Restos del antiguo puerto de PisaMaría José Atienza | Irún www.diariovasco.com 28/02/2006

Bajo el título ‘Mar Exterior. El occidente atlántico en época romana’, el volumen recoge las actas del Congreso Internacional de Pisa sobre el Mar Exterior y dedica veintidós páginas al puerto romano de Oiasso. Mertxe Urteaga, autora del capítulo sobre Irún realizará la presentación.

La directora del Centro de Estudios e Investigaciones Arqueológicas Arkeolan, Mertxe Urteaga, presenta hoy, a las seis de la tarde, en la Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma, el libro titulado ‘Mar Exterior. El occidente atlántico en época romana’. El volumen, escrito en euskera, castellano, francés, inglés e italiano, recoge las actas del Congreso Internacional de Pisa, celebrado en noviembre de 2003, y es obra de Mertxe Urteaga y María José Noain. La Diputación Foral de Gipuzkoa y Arkeolan han financiado la edición de este libro de 195 páginas, que dedica un capítulo al puerto romano de Oiasso.

Angelo Bottini, arqueólogo superintendente de Roma y Andrea Camilli, responsable del patrimonio arqueológico de la Toscana, van a acompañar a Urteaga en la presentación del libro. También asistirán al acto la jefa del servicio de Patrimonio histórico-artístico de la Diputación de Gipuzkoa, Gabriela Vives y el director de la Escuela Española de Arqueología, Manuel Espadas, así como otros responsables del patrimonio arqueológico de Italia.

‘Mare externum’

El volumen incluye los estudios presentados al Congreso de Pisa por 17 especialistas de distintos países, todos ellos relacionados con lo que los romanos llamaron mare externum (mar exterior) y nosotros conocemos como el océano Atlántico. En este mar, el Imperio fundó enclaves como Londres, Burdeos y Oiasso y organizó rutas de navegación estables.

«Con el descubrimiento del puerto romano de Oiasso, el año 1992, se abrió un nuevo horizonte de trabajo», dice Imanol Agote, director general de Cultura de la Diputación, en las páginas de presentación del libro. «La incorporación de Gipuzkoa al panorama de la Arqueología romana, aunque tardía, ha sido oportuna y contundente, como corresponde a un territorio situado en el mismo eje del Golfo de Vizcaya».

«¿Existe una cultura romana atlántica con personalidad propia frente a los modelos de la romanidad mediterránea?» Esta es la pregunta que se plantea el presidente de Arkeolan, Jaime Rodríguez Salís, en las primeras páginas de libro. El Congreso Internacional de Pisa y los estudios que recoge ‘Mar exterior. El occidente atlántico en época romana’ ofrecen la respuesta. «Efectivamente, existe una arqueología romana atlántica que se desenvuelve en ese medio y que reúne una serie de referencias complementarias a las mediterráneas», añade Rodríguez Salís.

El libro dedica un capítulo al puerto romano de Oiasso. En 22 páginas ilustradas con fotografías y gráficos, la directora de Arkeolan, Mertxe Urteaga, descubre los detalles de la investigación arqueológica sobre este enclave marítimo romano y su entorno. El descubrimiento del puerto contribuyó decisivamente a la identificación del asentamiento de Oiasso, citado por las fuetes clásicas. Estrabón sitúa la polis de Oiasso «en el borde mismo del Océano», conectada por Ilerda y Osca con Tarraco. Añade que «esta vía mide 2.400 estadios y acaba justo en la frontera entre Aquitania e Iberia».

El libro repasa la historia de las investigaciones arqueológicas, desde las primeras excavaciones promovidas por Jaime Rodríguez Salís entre 1961 y 1972, con hallazgos en el yacimiento submarino de Higuer, la plaza del Juncal y la necrópolis de Santa Elena. Pero fueron las obras de construcción de un colector en la calle Santiago, en 1992, las que permitieron realizar una docena de sondeos en el lugar donde podían ubicarse las instalaciones portuarias. «La hipótesis quedó confirmada», cuenta Mertxe Urteaga. «Un tramo de 50 metros de colector ocupaba zonas de sedimentos inundados entre los que se recogieron abundantes ajuares romanos».

Sondeos y excavaciones

Tras la excavación de Santiago, los registros portuarios se repitieron en algunos solares (Santifer, Paternayn, Tadeo Murguía) y resultaron negativos en otros, lo que permitió delimitar el área de un puerto construido entre los años 70 y 95. En el libro, se detallan, además, los restos de cerámica, cuero y madera hallados, así como las semillas y elementos vegetales, el descubrimiento de las termas y otros puntos de la trama urbana y la relación del puerto con las minas de Aiako Harria.

‘Mar exterior’ es, en principio, un libro para especialistas, pero cualquier amante de la historia lo encontrará interesante.

Una investigación tardía
En los primeros párrafos del acta sobre el puerto romano de Oiasso, Mertxe Urteaga trata de explicar el retraso de las investigaciones guipuzcoanas en el contexto de la arqueología romana peninsular. «En este panorama, los territorios vascos del Atlántico apenas ofrecen referencias de interés, constituyendo un vacío histórico que, como viene demostrándose, es resultado más de la falta de atención que de la ausencia de testimonios», dice la directora de Arkeolan. «El handicap de una historiografía que, de una u otra formas, ha vinculado la presencia romana con la expresión identitaria actual de los vascos, ha condicionado el desarrollo de las investigaciones».

La pervivencia del idioma, el euskera, una lengua pre-indoeuropea, se ha explicado «por la poca incidencia de la dominación romana y, desde puntos extremos, se ha concluido en la escasa permeabilidad de los indígenas a las influencias colonizadoras, para unos, debido a la resistencia a ser conquistados y asimilados; para otros, debido a la carencia de atractivos. El caso es que, a excepción de un puñado de testimonios aislados recuperados casualmente, el territorio de Gipuzkoa había permanecido al margen de las actuaciones de arqueología romana hasta hace pocos años. Esta situación ha cambiado de rumbo gracias a los descubrimientos realizados en Irún y, sobre todo, a partir del horizonte abierto con la aparición del puerto en el año 1992».