Pamplona | EFE 10/09/2009

La Compañía Teatral XXL ofrece mañana en el Teatro Gayarre una original versión, en formato de comedia de aire cabaretero, de un clásico de Aristófanes, bautizada para la ocasión como «Lisístrata, la paz por güebos», que reflexiona en tono de humor sobre elementos universales como el sexo y la guerra.

Con cinco actores que dan vida a casi una veintena de personajes y dos músicos sobre el escenario que interpretan todas las canciones en directo, «Lisístrata, la paz por güebos» está dirigida por Ramón Vidal e interpretada por Patxi Larrea, Sergio de Andrés, Maite Redín, Nerea Bonito y Adriana Olmedo, ésta última autora asimismo de las canciones.

Pese a su tono de comedia y su antigüedad, la obra reflexiona sobre un asunto actual como es la guerra, ya que Lisístrata, esposa de un soldado ateniense, cansada de las continuas guerras entre Atenas, Esparta y otras ciudades griegas, convence a las mujeres de ambos bandos para realizar iniciar una huelga de tipo sexual y no mantener relaciones con sus esposos hasta que estos firmen la paz, lo que finalmente consiguen.

Según ha explicado en conferencia de prensa Maite Redín, «la temática siempre iba a estar ahí porque forma parte del ser humano, tanto el sexo como la violencia. La violencia por desgracia y el sexo por fortuna», ha señalado tras advertir que se trata de una adaptación «muy, muy, muy libre» y «muy loca» de la obra.

La actriz ha explicado que la idea de tratar un clásico con este formato humorístico y musical les pareció «muy divertida» y original, y que entroncaba con la trayectoria de la compañía «XXL», que «lleva tiempo haciendo cabaret».

Ha señalado que, además, esta versión «es para público de todas las edades», de forma que «la música también une, y el humor es muy cercano a cualquier edad del público».

Por su parte, Adriana Olmedo, actriz y compositora de los temas musicales que se interpretan en la obra, ha explicado que éstos son «la amalgama que ha unido todas estas piezas cogidas a partir del texto de Aritófanes. Ha sido la manera de hacer un hilo, un nexo, una unión, y conformarlo en un cabaret muy loco y original».

Así, en la obra «todas las canciones cuentan, forman parte de la historia, no son un adorno, sino que la letra y todo lo que cuenta, forma parte de la historia que está viendo el espectador».

En cuanto a la interpretación, ha señalado que los dos músicos que pisan continuamente el escenario tocan varios instrumentos (piano, guitarra, batería y bajo), aunque también los actores tocan en algunos momentos y «entre todos formamos una orquesta».