona ha localizado y documentado una piedra datada en el siglo II antes de Cristo, en la que los soldados romanos de un destacamento se distraían jugando al ludus latrunculorum, o juego de los mercenarios. Según la arqueóloga, Esther Rodrigo, que junto a Núria Romani, dirigen los trabajos de excavación del yacimiento del castellum romano de Puig de Castellar, en Biosca, (La Segarra), no es la primera tabula lusoria (tabla de juego) encontrada en restos arqueológicos en España o Europa, pero sí la más antigua hallada, ya que se sitúa entre los años 170 y 180 antes de C., en un enclave militar y después de la segunda Guerra Púnica, cuando las legiones de Roma acometieron la dominación definitiva de Hispania.
Es un tablero de juego de época republicana y hallado en un contexto militar, mientras que los otros tabulae se han encontrado en edificios civiles y se han datado en época imperial, muy posteriores, como los hallados en Galicia o en el muro de Adriano en Britania.
El yacimiento de Puig de Castellar en Biosca se está excavando desde el año 2012 y el castellum cabe enmarcarlo en la presencia romana que irradia desde la ciudad de Iesso, la actual Guissona. “La encontró un estudiante en práctica durante las excavaciones del verano de 2019 y después de estudiarla, entendemos que es un elemento que nos puede ayudar a entender cómo serían los momentos de descanso de los legionarios romanos alojados en una fortificación en una zona ya pacificada, en una fortificación en la que tenían que matar el aburrimiento con lo poco que tenían”, afirma Esther Rodrigo.
«La encontró un estudiante en práctica durante las excavaciones»
Esther Rodrigo, Codirectora de la excavación
La tabula apareció entre dos fuegos que servían para calentar la estancia donde se alojaban los soldados, un espacio que los acogía y que debía servir de alojamiento y dormitorio. La piedra presenta una retícula cuadrangular de 11 por 16 casillas, en total 176 casillas, un diseño casero, probablemente fabricado por los mismos soldados que le dieron uso.
Según los testimonios escritos de la literatura latina, el ludus latrunculorum, o juego de los mercenarios no sería un entretenimiento de azar, sino que los jugadores debían desarrollar su ingenio e inteligencia al tratarse de un juego de estrategia y táctica militar. Según Esther Rodrigo, “las fuentes literarias no se ponen de acuerdo y desconocemos, no tenemos certeza ni sobre las reglas ni sobre cómo se desarrollaba”. “Los especialistas que hemos consultado –añade- se muestran de acuerdo en que sobre el tablero dos jugadores confrontaban dos ejércitos, y se erigía como ganador el que conseguía mantener un mayor número de piezas sin capturar en juego. La estrategia consistiría en intentar acorralar, inmovilizar y capturar las fichas del contrincante hasta conseguir su rendición”. Las excavaciones no han encontrado ninguna ficha del ludus latrunculorum.
El castellum romano de la colina de Puig de Castellar en Biosca sirvió para avanzar en la pacificación de los territorios que las legiones romanas iban conquistando en Hispania. Las excavaciones del equipo arqueológico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAB, seguirán en los próximos veranos. Se sabe que estaba amurallado y que en el centro estaba el edificio del comandante del puesto y que los soldados se alojaban en casas que se construían junto a las murallas. El recinto militar fue abandonado probablemente entre el siglo II y I antes de Cristo sin violencia, probablemente por qué ya no tenía la utilidad militar para la que fue construido después de la Segunda Guerra Púnica, cuando Carthago delenda est.
FUENTE: lavanguardia.com