Rey visigodo. A la muerte de su cuñado Alarico, a finales del 410, Ataúlfo se
convirtió en el nuevo rey de los visigodos. Tras abandonar Italia, marchó con
todo su pueblo hacia la Galia, se cree que con la intención de destruir el
poder del usurpador Jovino, para lo cual contaba con el beneplácito del
emperador Honorio. Parece ser que, cuando llegó a la Galia, en el 412,
aparecieron diversos desacuerdos con los romanos y, al no recibir los
suministros que le habían sido prometidos, empezó a actuar por cuenta propia.
Tomó rapidamente Narbona, Tolouse y Burdeos, y las convirtió en el núcleo de un
nuevo reino bárbaro. Para mejorar las relaciones con la población romana,
mayoritaria en sus nuevos territorios, Ataúlfo casó con Gala Placidia, hermana
del emperador, que había permanecido como rehén desde el saqueo de Roma. La
sedentarización que proponía Ataúlfo no gustó a muchos, y en el 415 fue
asesinado en Barcelona, adonde había acudido en busca de pertrechos para poder
continuar su guerra con Honorio.
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