LOS
ANGELES
(AP) _
La
controversia
que
involucra
religión
universal,
historia
antigua
y
susceptibilidades
modernas
tiene
ribetes
más
dignos
del
Apocalipsis
bíblico
que de
la
revista
Variety
de la
industria
cinematográfica.
Son las
pasiones
que
despierta
una
película
todavía
no
estrenada,
un
conflicto
que ha
permitido
a Mel
Gibson
catapultar
"La
pasión
de
Cristo"
a
verdadero
acontecimiento
internacional.
"La
pasión",
que
describe
en
detalles
macabros
las
horas
finales
de la
vida de
Cristo,
se
estrena
en
Estados
Unidos
el 25 de
febrero,
el
Miércoles
de
Ceniza
en el
calendario
católico.
El
actor
católico
ha
restringido
casi
todos
los
preestrenos
a miles
de
religiosos
y
líderes
cristianos;
ha
instado
al uso
de "La
pasión"
con
fines
proselitistas;
ha
distribuido
sermones
alusivos
a la
película;
ha
estimulado
campañas
de
grupos
cristianos
por la
internet,
e
incluso
buscó el
aval del
papa
Juan
Pablo II,
aunque
está en
duda que
lo haya
conseguido.
Pero
la
piedad
atrae
menos
atención
que la
controversia,
en este
caso la
duda de
si "La
pasión"
promueve
el
antisemitismo
culpando
a los
judíos
por la
muerte
de
Cristo.
El
resultado
paradójico
es que
una
película
rechazada
por
todos
los
estudios
grandes,
con
subtítulos
traducidos
del
latín y
el
arameo,
parece
destinada
a ser un
éxito de
público.
"Éste
es uno
de los
principales
acontecimientos
del año,
sencillamente
debido a
lo
singular",
dijo
Brandon
Gray,
propietario
de
BoxOfficeMojo.com,
que
sigue el
movimiento
de
taquillas
del
cine.
"Es
difícil
comprender
que una
película
en dos
lenguas
muertas,
muy
religiosa
y tan
centrada
en el
sufrimiento
y
tortura
de
alguien,
sea un
éxito".
Gibson
produjo,
dirigió
y
coescribió
"La
pasión"
y gastó
25
millones
de
dólares
de su
propio
dinero
para
hacerla.
Durante
el
proceso,
el
director
galardonado
con el
Oscar
por "Braveheart"
se ha
defendido
a sí y a
su
familia
de
acusaciones
de
antisemitismo,
insistiendo
en que
la
película
tiene el
propósito
"de
inspirar
y no de
ofender".
Esas
mismas
acusaciones
presumiblemente
contribuirán
a vender
más
entradas.
Ninguna
campaña
publicitaria
pudo
haber
recibido
tanta
atención.
Además
de la
legión
de
creyentes
y
evangélicos
que
apoyan
la
cinta,
ahora
muchos
escépticos
y
agnósticos
probablemente
irán a
verla
--no
importa
lo que
digan
los
críticos--
para
juzgarla
de por
sí.
Abraham
Foxman,
titular
de la
Liga
Antidifamación,
un grupo
judío,
es uno
de
ellos.
"Probablemente
volveré
a verla
para ver
si él (Gibson)
cambió
algo.
Compraré
una
entrada
para ir
a
verla",
dijo
Foxman,
uno de
los
críticos
más
vociferantes
de la
película,
que se
coló en
un
teatro
de la
Florida
durante
una
exhibición
para
clérigos
cristianos.
"Quizás
ayudaremos
a
promoverla",
admitió.
"Aunque
lo
hagamos,
no creo
que la
comunidad
judía
pueda
darse el
lujo de
ignorar
el
antisemitismo".
Durante
la
filmación
a
principios
del
2003,
Gibson
bromeó
públicamente
que la
película
podría
ser "el
fin de
mi
carrera".
Pero
había
tenido
el
propósito
de
hacerla
desde
que
experimentó
una
crisis
espiritual
hace 13
años,
según
escribió
en
diciembre
en un
correo
electrónico
a la
Associated
Press.
"Pasé
por un
momento
difícil
en mi
vida y
la
meditación
sobre el
sufrimiento
y pasión
de
Cristo
me
permitió
superarlo",
agregó
el actor
en su
mensaje,
después
de
negarse
a una
entrevista
para
esta
crónica.
"Una vez
que
empecé a
meditar
en la
pasión y
a
profundizarla
en mi
mente y
mi
corazón,
empecé a
comprenderla,
a creer:
ésta es
la
versión
que
reflejo
en mi
cinta".
Como
todo
actor
supertaquillero,
Gibson,
que se
elevó a
la
categoría
de
superastro
con las
películas
de las
series "Mad
Max" y "Lethal
Weapon",
es bien
considerado
por
buena
parte de
Hollywood.
Pero
aparte
de un
puñado
de
partidarios
como
Jack
Valenti,
de la
Asociación
de
Cinematografía
de
Estados
Unidos,
pocos se
han
manifestado
públicamente
a favor
ni en
contra.
La
industria
cinematográfica
tiene
una
numerosa
población
judía,
aunque
no
particularmente
religiosa.
Y la
cúpula
de
Hollywood
podría
necesitar
del
poder
taquillero
de
Gibson
más que
a la
inversa.
El
actor
dijo que
su
trabajo
en "La
pasión"
movió a
algunos
reporteros
a tratar
de
ensuciarlo
interrogando
a su
padre de
85 años.
"Tómenselas
conmigo
si
quieren",
dijo,
"Pero si
empiezan
a
meterse
con mi
familia..."
Fue
un
ataque
preventivo.
Tres
meses
después
la
revista
del New
York
Times
atribuyó
al padre
del
actor,
Hutton
Gibson,
haber
descrito
el
Concilio
Vaticano
Segundo
--que
proclamó
que los
judíos
no eran
responsables
de la
muerte
de
Cristo--
como
"una
confabulación
masónica
respaldada
por los
judíos".
Desde
entonces
Mel
Gibson
ha
optado
por
predicar
a los ya
convencidos,
como la
autora
conservadora
Peggy
Noonan.
Algunos
observadores
conjeturan
que la
película
recuperará
los 25
millones
de
dólares
en el
primer
fin de
semana
de
proyección,
cuando
debute
en 2.000
salas.
Sería
un debut
notable
para una
película
con
subtítulos
sin un
astro
principal
(Jim
Caviezel,
de "El
Conde de
Montecristo",
interpreta
a
Jesús).
Ahora la
cuestión
no es si
"La
pasión"
tendrá
éxito,
sino si
trascenderá
el
círculo
de los
creyentes
para
interesar
al
público
en
general.