Alfredo Merino | El Escorial (Madrid) www.elmundo.es 06/11/2011
No cabe duda de que antes había caminos, pero no fue hasta la conquista de Iberia por los romanos, cuando se trazó de manera sistemática una red de vías de comunicación. En el 280 antes de Cristo, el itinerario de Antonino, anónima recopilación de las principales vías del imperio, señala que en la península Ibérica había 10.300 kilómetros de estas antiguas carreteras nacionales. Fueron la base de los caminos que hubo en el país hasta la Edad Media y, a continuación, el origen de las vías de comunicación terrestre tal y como hoy las conocemos.
Esta larga historia se contempla como en pocos lugares en la llamada calzada romana de Zarzalejo, que aún tiene algunos tramos bastante bien conservados, mientras que en otros trechos, el primitivo camino romano ha devenido en vía pecuaria, camino rural o incluso las piedras que lo formaban han sido fagocitado en las vecinas vallas que delimitan fincas particulares.
Confluía esta vía romana con la importante Vía Antonina, que se extendía entre Titulcia y Segovia y tiene su tramo mejor conservado en el valle de Fuenfría, en Cercedilla. Arranca la ruta en El Escorial, en la confluencia de la calle Bailén con la M-505. En la orilla sur de la carretera se sitúa el llamado puente romano, que salva el río Aulencia. Sobre su bien conservado suelo se dan los primeros pasos del itinerario.
Nada más atravesar el puente, el camino del Chicharrón, que así se llama esta pista, gira a la derecha y doscientos metros después se alcanza una bifurcación, donde debe tomarse el camino de la izquierda, dirección Sur. En la siguiente bifurcación se vuelve a elegir la opción izquierda, discurriendo el camino de la Tierra del Molino entre fincas adehesadas.
Enlosado intermitente
El camino alcanza finalmente la vía del tren, que debe atravesarse. En el otro lado continúa una pista de tierra que asciende un corto trecho. Transformada en camino continúa entre cercas de piedra, algo que será constante durante toda la marcha. Un agradable tramo horizontal da paso a otro empinado repecho situado en la entrada de la finca del Chicharrón. Aquí se descubre un trecho de las antiguas losas colocadas por los romanos. Es un terreno irregular que presenta entre las piedras algunas zonas muy descarnadas, aunque no cuesta superarlo. En la parte alta de la cuesta también se conservan algunos de los pequeños mojones con los que los romanos medían sus calzadas.
El empedrado desaparece según se vuelve horizontal el camino, que continúa una larga tirada encajonado entre cercas de piedra que encierran fincas con abundantes robles y fresnos. De vez en cuando aparecen algunos breves tramos que conservan las losas y en otros el camino se ensancha bastante.
Un par de cerradas curvas en cuesta lleva junto a una explotación agropecuaria, descendiendo del otro lado, ya al pie de los cerros de Las Machotas. En ambos lados del pequeño cerro es donde se localiza la parte mejor conservada de la calzada. Con su anchura característica, está flanqueado por abundantes piedras miliares. Debajo de la cuesta, la calzada empalma con una pista, justo ante unos carteles que señalan que estamos en una vía pecuaria. Continuando por la pista se alcanza la carretera de Zarzalejos, muy cerca de su cruce con la vía del ferrocarril. Medio kilómetro más adelante por la carretera se alcanza Pajares, barrio de Zarzalejo, donde finaliza la marcha.
FICHA
Horario: Entre 3,30 y 4,00 horas para el recorrido ida y vuelta.
Longitud: 15 kilómetros, ida y vuelta.
Recorrido: Ruta lineal.
Desnivel: 100 metros positivos (carretera M-505, calzada romana en Pajares, 1.000 metros).
Dificultad: Excursión sin dificultades, que discurre por un ancho camino trazado sobre la antigua calzada romana.
Material: Botas de montaña y ropa de abrigo.
Recomendaciones : Evitar con tiempo inestable y con niebla o nublado. Atención a los días de lluvias intensas, pues parte del itinerario se embarra e inunda con grandes bolsas de agua que dificultan el recorrido. Excursión recomendable para realizar con niños.
Datos básicos
Situación. El Escorial.
Cómo llegar. Desde Madrid por A-6 hasta Las Rozas y M-505 a El Escorial. Mejor opción es el ferrocarril.
Distancia. 60 kilómetros desde Madrid.
Accesos. Desde la estación de tren, salir a la izquierda y dirección sureste pasar bajo las vías del tren. En el otro lado se alcanza una plaza triangular donde surgen dos calles, tomar la de la izquierda, Avenida de Castilla hasta el último cruce. Girar a la izquierda por la calle de Cervantes hasta la primera a la derecha, calle Bailén, hasta su final. Allí atravesar la carretera M-505 hasta empezar la ruta descrita en el llamado puente romano.
Información.Renfe. Tel: 910 240 202 y www.renfe.es
FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/04/madrid/1320404356.html