José Guillermo Ánjel R. | Medellín | www.elcolombiano.com 28/01/2012

Revisado Marco Porcio, de usted se puede considerar que fue el primer ideólogo conservador. Se opuso a las costumbres griegas, escribió en prosa y en latín sin contaminar y no estuvo de acuerdo en que las mujeres se mostraran como objeto de deseo.

Denunció la corrupción entre los patricios y los équites (nobles y plebeyos con dinero) y, para su carrera política, ejerció los diversos cargos que exigía la carrera del honor. Fue edil, cuestor, tribuno, cónsul y censor (cuidados de las costumbres). Y si bien se oponía a la retórica, fue un gran orador.

De usted es la frase «y por eso, Cartago debe ser destruida», asunto que finalmente se cumplió al término de las guerras púnicas (las que Roma llevó contra los descendientes de los fenicios). Pero hay más que tiene que ver con lo suyo: siempre dio la cara (se dice que enfrentó 42 procesos y salió incólume de ellos), vivió como un estoico y escribió un libro de agricultura y pastoreo.

Con usted, Marco Porcio, se da la ideología radical (la que se fundamenta en las raíces) y quizá, influenciado por Polibio (griego que exaltó todo lo romano), la severidad en las costumbres.

Y es claro que muchos no estuvieron de acuerdo con sus propuestas, que veían exageradas, pero el hecho es que sus teorías, Marco Porcio, determinaron el punto en que se crece o se cae, la belleza o la decadencia (fruto de la copia de costumbres ajenas y de exigir más derechos que ejercicio de los deberes).

No al azar, después de usted, apareció Horacio, el primer gran poeta latino, con sus cartas en defensa de la moral civil (vida en orden) para evitar frustraciones y desasosiegos. Por lo que se lee de León Tolstoi, usted debió ser su maestro. Lo que tiene sentido la inteligencia lo acoge.

Pero lo interesante no es que usted, Marco Porcio Catón, haya sido conservador. Sino la consecuencia y claridad de sus ideas. Usted mismo aplicó en su comportamiento lo que dijo y así no hubo contradicción entre las palabras y los hechos. Quizá Barij Spinoza, el filósofo holandés, fue el único que siguió su ejemplo.

Y como dijo, así fue. En los tiempos que nos tocan, líquidos (como dice Zigmunt Bauman), la consecuencia, es decir, convertir la palabra en hecho y en conducta, ha sido reemplazada por la conveniencia. Hablamos sin dar el ejemplo, planeamos sin meternos en el plan, mentimos y nos quedamos en la ilusión de no haberlo hecho. Y así vamos, contradiciéndonos y sintiendo miedo. Si usted nos viera, se le pararían sus pelos rojos.

Marco Porcio Catón (Marco de nombre, Porcio de apellido -su familia criaba puercos- y Catón de apodo, por lo astuto), fue la voz más fuerte de la Roma preimperial. Fue censor en el mejor sentido de la palabra: cuidador de buenas costumbres. Y murió a los 85 años, cuidando su granja y su espíritu.

FUENTE: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/A/a_caton/a_caton.asp