Valladolid | EFE 07/03/2008
Castilla y León distingue la autoridad humanística del filólogo Valentín García Yebra. «Si se cerrase la puerta a los clásicos griegos y latinos se prescindiría de la base donde se asienta la cultura de España y de Occidente, y representaría un problema muy grave para cualquier país que así lo dispusiese en su sistema educativo».
La trayectoria humanista del filólogo y académico Valentín García Yebra, de 90 años, ha sido destacada hoy por el jurado que ha fallado en su favor el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades 2007, convocado por el Gobierno de esta comunidad autónoma y dotado con 18.500 euros.
Como «uno de los más notables humanistas que ha dado nuestra Comunidad a la cultura del mundo hispano», principalmente merced a sus numerosas traducciones de autores grecolatinos, ha destacado el acta del fallo que en nombre del jurado ha leído a los informadores el historiador y catedrático Manuel Fernández Álvarez.
Ha enriquecido el idioma con sus traducciones, donde ha sido «un verdadero maestro, un teórico y uno de los exponentes más valiosos del humanismo español», ha insistido Fernández Álvarez antes de consignar la «impresionante deuda» que España tiene con una ejecutoria en la que destacan transcripciones de libros de Aristóteles, Séneca, Julio César y Cicerón, entre otros autores.
«Si se cerrase la puerta a los clásicos griegos y latinos se prescindiría de la base donde se asienta la cultura de España y de Occidente, y representaría un problema muy grave para cualquier país que así lo dispusiese» en su sistema educativo, ha dicho García Yebra a la Agencia Efe poco después de conocer un premio que le ha sorprendido de una manera «muy grata».
García Yebra, después de lamentar su pesar por el fallecimiento de su compañero Antonio Colino en la Academia de la Lengua, ha explicado que en España todavía quedan «muy buenos» especialistas en los clásicos y ha puesto como ejemplo al académico y «gran helenista» Francisco Rodríguez Adrados.
Valentín García Yebra nació el 28 de abril de 1917 en Lombillo de los Barrios (León), es doctor en Filología Clásica y durante once años dirigió el Instituto Español de Tánger antes de recalar, en 1974, en la dirección del Instituto de Lenguas Modernas y Traductores, creado por su iniciativa en la Universidad Complutense.
Desde 1984 es miembro de número dentro de la Academia de la Lengua, donde ha desarrollado un importante trabajo en las comisiones de Etimología y Gramática.
Es doctor honoris causa por las universidades de León y de Atenas y de su faceta pedagógica, plasmada en numerosas traducciones y de publicaciones de libros de gramática y lingüística, ha sido reconocida entre otros premios con la Medalla de Oro del Gobierno de Puerto Rico en 1996 y el Premio Nacional al Mejor Traductor en 1998 por el conjunto de su obra.
El Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades se entregará, junto a los galardonados en las siete modalidades restantes, en una fecha próxima al 23 de abril (Día de la Comunidad).
Fue instituido en 1984, en su primera edición recayó en el filólogo Antonio Tovar que abrió así una nómina de la que también forman parte, entre otros, los historiadores Felipe Ruiz (1991) y Julio Valdeón Baruque (2001); el economista Enrique Fuentes Quintana (1993), el equipo investigador de Atapuerca (1997), el musicólogo Joaquín Díaz (1998) y el cardenal Marcelo González (1999).