Volos (Grecia) | EFE 15/06/2008
La réplica del «Argo», el legendario barco en el que el príncipe Jasón y los 50 argonautas emprendieron hace 3.500 años la busca del «vellocino de oro», zarpó desde el puerto griego de Volos, pero con rumbo a Venecia ya que complicaciones políticas han impedido reproducir la mítica ruta original.
«Finalmente lo logramos y navegamos lejos de todo», declaró a Efe a bordo del «Argo», en su primera jornada de travesía, el almirante Apostolis Kurtis, jefe de este proyecto que comenzó hace ocho años.
«No es lo que soñamos pero ya que no podemos seguir la ruta de Jason, iremos en sentido contrario», dijo Kurtis, presidente del Instituto de Investigación para la Construcción de Barcos de la Antigüedad.
La reproducción del viaje de Jasón desde Yolcos (actual Volos) hasta las costas de Poti, en Georgia, no fue posible debido a que las autoridades turcas no se comprometieron a brindar protección en sus aguas territoriales, según el Ayuntamiento del puerto griego.
Grecia y Turquía, países ribereños del Egeo, mantienen contenciosos sobre la soberanía de las aguas territoriales y de algunos islotes, que les ha llevado al borde de una guerra en el siglo pasado. No obstante, Kurtis y su equipo se empeñaron en proseguir con el proyecto por el mar Jónico y el Adriático.
La embarcación, con 50 remeros y una vela, recorrerá de 10 a 15 millas marinas cada día, con escalas en 37 puertos, hasta llegar a Venecia alrededor del 12 de agosto, después de pasar por Albania, Croacia, Eslovenia e Italia, y cubrir una distancia de 1.200 millas marinas.
Un transbordador de la compañía privada Hellenic Seaways acompañará al «Argo» en aguas territoriales griegas hasta el 7 de julio y los remeros podrán comer, descansar y ser atendidos a bordo. Los ingenieros informaron de que la nueva ruta «es equivalente a la original en términos de distancia, tiempo y condiciones de navegación».
La réplica está completamente fabricada de madera, con 5.000 clavos y un mástil, al estilo de los tiempos de Homero. Tiene una eslora de 27.5 metros y cuatro de manga, y en su construcción se empleó la madera de 40 árboles de la región.
Kurtis y sus colaboradores trabajaron durante tres años en la construcción del «Argo», con el mismo material utilizado entonces y según la técnica sacada de documentos y relatos de la época. Se hicieron también repetidos experimentos para medir la capacidad de flotación de la embarcación con el peso de los remeros.
Los jóvenes, que se han venido entrenando desde hace más de un año, van sentados 25 por cada costado en banquillos de madera y sólo beben líquidos y comen algo ligero, como lo hacían los antepasados.
Kurtis explicó que en este tipo de naves no se llevaba mercadería, sino que servían como «barcos exploradores» y que cada noche lo arrastraban con cuerdas a la orilla de una playa para descansar.
El proyecto «Argo» pretende simbolizar la civilización, la paz, la amistad, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos mediterráneos y del mar Negro. El ayuntamiento de Volos ha informado de que a lo largo de su recorrido y en cada puerto de llegada, se celebrará un evento cultural. Además, aportará pruebas científicas de la capacidad de la tripulación y de la embarcación para realizar tal travesía.
Según cuenta la mitología, Jasón, acompañado de 50 argonautas, emprendió una expedición para llevar de vuelta a su patria la piel del carnero mítico (el vellocino) y recuperar el trono de Yolko que su tío Pelias había arrebatado a su padre Esón . El «Argo» es uno de los símbolos de los Juegos Mediterráneos que se celebrarán en Volos el 2013, junto con una hoja de olivo.