ÉPICA
ROMANA
1.-
CARACTERÍSTICAS DEL GÉNERO
ORÍGENES
Y PRECEDENTES
Se
entiende por épica aquellas manifestaciones literarias de carácter narrativo
que cuentan con un lenguaje solemne y majestuoso las hazañas legendarias de héroes
o los orígenes míticos de un pueblo. La épica surge en las culturas
primitivas vinculada con la tradición oral: son composiciones que se
transmiten oralmente, generalmente con acompañamiento musical y que no tienen
ni un único autor ni un texto fijo. A este estadío pertenecen las dos
grandes epopeyas de la India - el Ramayana y el Mahabarhata -, y los poemas
homéricos. Precisamente la enorme influencia que ejerce en toda la civilización
occidental la cultura griega hace que, a partir de la Iliada y la Odisea, la
épica se convierta en un género literario con características bien
definidas. Surge de esta forma el poema épico o épica culta, producto de la
voluntad de su autor que escoge el tema y utiliza conscientemente los recursos
estilísticos a su alcance. A este último tipo de poesía pertenecen todas
las obras de carácter épico de la literatura latina. En origen y desarrollo
del género épico en Roma podemos observar tres características
fundamentales:
Como
ya se ha dicho los dos poemas homéricos son el punto de arranque de toda la
épica occidental. En Roma Livio Andrónico, poeta tarentino del siglo III a.
de J.C., tradujo, o más bien realizó una versión libre de la Odisea en
versos saturnios. Esta obra, que dio a conocer los poemas de Homero en Roma,
ejerció una enorme influencia y fue utilizada en las escuelas.
Desde época muy temprana los autores latinos sustituyen los elementos míticos
y legendarios por sus propias gestas históricas como tema de sus poemas épicos.
Las primeras obras originales de género épico son epopeyas nacionales y, en
cierto sentido, así se pueden considerar también los dos grandes poemas épicos
que se nos han conservado completos: La Eneida y La Farsalia. El primer poeta
que escribe una obra de estas características es Nevio, que a fines del siglo
II a. de J.C. publicó con el titulo de Bellum Punicum un poema en versos
saturnios sobre la primera guerra púnica en la que había participado
personalmente. Entre los poetas que cultivaron el género épico con
anterioridad a Virgilio destaca por su importancia Ennio, con quien la épica
latina se consolida definitivamente. Su poema Annales es considerada como la
epopeya nacional romana hasta la aparición de la Eneida. Era una obra en 18
libros, de los que sólo se conservan fragmentos, sobre la historia de Roma
hasta su época. Su importancia en el desarrollo del género es grande, no sólo
porque fue el primero en utilizar el hexámetro, verso tomado del griego y del
que la épica toma el nombre, sino también porque fue el creador de un
lenguaje épico en Roma. Toda la obra de Ennio contiene un sentimiento típicamente
romano: un gran amor y admiración por Roma y por las hazañas de sus héroes.
A comienzos del siglo I a. de J.C. se descubre en Roma a los poetas griegos
del siglo III que, reunidos en Alejandría, habían creado una poesía mitológica
erudita. De la influencia de este tipo de poesía surgen en Roma una serie de
poemas narrativos extensos de tema mitológico, escritos en hexámetros. A
este tipo pertenecen los "epilios" de los neotéricos y, muy
especialmente, las Metamorfosis de Ovidio.
2.-
VIRGILIO, EL POETA DEL PRINCIPADO
2.1.-
Datos biográficos y perfil humano
La
existencia de tres buenas biografías de Virgilio ponen de evidencia la
extraordinaria popularidad y estima de que gozó el poeta en su propia época.
La más extensa de estas "vitae" es la escrita por Suetonio y
reproducida después por Donnato. Además de estas biografías cercanas en el
tiempo al poeta, también el propio Virgilio esparce por sus obras datos
personales que nos dan una buena información de primera mano.
Publio Virgilio Marón constituye una de las cimas de la literatura latina,
siendo uno de los autores clásicos que ejerció en la literatura posterior
una influencia más duradera y permanente. Junto con HORACIO
y OVIDIO personifica la edad de oro que para la poesía fue la época de
Augusto. Nació en una aldea cercana a Padua en el año 70 a. de J.C. y
perteneció a una familia de clase media. Conviene señalar que, igual que
ocurre con Livio, Horacio, Ovidio y tantos otros autores latinos importantes,
Virgilio no era romano sino italiano, de la ribera del Po, y que, por elección
propia pasó gran parte de su vida en la ribera del golfo de Nápoles; por
este motivo algunos estudiosos del poeta señalan que en su persona, como en
su obra, se realiza la unidad de Italia. Fue educado en Cremona y Mediolanum
(Milán), estudiando con posterioridad filosofía y retórica en Roma. Murió
en Brindis, el 19 a. de J.C., al regreso de un viaje a Grecia que había
realizado para conocer "in situ" los lugares en los que se
desarrollaba la Eneida. Fue llevado a Nápoles y enterrado en las afueras de
esta ciudad.
Vivió una época de profunda crisis en el mundo romano y asistió a los
cambios que supuso el gobierno de Augusto, colaborando activamente y de buen
grado en ellos. Aunque era persona de carácter tímido y poco comunicativo,
sin embargo estaba muy relacionado con los grupos cercanos a Augusto y con el
propio emperador; se sabe que, habiéndose visto afectadas sus tierras
familiares por las expropiaciones llevadas a cabo por Augusto para asentar a
los veteranos de las guerras contra los asesinos de César, les fueron
devueltas o cambiadas por otras gracias a la intervención de Galo y Asinio
Polión. Perteneció en un primer momento al "circulo de Polión",
trasladándose después al de Mecenas, el gran amigo de Augusto y protector de
artistas que colaboró con él en el intento de renovación de las costumbres
y tradiciones romanas antiguas. Virgilio, profundamente identificado con los
proyectos de Augusto, es el máximo representante de una poesía al servicio
de los valores tradicionales de patriotismo y religiosidad que propugnaba el
emperador. Aunque Virgilio es conocido gracias a la Eneida, ésta es su última
obra. En su juventud estuvo relacionado con el grupo de poetas conocidos como
neotéricos y publicó una serie de poemas de gusto alejandrino recogidos en
una libro titulado Appendix Vergiliana. Entre los años 42 y el 39 a. de C.
escribe la Bucólicas, que son la primera manifestación de la poesía augústea.
Son diez composiciones de tema pastoril. Desde el 36 al 29 a. de C. trabajó
Virgilio en las Geórgicas. Con este poema pretende apoyar la política de
Augusto tendente a restablecer, una vez acabadas las guerras civiles, los
modos de vida vinculados a la labor agrícola y a la vida campesina; su
intención es proponer como ideal la vida en armonía con la naturaleza, que
proporciona paz y contento, aunque no esté exenta de dureza y contratiempos.
Virgilio fue un poeta admirado y reconocido ya en vida; son muchas las anécdotas
sobre las manifestaciones espontáneas de cariño y reconocimiento que
provocaba su presencia en lugares públicos; gozó de un reconocimiento
importante en todas las épocas, y es uno de los autores más influyentes en
todos los momentos de la civilización occidental. Su fama se basó en un
primer momento en su carácter de poeta épico que había puesto de manifiesto
la grandeza de Roma, pero su enorme importancia y su influencia posterior se
debe a la perfección técnica de sus versos así como a su profunda humanidad
y amor a la naturaleza.
2.2.-
LA ENEIDA
2.2.1.-
Tema y Estructura
Virgilio
dedica los diez últimos años de su vida, del 29 al 19 a. de C.- a escribir
la Eneida, un poema épico en hexámetros que iba a eclipsar todas las obras
épicas precedentes de escritores romanos e iba a fijar las características
del genero para los escritores épicos posteriores. En este poema se ensalza
el origen y crecimiento del poder romano. Ciertamente por los años en que
Virgilio comienza a escribir la Eneida se producen los hechos centrales que
inician el principado de Augusto: Octavio regresa victorioso de Accio, la paz
en el imperio es total, se concede el titulo de "Principe" y de
"Augusto" a Octavio; en resumen, Roma vive unos momentos de gloria
que pudieron inducir al poeta a lanzarse por los caminos de la épica. Al
parecer el deseo de Mecenas y del círculo de intelectuales próximo a Augusto
era que el poema se hubiera centrado en la figura del propio emperador; el
logro de Virgilio fue prescindir de la glorificación personal y unir los
destinos de Roma y de Augusto en la glorificación de los orígenes míticos
de la ciudad. Para ello se sirve de la leyenda de Eneas, padre mítico de Roma
y, al mismo tiempo, antepasado divino de Augusto.
El tema central del poema es, pues, la leyenda de Eneas, el héroe troyano que
sobrevivió por mandato de los dioses a la destrucción de Troya y, tras un
largo viaje, fundó un asentamiento troyano en Italia. La intencionalidad política
de la Eneida es evidente ya en la elección del tema. Escogiendo la leyenda de
Eneas como fundador de Roma, Virgilio relacionaba ésta definitivamente con la
cultura griega. Por otra parte, se hacía descender "la gens Iulia",
a la que Augusto pertenecía, de Iulo, el hijo de Eneas; de esta forma, como
según la leyenda Eneas era hijo de la diosa Venus, se establecían unos orígenes
divinos para el emperador. Virgilio presentaba así el régimen de Augusto
como el heredero natural del glorioso pasado romano: Roma y Augusto quedaban
de esta manera identificados de forma mucho más sutil y eficaz.
Como obra literaria la Eneida es un poema de una extraordinaria complejidad.
Sin duda Virgilio se inspiró en los poemas homéricos, pero al mismo tiempo,
abandonando su primera vinculación con los "poetae novi", se
aproxima a la épica arcaica de Ennio y de Nevio, que habían ensalzado a los
héroes de su historia nacional mezclando hechos históricos con aspectos
legendarios. Virgilio logra unir en el poema el presente y el pasado, la
historia y la leyenda con gran habilidad; las hazañas de Augusto y los logros
y aspiraciones de su recién nacido Principado aparecen en el poema, no
expuestos directamente como materia narrativa, sino en forma de disgresión
profética o fabulosa: en el libro I, Jupiter pasa revista a la historia de
Roma hasta la época de augusto; en el libro VI la sombra de su padre,
Anquises revela a Eneas el destino de Roma como dominadora y civilizadora de
pueblos; por último, Virgilio aprovecha el recurso épico a la descripción
de las armas, tomado directamente de Homero, para realizar una descripción de
la historia de Roma que culmina con la victoria de Accio y el triunfo de
Octavio Augusto. La Iliada y la Odisea le sugirieron la composición del poema
en dos partes: los seis primeros libros, en los que se narra la peregrinación
de Eneas desde la destrucción de Troya hasta su llegada a Italia, recogen el
modelo de la Odisea; los otros seis, que recogen las alternativas en la lucha
por la conquista de Italia, recuerdan a la Iliada. A la influencia homérica
se debe también la presencia de los dioses y sus interferencias en la vida
humana.
Por otra parte, Virgilio se mantiene en la Eneida fiel al concepto romano de
épica: es un poema nacionalista en el que no sólo Roma sino también Italia
forma parte de los acontecimientos. Junto a la maquinaria mitológica, tomada
del mundo homérico, aparecen en el poema, tratadas con gran respeto, antiguas
creencias y prácticas religiosas, que estaban profundamente ancladas en la
tradición romana. Es un poema que enaltece los sentimientos de piedad y
religión, rasgos característicos de la antigua Roma y que Augusto intentaba
restaurar. Eneas se nos presenta guiado paso a paso por la voluntad de los
dioses en su tarea de establecer los "Penates" troyanos en Italia.
Virgilio, aún reconociendo su deuda con Homero, supo imprimir a su obra un
profundo sello de "romanidad": pretendió reflejar los principios de
la restauración religiosa y moral que se estaba realizando durante el
Principado de Augusto.
El poema comienza cuando Eneas y sus compañeros llevan ya algunos años
vagando en busca de la tierra donde, según el mandato de los dioses, han de
fundar una nueva ciudad. Eneas, con los Penates de la destruida Troya, con su
padre Anquises y su hijo Ascanio vaga, asistido por su madre Venus, durante
mucho tiempo por el mar, cuando una tempestad los arroja a las costas de África.
Allí se está levantando Cartago, la futura rival de Roma. Recibido
hospitalariamente por la reina Dido, Eneas hace un relato de la destrucción
de Troya y de los acontecimientos posteriores. Narra a continuación Virgilio
los amores de Eneas y Dido, que se ven obstaculizados por Jupiter, quien
recuerda a Eneas la misión encomendada por los "hados"; Eneas parte
y Dido se quita la vida. Estos episodios ocupan los primeros cuatro libros y
destacan de entre ellos la destrucción de Troya, narrada con tono
verdaderamente épico en el libro II, y los amores de Dido y Eneas, que ocupan
todo el libro IV de un gran valor dramático y centrado en torno a la figura
de Dido, uno de los personajes más logrado del poema. La primera parte del
poema termina con el descenso de Eneas al infierno, narrado en el libro VI;
allí contempla los espíritus de personas desaparecidas y recibe de su padre
Anquises una visión profética sobre sus descendientes. Es éste un libro de
una gran belleza formal y dotado, al mismo tiempo, de un importante contenido
ideológico y filosófico; en él se exponen las ideas de Virgilio, tomadas
del Neoplatonismo, acerca de la vida de ultratumba y de la reencarnación.
Los seis libros siguientes, de mayor contenido narrativo y tono épico, narran
la llegada a Italia de Eneas y sus compañeros y sus luchas principalmente con
los Rútulos por el dominio de Italia. Destacan en estos libros algunos
episodios, como el de Niso y Euríalo (libro IX) de gran valor dramático, el
ataque de las amazonas dirigidas por Camila y, muy especialmente, el combate
final entre Turno y Eneas que termina con la victoria de este último.
2.2.2.-
Lengua y estilo de la Eneida
Desde
el punto de vista de la evolución del género épico, la Eneida se distancia
de todos los poemas anteriores: por primera vez en un poema épico se insertan
en la narración recursos y tonos literarios dramáticos y líricos. El estilo
de la Eneida es nuevo; Virgilio varía el tono del poema según los momentos y
alterna con gran naturalidad la solemnidad épica con el lirismo más puro y
con momentos de fuerte dramatismo. Probablemente no alcanza la grandeza de
Homero, pero construye una obra de gran humanidad; este es el rasgo más
característico de Virgilio: el poeta canta al hombre que sufre para obedecer
su destino y no al guerrero que combate. En este carácter lírico de la
Eneida, que tan bien se adecua al propio carácter del poeta, se observa la
influencia del "epilio" alejandrino. Aunque Virgilio imita a Homero
y se inspira en él, su concepción de la poesía es ya muy distinta. Homero
es el representante paradigmático de una épica primitiva, pensada para ser
recitada generalmente con acompañamiento musical; su intención era
exclusivamente cautivar y entretener. Virgilio, por su parte, es un poeta
erudito: su obra es producto de un intenso estudio de la fuentes y de los
modelos tanto griegos como latinos.
Uno de los aspectos más criticados del poema virgiliano es el tratamiento de
los personajes, en concreto el de Eneas. Se acusa a Virgilio de crear un
personaje excesivamente frío, atento solamente a la voluntad de los dioses y
con poca vida. El rasgo más característico de Eneas es la "pietas"
y es más un héroe humano que un héroe guerrero como los homéricos. El
segundo personaje en importancia es Dido, cuyos amores con Eneas son el centro
del libro IV; este personaje está tomado de la tradición épica latina:
Nevio ya la había introducido en su poema. Virgilio nos la presenta como una
víctima de los dioses. La figura de Dido desmiente a quienes consideran que
Virgilio era demasiado blando como para crear caracteres fuertes; es Dido,
quizá, la figura más lograda de la Eneida y está llena de fuerza y pasión
humana.
La Eneida es una obra de extraordinaria perfección estilística y métrica,
aunque su autor pidió en su testamento que se destruyera por considerarla
inacabada. A pesar de los deseos del poeta, Augusto dio orden de que se
publicara sin añadir nada, por ese motivo encontramos versos incompletos.
Virgilio es el creador de un lenguaje poético clásico de extraordinaria
perfección formal. Su estilo se caracteriza por la ya comentada variedad de
tonos y por la cuidada selección de términos: alterna la utilización de
neologismos (términos nuevos) y de arcaísmos que dan solemnidad al texto.
Logró además una perfecta adaptación del hexámetro a la lengua latina.
3.-
LUCANO O LA ÉPICA ANTICLÁSICA.
3.1.-
Datos biográficos y perfil humano.
El
poeta de origen español Lucano protagoniza hacia mediados del siglo I de
nuestra era el único intento de renovar la épica, apartándose de forma
consciente e incluso oponiéndose activamente a la concepción épica
virgiliana, considerada clásica y que ejercía una influencia total sobre los
poetas épicos posteriores. Lucano es el representante en el campo de la épica
de un estilo nuevo, anticlásico y vinculado al movimiento estoico que, de la
mano de Séneca el Filósofo, se impone en los primeros años del reinado de
Nerón.
Marco Anneo Lucano era hijo de Anneo Mela, hermano menor de Séneca el Filósofo
con quien el poeta mantuvo una estrechísima relación y al que probablemente
debe su inclinación por el estoicismo. Nació en Córdoba en el 39 d. de C.,
aunque fue llevado casi inmediatamente a Roma donde recibió una esmerada
educación. Estudió filosofía con el estoico Cornuto, completando su formación,
como era frecuente entre las familias distinguidas, con una estancia en
Atenas. Gozó en sus primeros años de la amistad del emperador Nerón que lo
admitió en su círculo. Esta situación varió años más tarde por razones
que no se conocen exactamente, pero a las que no parecen ser ajenos los celos
de Nerón ante el talento poético de Lucano y su éxito literario. Lo cierto
es que a partir de un determinado momento se le prohibió escribir poesía y
el ejercicio de la abogacía en los tribunales. Acusado de participar en la
conjura de Pisón fue finalmente obligado a suicidarse, igual que su tío Séneca,
en el 65 d. de C, a la temprana edad de 26 años. Lucano fue un autor muy
precoz y extraordinariamente prolífico; sólo conservamos completo un poema
épico-histórico, la Farsalia, pero nos han llegado los títulos así como
noticias diversas de otras catorce obras, entre las que figuran obras dramáticas,
discursos, sátiras y poemas varios.
3.2.-
La Farsalia.
3.2.1.-
Composición y estructura del poema.
La
única obra de Lucano que se nos ha conservado es la Farsalia, poema épico-histórico
en hexámetros que tiene como tema la guerra civil entre César y Pompeyo,
representante del partido republicano. La obra se compone de diez libros,
aunque parece ser que Lucano tenía pensado escribir doce. El poema está
inconcluso y su redacción se vio interrumpida en el libro X por la muerte de
su autor. Tampoco tenemos información sobre con qué acontecimiento histórico
debía terminar, aunque la idea más extendida es que pretendía finalizar el
poema con la muerte de César. De hecho la obra sólo llega hasta la guerra de
Alejandría y todo lo demás pertenece al campo de las conjeturas.
Generalmente se piensa que el poema fue compuesto en dos períodos distintos.
Los tres primeros libros los escribiría Lucano antes de su enfrentamiento con
Nerón, y tratan de los comienzos de la guerra civil de un modo relativamente
favorable a César; en los siete libros restantes, publicados después de la
muerte de su autor, predomina un intenso republicanismo.
El poema de Lucano presenta varios problemas a la crítica; el primero de
ellos es el de título del mismo. Parece ser que el titulo originario y el que
aparece en los manuscritos más antiguos era Belli civilis libri y que el
nombre de Farsalia, con el que se la designa habitualmente, se debe a una
interpretación, al parecer errónea, del siguiente verso del poema:
"Pharsalia nostra vivet" (nuestra Farsalia vivirá, Phars. 9,985).
Problema también muy debatido es el género -historia, retórica o poesía-,
al que se debe adscribir la Farsalia. Es éste un problema estrechamente
vinculado al tema elegido por el poeta para su poema, uno de los aspectos en
los que Lucano resulta profundamente innovador. La elección de un tema histórico
reciente contradice abiertamente no ya el paradigma de poesía épica fijado
por Homero y Virgilio, sino también los principios teóricos enunciados por
Aristóteles acerca de la épica; según el filósofo griego en la epopeya era
necesario narrar hechos universales, atemporales, que pudieran haber ocurrido,
pero no hechos ocurridos realmente. Según esta concepción, el poema de
Lucano no sería épica sino historia versificada; ésta es la opinión que
expresa Petronio en el Satiricón y que sostienen la mayor parte de los
partidarios del clasicismo. Por otra parte el tono declamatorio, sentencioso y
retórico de la obra hace decir a Quintiliano sólo unos años más tarde que
Lucano "debe ser imitado más por los oradores que por los poetas".
Se puede considerar a Lucano un historiador épico y filosófico, que utiliza
el tema histórico no como un pretexto sino como un vehículo de sus ideas y
de su arte.
Desde el comienzo del poema, Lucano rompe abiertamente con las convenciones
que para el género épico estaban fijadas desde Homero. En este sentido es
significativo su renuncia a invocar a las Musas, a Apolo o a cualquier otra
divinidad helénica. Niega así la necesidad de modelos griegos para un poema
que él considera específicamente romano. Rompiendo de esta manera con la épica
heroica, se vincula con una cierta épica italiana menos conocida que, a la
manera de Nevio, extraía sus temas de la historia reciente de los pueblos de
la península. A esta tradición italiana debe Lucano toda una serie de
elementos fantásticos y maravillosos como sueños proféticos, escenas de
migromancia, augurios y prodigios que pueblan la Farsalia.
En general la obra es anticlásica. Las características especiales de la
Farsalia que hacen de ella un poema épico revolucionario son las siguientes:
-
El
ya comentado cambio temático. El poema es exclusivamente histórico.
Renuncia a, los elementos míticos tradicionales. La idea que domina el
poema, muy cercana al pensamiento estoico, es que el propio pueblo romano ha
conducido a Roma a su situación de decadencia con la corrupción y las
discordias civiles.
-
La
ausencia de dioses y de aparato mitológico. Lucano destierra completamente
a los dioses de su obra. Estos no tienen ninguna incidencia en el desarrollo
de la acción. En el centro del poema está el hombre responsable único de
sus actos. El "fatum" (destino) de los estoicos hereda parte de
las funciones atribuidas a los dioses en la épica tradicional.
-
Al
no poder explicarse los acontecimientos por intervención divina, los hechos
se explican de forma racional. Las causas de la guerra civil, por ejemplo,
fueron minuciosamente analizadas.
-
Por
último, también rompe la tradición virgiliana el hecho de que la Farsalia
no tenga un héroe unívoco. Hay tres figuras en la obra con entidad
suficiente para ser considerados héroes: César, Pompeyo y Catón; pero
Lucano no se inclina con claridad por ninguno de ellos, aunque parece que
sus simpatías están del lado de Catón; hay autores que se inclinan por
considerar que el héroe del poema es alguna de estas personificaciones
abstractas como la Libertad o el Destino.
En
su conjunto es una obra más trágica que la Eneida, porque sus personajes,
determinados por la Fatalidad, tienen poco campo de actuación; pero, al mismo
tiempo, es menos humana, porque en ella hay poca ternura y piedad, cualidades
que sí tenían una fuerte presencia en el poema virgiliano.
3.2.2.-
El estilo de Lucano
Lucano
es un representante de los gustos anticlásicos de la época neroniana y,
tanto en el contenido como en la forma, intenta iniciar un nuevo camino para
la épica, alejándose del modelo establecido por Virgilio y que nadie osaba
cuestionar. Lucano inicia un camino verdaderamente revolucionario. El primer
rasgo que destaca en su obra, como ya hemos comentado, es el uso y abuso del
tono retórico, que se manifiesta con diversos procedimientos:
amplificaciones, repetición de ideas, aliteraciones, quiasmos, etc. Utiliza
con frecuencia descripciones coloristas y discursos artísticamente
elaborados, así como sentencias y frases lapidarias que se han convertido en
citas célebres. Era excesivamente enfático y colorista, pero poseía
cualidades como poeta que se ponen de manifiesto cuando se olvida de la
filosofía y logra moderar su tendencia a enfatizar; sus hexámetros se
suceden entonces fluidos y armoniosos.
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