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Biografías
del mundo
antiguo |
CICERÓN,
Marco
Tulio |
(Arpino,
actual
Italia,
106 a.C.-Formies,
id., 43
a.C.) |
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Orador,
político y filósofo latino. Perteneciente a una familia plebeya de rango
ecuestre, desde muy joven se trasladó a Roma, donde asistió a lecciones de
famosos oradores y jurisconsultos y, finalizada la guerra civil (82 a.C.),
inició su carrera de abogado, para convertirse pronto en uno de los más famosos
de Roma. Posteriormente, se embarcó rumbo a Grecia con el objetivo de continuar
su formación filosófica y política. Abierto a todas las tendencias, fue
discípulo del epicúreo Fedro y del estoico Diodoto, siguió lecciones en la
Academia y fue a encontrar a Rodas al maestro de la oratoria, Molón de Rodas, y
al estoico Posidonio. De vuelta en Roma, prosiguió su carrera política, y en el
lapso de trece años consiguió las más altas distinciones. Empezó como cuestor
en Sicilia en el 76 a.C., y en el 70 a.C. aceptó defender a los sicilianos
oprimidos por el antiguo magistrado Verres, para quien sus alegatos (Verrinaes)
supusieron la condena, lo cual lo hizo muy popular entre la plebe y contribuyó
a consolidar su fama de abogado. Decidido partidario del republicanismo,
admitía la necesidad de un hombre fuerte para dotar de estabilidad al Estado,
figura que reconocía en Pompeyo; sus simpatías por él, sin embargo, no fueron
siempre correspondidas. Su carrera política fue fulgurante: en un año fue
elegido edil, en el 66 a.C. pretor, cargo desde el que propulsó un acercamiento
entre caballeros y senadores (concordia ordinum), y dos años después obtuvo la
elección de cónsul del Senado. Desde esta posición, hizo fracasar la reforma
agraria propuesta por Rullo, hizo frente a los populares, liderados por Craso y
César, y llevó a cabo una de las batallas más dramáticas y peligrosas de su
carrera: su oposición a la conspiración de Catilina. Derrotado en las
elecciones, éste se disponía a promover levantamientos para instaurar una
dictadura. Los cuatro discursos (Catilinarias) pronunciados por Cicerón ante el
Senado a fin de conseguir la ejecución de los conspiradores constituyen la
muestra más célebre de su brillante oratoria, de gran poder emotivo. Sin
embargo, su actuación acabó por significarle el exilio años más tarde, cuando
Clodio, elegido tribuno de la plebe (58 a.C.) gracias a César, consiguió el
reconocimiento de una ley que sancionaba con la pena de muerte a todo ciudadano
romano que hubiera hecho ejecutar a otro sin el previo consentimiento del
pueblo. Tras buscar, sin éxito, el apoyo de Pompeyo, Cicerón marchó al exilio.
Regresó a Roma apenas un año y medio más tarde, pero para entonces su carrera
política estaba prácticamente acabada, situación que pareció hacerse definitiva
con la dictadura de César (48-44 a.C.). Sólo cuando éste fue asesinado, Cicerón
volvió a la escena política para promover la restauración del régimen
republicano. En un principio, mientras Marco Antonio aún no se había afianzado
en el cargo, gozó de cierto poder y consiguió la amnistía para los asesinos de
César, pero apenas aquél se sintió seguro, Cicerón se encontró con una fuerte
resistencia, a la que hizo frente verbalmente con las catorce Filípicas. En
vano intentó entonces aliarse con Octavio, hijo adoptivo de César, contra Marco
Antonio: tras la batalla de Módena, Octavio se reconcilió con Marco Antonio y
unió sus fuerzas con las de éste y con el ejército de Lépido para la formación
del segundo triunvirato (43 a.C.). Ese mismo año, Cicerón fue apresado y
ejecutado.
Formado en las principales escuelas filosóficas de su tiempo, mostró siempre
una actitud antidogmática y recogió aspectos de las diversas corrientes. La
originalidad de sus obras filosóficas es escasa, aunque con sus sincréticas
exposiciones se convirtió en un elemento crucial para la transmisión del
pensamiento griego. Al final de su De Republica contrasta su probabilismo con
una exaltación religiosa de signo neoplatónico. Como literato, se convirtió en
el modelo de la prosa latina clásica, con un estilo equilibrado y de largos y
complejos períodos, aunque perfectamente enlazados.
OBRAS:
Discursos:
- Verrinaes ( h. 70 a.C.)
- De lege agraria (63 a.C.)
- Catilinarias (Catilinam orationes, 63 a. C.)
- Filípicas (In M. Antonium orationes Philippicae, 44 a. C.)
Tratados:
- Sobre la retórica (De oratore, 55 a.C.)
- Sobre la República (De Republica, 54-55 a.C.)
- Sobre las leyes (De legibus, 52 a.C.)
- Cato maior (46 a.C.)
- Sobre la vejez (De senectute, 46 a.C.)
- Sobre la adivinación (De divinatione, h. 45 a.C.)
- Sobre la amistad (Laeleius o De Amicitia, 45 a.C.)
- De finibus bonorum et malorum (45 a.C.)
- Hortensius (45 a.C.)
- Sobre la naturaleza de los dioses (De natura deorum, 45 a.C.)
- Sobre el deber (De officiis, 44 a.C.).
CITAS: «No se puede decir nada tan absurdo como para que no haya
sido dicho por algún filósofo.» De divinatione. |
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