Practica el latín vivo (descargate las dos revistas en latín.
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artículo
13/02/2004 |
Los
Angeles (EEUU)
● EFE |
Gibson
exhibe su
'pasión'
ante la
prensa |
La
Pasión
de
Cristo
que Mel
Gibson
estrenará
el
próximo
Miércoles
de
Ceniza,
ofrece
una
descarnada
visión
de las
últimas
horas de
la vida
de Jesús
tanto
por la
crudeza
de sus
imágenes
como por
su
polémico
contenido.
Gibson
ha
optado
por un
retrato
más
magnánimo
de la
principal
figura
romana
en
Judea,
Poncio
Pilatos,
a quien
presenta
como un
gobernador
maleable
y
dispuesto
a
condenar
a muerte
a Jesús
con tal
de
evitar
una
revolución.
Dirigida,
producida
y
financiada
por
Gibson,
el actor
también
ha
acometido
las
labores
de
guionista
siguiendo
lo que
este
australiano
ha
definido
como una
amalgama
fiel de
los
Evangelios.
Sin
embargo
las
primeras
proyecciones
de un
filme
que
llegará
a las
pantallas
estadounidenses
el
próximo
25 de
febrero,
Miércoles
de
Ceniza,
han
levantado
más
pasiones
que su
mismo
título,
tanto
entre
los que
se
quejan
por la
violencia
de sus
imágenes
como los
que
corroboran
las
acusaciones
de
antisemitismo
hechas
contra
la
cinta.
Centrada
en las
últimas
doce
horas de
la vida
de
Jesús,
la
película
que
protagoniza
Jim
Caviezel
en el
papel de
Cristo
arranca
sin
preámbulos,
directamente
en el
huerto
de los
olivos,
minutos
antes de
ser
arrestado.
Allí,
mientras
sus
discípulos
duermen,
un Jesús
torturado
por una
angustia
que le
hace
sudar
sangre
recibe
la
visita
de una
figura
satánica
que le
tienta
diciendo
que
ningún
hombre
puede
llevar
todo el
peso del
pecado.
Un
comienzo
apropiado
para una
película
que,
rodada
en latín
y
arameo,
utiliza
la
lectura
latina
de la
palabra
pasión
en su
título
como
acción
de
padecer.
Una
pasión
palpable
en cada
secuencia,
ya que
Gibson
no
escatima
detalles
violentos,
desde la
oreja
cortada
a uno de
los
soldados
durante
su
arresto,
hasta la
primera
paliza
que
recibe
cuando
lo
llevan
encadenado
por el
monte
Getsemaní
por
donde lo
tirarán,
dejándolo
al borde
de la
estrangulación.
Además
está la
secuencia
de la
flagelación,
donde
los
latigazos
superan
los 40
porque,
según ha
explicado
Gibson a
la
prensa,
el santo
sudario
recoge
la
huella
de un
cuerpo
en el
que
apenas
quedaba
piel.
El
culmen
llega
con la
crucifixión
en el
Gólgota,
donde
unas
explícitas
imágenes
muestran
cómo es
clavado
de pies
y manos,
siguiendo
una
versión
imposible
físicamente
dada la
fragilidad
de los
huesos
de la
mano
para
sujetar
el peso
de un
cuerpo.
Allí su
brazo es
desencajado
para que
llegue
al lugar
en el
que
tiene
que ser
clavado
y su
rostro
ya está
irreconocible
bajo la
sangre
que le
chorrea
por la
corona
de
espinas.
Rodada
en los
estudios
Cinecitta,
en
Italia,
la
película,
que
termina
con
Jesús
resucitado
y con
sus
estigmas
aún en
las
manos,
ha
levantado
un
furioso
debate
incluso
antes
del
estreno
entre
aquellos
que la
consideran
antisemita.
Apoyando
esta
versión
está la
insistente
presencia
de los
fariseos
que en
representación
de las
altas
jerarquías
judías
demandan
la
crucifixión
de
Cristo.
Además
Gibson
ha
optado
por un
retrato
más
magnánimo
de la
principal
figura
romana
en
Judea,
Poncio
Pilatos,
a quien
presenta
como un
gobernador
maleable
y
dispuesto
a
condenar
a muerte
a Jesús
con tal
de
evitar
una
revolución.
Una
versión
que
parece
volcar
la culpa
de la
muerte
de
Cristo
en los
judíos
más que
en los
romanos.
Gibson
está
considerado
como un
católico
romano
ultraconservador,
cuyo
tradicionalismo
no
reconoce
las
reformas
del
Concilio
Vaticano
II, una
fe que
ahora ha
dejado
plasmada
en la
pantalla.
Son
pocas
las
referencias
que el
realizador
da
durante
esta
cinta
para
aquel
que no
conozca
la
historia
de
Cristo,
con
pequeñas
secuencias
retrospectivas
de la
infancia
de
Jesús,
alguno
de sus
sermones
o la
última
cena.
Aún así
los
datos
serán
poco
esclarecedores
incluso
para que
los
cristianos
puedan
situar
esta
crucifixión
en su
contexto,
aunque
podrán
seguir
de forma
detallada
todos
los
pasos de
este
"vía
crucis",
incluida
la
tortuosa
ascensión
al
Gólgota,
su cara
en el
santo
sudario
o el
velo del
templo
rasgado
en el
momento
de su
muerte.
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