León | EFE 16/08/2009
Capital política y viaria del noroeste hispano, calificada por Plinio como «ciudad magnífica», Astorga presenta un pasado romano de gran interés, pero las investigaciones siguen planteando misterios: ¿Por qué en dos siglos de labores arqueológicas no ha aparecido una sola estatua?
Y no sólo es el caso de las estatuas, porque los investigadores se preguntan por la ubicación del teatro y el anfiteatro, la rareza del foro o la esencia de la misteriosa «Ergástula». Destrozada por Teodorico, Almanzor y hasta en dos asedios la Guerra de la Independencia, Astorga conserva en sus entrañas la huella de su densa historia.
Para el viajero que visite la urbe, se ha preparado una moderna musealización de los restos, en la que han trabajado Melquíades Ranilla, arquitecto, y Luis Grau, director del Museo de León, con el apoyo de la arqueóloga Maria Ángeles Sevillano. En el conjunto del proyecto se ha invertido un millón de euros, a cargo de la Junta de Castilla y León y el ayuntamiento local.
El recorrido romano de Astorga incluye zonas subterráneas y otras al aire libre, y se inicia en foso campamental de la Legio X Gémina, un punto en el que se aprecia cómo sobre el mismo foso se levanta la muralla altoimperial y una de sus torres circulares.
El espacio, bajo de un sótano del paseo Blanco de Cela está magníficamente acondicionado, forrado con madera para ocultar la obra nueva y con un pasillo enmoquetado para evitar ruidos, en tanto que un audiovisual ambienta y explica los restos: «Es todo «obra seca», reversible que permite contemplar correctamente lo romano y aísla dela construcción moderna», argumenta Sevillano, la arqueóloga municipal.
En este lugar el viajero descubre que Astorga tuvo tres recintos defensivos, el campamental de la Legio X, el altopimerial de los inicios de la urbe y la muralla tardía, de final del III o inicios del IV. Cerca de allí se contemplan las termas Menores; las Mayores están aún en excavación, y ocupan cinco 5 solares, y para ellas Sevillano prepara un proyecto integrador.
En varios lugares de la ciudad se detectan los restos del foro cuadrangular cerrado, de inspiración helenística, un espacio excepcional, de 36.000 metros cuadrados, rodeado de un doble pórtico, enclavado en el extremo oriental de la ciudad, en el centro del cual se alzaría un gran edifico, tal vez un templo.
La Ergástula tenida tradicionalmente como cárcel o prisión de esclavos, no sería sino la estructura inferior sobre la que se asentaría el edificio central del foro. Los restos visitables incluyen un fragmento de las cloacas romanas, que se puede recorrer a pie, varias domus y el coqueto museo romano, en el que se acumulan elementos de la época romana, y que se ubica en la misteriosa Ergástula.
La musealización excelente contribuye a dar una buena visión de los restos, pero el visitante le quedan en el aire diversas interrogantes. ¿Una ciudad de este calibre, donde tenía el teatro? Maria Ángeles Sevillano indica que conoce bien la ciudad (ha investigado 150 solares) pero que puede estar en cualquier otro punto, o destruido por haberse construido en barro …o incluso en madera.
¿Dónde están las estatuas? Otro misterio. Pudieron ser retiradas por razones religiosas o para salvarlas del saqueo, o empleadas para reforzar algún muro… Constantino García, otro leonés, estudioso de Pompeya y Herculano, que acompaña a EFE en la visita recuerda el caso de una ciudad italiana donde se molieron las estatuas para hacer argamasa.
El hecho es que en toda Astorga no ha aparecido ni una sola estatua, y la única del museo es una figura femenina en mal estado y sin cabeza, recuperada de un yacimiento exterior, cercana al río Tuerto, posiblemente de una necrópolis.
Y Astorga tenía estatuas: «Seguro; hemos descubierto varias mansiones de gran lujo, en las que se denota la residencia de altos funcionarios romanos… en los restos de vasijas hemos detectado que se bebía aquí vino de Rodas… ¿Cómo no va a haber estatuas?», dice la arqueóloga municipal.
La respuesta sigue, seguramente, bajo tierra.