Jesús Torres Ruiz 16/09/2021

Comienza un curso más y decenas de profesores de griego se ven de nuevo en el paredón de fusilamiento de sus institutos. Nuevamente ven cómo su asignatura es menoscabada, despreciada y eliminada del currículum de Humanidades sin pudor alguno. El motivo es simplemente contar con pocos alumnos, hecho que, parece ser, no es rentable para la administración y a pesar de que ella misma cuenta con mecanismos para asegurar su supervivencia, los equipos directivos optan por su aniquilamiento amparados en el apoyo de la inspección. Se atreven a llamar a los alumnos y a sus familias para comunicarles la no impartición de la asignatura a pesar de haber profesorado en el centro. Paradójicamente, los profesores de griego que han sido habilitados por la administración para desempeñar un puesto específico en los institutos se encuentran que son eliminados por la propia administración en un círculo que provoca la pérdida de profesionales y de la propia asignatura hasta su exterminio definitivo. ¿Humanidades sin griego?

Los profesores son despojados de la asignatura de griego y en algunos casos se les asignan otras asignaturas para las que no están cualificados con lo que ello supone de pérdida de la calidad educativa de nuestro alumnado. Son numerosos los casos en los que se pierde la asignatura y en su lugar el profesor de griego imparte las asignaturas más variopintas.

En bastantes ocasiones cuando un profesor no puede asumir todas las horas disponibles de su especialidad, el resto que queda (que puede ser latín, griego o cultura clásica) es depreciado y eliminado y los equipos directivos afirman que para tan pocas horas la administración no nombra a ningún interino y en otras ocasiones tampoco se acepta que sea otro profesor del propio centro el que imparta estas asignaturas (paradójicamente el profesorado de clásicas sí que puede impartir otras asignaturas).

En muchos de estos casos los profesionales aceptan las condiciones impuestas para evitar represalias por parte de equipos directivos y cuando se lucha por defender la presencia del griego podemos observar la persecución que comienza con la desaparición del Departamento didáctico de dicha asignatura y los derechos que ello conlleva (no solo administrativos y lectivos sino también económicos) siendo integrado el profesor en un Departamento en el que no hay relación didáctica alguna con sus integrantes.

Cuando la situación se enquista acudimos a un exilio forzoso y los compañeros optan por cambiar de centro para encontrar situaciones mejores que no siempre aparecen.

Hay numerosos casos en los que aprovechando la jubilación o el traslado del especialista de griego o de latín se produce la eliminación del Departamento que arrastra todo lo dicho con anterioridad.

El caso es que, en una sociedad en la que se respetan acertadamente todo tipo de minorías, se está produciendo una persecución en toda regla contra la más débil del sistema de enseñanza, que no es otra que la del profesorado de griego. Esto ocurre por desgracia en todo el territorio nacional y la existencia de nuestra asignatura está próxima a su desaparición.

La administración no atiende a estos profesionales aunque en muchos casos convoquen plazas de profesores de griego: luego, a estos especialistas los dejan en el abandono total y nadie defiende sus derechos.

Huelga decir aquí las ventajas que tiene el estudio de esta asignatura en el currículum general y especialmente en el de Humanidades. No es el caso el hacer ahora una apología del beneficio de esta asignatura. Ya se ha hecho en infinidad de ocasiones.

Urge que la administración se deje de ambigüedades, defienda a sus profesionales y la calidad del Bachillerato Humanístico, y adopte las medidas necesarias para que no se produzca esta persecución incesante que raya en un genocidio consentido, un auténtico ‘helenicidio’.

Jesús Torres Ruiz
Profesor de griego y latín del IES Alto Conquero de Huelva

Vocal de la Sección de Sevilla-Huelva de la SEEC
Vocal de la asociación Cultura Clásica
Miembro de la Plataforma Escuela con Clásicos