Pocas
veces el
cine
actual
consigue
que el
espectador
llegue a
admirar
una
película,
incluso
son pocas
las veces
en las que
un relato
llegue a
hipnotizar
durante
todo su
metraje,
pero Julie
Taymor (a
la cual
conocemos
aquí antes
por el
excelente
biopic
de
Frida
que por
este
Titus,
su debut
cinematográfico,
y que
llega
ahora con
cinco
incomprensibles
años de
retraso),
lo
consigue.
Titus,
la obra
más
violenta
de
Shakespeare,
al igual
que en su
momento
una de las
más
criticadas,
pues
pertenece
a su etapa
más
alimenticia,
es traída
aquí en un
tiempo
incierto,
demostrando
una vez
más que
las obras
del
dramaturgo
inglés son
atemporales
y que
pueden
modernizarse
en
cualquier
momento.
Que se
consiga
esta
premisa
con mayor
o menor
brillantez
ya es cosa
del
realizador
de turno
que se
atreva. Si
Baz
Luhrman
hizo de
Romeo y
Julieta
(la
adaptación
más
reciente
de los
últimos
años) un
videoclip
largo para
la MTV,
Julie
Taymor
hace de
este
Titus
una mezcla
incestuosa
de dos
primos
hermanos,
el cine y
el teatro,
algo que
no
necesariamente
debido a
los
vínculos
familiares
debiera ir
reñido.
Evidentemente,
esta
modernización
erizará el
vello de
todos
aquellos
conservadores
con la
obra de
Shakespeare.
Pero el
relato de
Titus
contiene
la fuerza
y el
espíritu
del
escritor
inglés lo
suficiente
como para
fascinar
al
respetable.
Ésta,
hasta
ahora, una
de las aún
inéditas
adaptaciones
de las
obras de
Shakespeare,
es una
fábula
macabra y
cruenta
con
ribetes
surrealistas
sobre el
Imperio
Romano en
torno a la
figura del
general
romano
Titus
Andronicus
y su
familia,
narrando
los
avatares y
venganzas
que sufrió
por los
mismos
(los
godos) que
en su día
atemorizó
y castigó
en épocas
de
conquista
e
imperialismo
para una
Roma
decadente.
La
película
se sitúa
en unos
decorados
actuales:
las ruinas
de una
Roma donde
las calles
están
adornadas
con
graffittis
en las
paredes,
carreteras
asfaltadas,
etc. para
explicar
un
episodio
histórico
como si de
un sueño
se tratara
o como si
el origen
de la
historia
renaciera
en el
presente.
Taymor,
que se
limita a
rescatar
casi
literalmente
el texto
original,
dota a su
película
de
realismo,
de
belleza,
de
crueldad,
pariendo
así una de
las obras
más
interesantes
e
innovadoras
que han
llegado a
nuestros
cines.
Cargada de
excesos,
de
bizarrismo
e incluso
de un
gore
digamos
intelectual,
consigue
con su
atroz
compendio
de
anacronismos
una obra
de arte,
pues al
público le
puede dar
la
sensación
de que
está
visionando
una
truculenta
obra
pictórica,
donde se
analiza la
absurdidad
de la
violencia
y los
instintos
más
primitivos
del ser
humano,
análisis
del que su
directora
nos
advierte
en forma
de pequeño
texto al
principio
del filme.
Pero
Titus
no es
solamente
una
magistral
clase de
dirección,
sino que
hay otros
aspectos
en la
cinta que
deben
tenerse
también en
cuenta y
que
revalorizan
la cinta.
El
soberbio
trabajo
del
director
de
fotografía
Luciano
Tovoli
(ocasional
retratista
de las
películas
de Dario
Argento);
el
magnífico
decorado
(ya
mencionado)
de Dante
Ferretti y
el
vestuario
plástico,
neogótico
y glam
que
elabora
Milena
Canonero,
que puede
recordarnos
al
utilizado
en La
naranja
mecánica
y el de
las
primerizas
obras de
Pedro
Almodóvar.
Pero la
película
de Taymor,
además de
este
estupendo
catálogo
de
perfecciones
técnicas,
goza de
uno
reparto de
lujo que
da vida y
movimiento
a este
Titus,
todos
ellos en
estado de
gracia un
brutal y
lleno de
matices.
Elliot
Goldenthal,
como ya
haría
posteriormente
en
Frida,
es el
encargado
de dar ese
lenguaje
obsceno,
casi
religioso
y
soberbio,
por medio
de una
partitura
estridente
que evoca
a lo
operístico,
ofreciendo
así un
clímax
irreverente
y al mismo
modo
exquisito.
Una
película
plagada de
escenas,
de
momentos
mágicos,
de cine,
en pocas
palabras,
destacando
la tortura
que recibe
la hija de
Titus,
violada y
mutilada,
convirtiéndose
así en la
mujer
árbol y
haciendo
de su
escena una
de las
escenas
más
desagradables
y a la vez
fascinantes
vistas en
el cine, o
incluso la
parte
final de
la
película,
con una
cena a
base de un
pastel de
carne que
nada tiene
que
envidiar a
la cena
que el
mismo
Anthony
Hopkins
volvería a
repetir en
Hannibal...
Titus
es quizá
pretenciosa,
pedante y
densa,
pero
Titus
es también
una
maravilla
desquiciada,
cruda,
operística
y
visceral,
hecha con
el
estómago.
Cine en
estado
puro.
Bon apetit.
Anécdotas
-
Adversidades
en la
distribución
han
hecho
que esta
película
tardara
cinco
años en
llegar a
nuestras
pantallas,
no así
en el
resto de
países.
-
Julie
Taymor
proviene
del
teatro
de
Broadway,
donde ha
cosechado
siempre
muy
buenas
críticas.
-
La
película,
coetánea
a
Matrix,
utiliza
en un
momento
dado de
la cinta
un
efecto
bullet-time,
el mismo
que
inventara
o
hiciera
famosos
al
veterano
John
Gaeta.
-
Titus
tuvo
tres
nominaciones
a los
Oscar en
el 2000.
Ficha
Técnica
Directora:
Julie
Taymor /
Productores:
Conchita
Airoldi,
Jody
Patton y
Julie
Taymor /
Guión:
Julie
Taymor,
basado en
la obra "Titus
Andronicus"
de Wiliam
Shakespeare
/
Fotografía:
Luciano
Tovoli /
Diseño
de
producción:
Dante
Ferrett. /
Música:
Elliot
Goldenthal
/
Montaje:
Françoise
Bonnot /
Dirección
artística:
Pier Luigi
Basile,
Massimo
Raíz y
Domenico
Sica /
Decorados:
Carlo
Gervasi /
Intérpretes:
Osen
Jones
(joven
Lucius),
Dario
D’Ambrosi
(Clown),
Anthony
Hopkins (Titus
Andronicus),
Jessica
Lange (Tamora),
Raz Degan
(Alarbus),
Jonathan
Rhys-Meyers
(Chiron),
Matthew
Rhys (Demetrius),
Harry
Lennix
(Aarón),
Angus
MacFadyen
(Lucius),
Kenny
Doughty (Quintus),
Blake
Ritson (Mutius),
Colin
Wells (Martius),
Alan
Cumming (Saturninus),
James
Frain (Bassianus)...
/