Mariano Planells | Ibiza www.diariodeibiza.es 23/05/2009
Cuando miras la lista de bienes españoles Patrimonio Mundial te das cuenta de que España goza de unos excelentes argumentos para ponerse, mantenerse y prolongarse en el mapa turístico.
Si en el sitio de enclaves concretos ponemos ciudades, entonces podemos decir que Ibiza tiene en teoría uno de los patrimonios con más altos valores mundiales.
Y sin embargo esto no funciona, y no ha funcionado nunca, al menos usando como argumento de fuerza el patrimonio. Más bien Ibiza se vende por todo lo contrario.
¿He leído por aquí alguna reflexión centrada en este aspecto? No recuerdo gran cosa, quizás porque todos ya hemos dejado la desestacionalización como una guerra perdida. Es posible que lo sea. ¿Por qué? Porque también en el tema de la promoción turística es complicado desear, o promocionar una cosa y su contraria.
La magistral Alcalá de Henares; una amurallada Ávila que parece un faro en la meseta; Córdoba, llana, judía, árabe, centro que irradió cultura en un tiempo; Cuenca, o el amor imposible por encontrar un equilibro en el vacío; Mérida, romana y feraz en la vega; Salamanca, fría y paradigma de la cultura; San Cristóbal de la Laguna, en las bellísimas Canarias; Santiago de Compostela, un centro espiritual de penitentes y de impenitentes; Segovia, una ciudad total y relegada; o Cáceres, que tanto me recuerda a Dalt Vila, pero con señores con matrícula auténtica… Ibiza. Ay, Ibiza…
Puedo asegurar que Ibiza la pondría en los primeros lugares, con el añadido a su favor de que no sólo suma una urbe magnética y llena de secretos maravillosos (que también desaprovecharán una vez más los políticos), como las raíces fenicias y nuestra identidad cartaginesa.
Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad, es un ensortijado laberinto de túneles, pasadizos por donde se transmite y se comunica la cultura y la ciencia desde cientos de años antes de que nacieran las barcelonas o el mismísimo Jesucristo.
A eso hay que sumar las praderas de posidonia, sa Caleta y sin duda el gran tesoro de Cartago: cerámicas, estatuillas, reliquias, ungüentarios, dioses, joyería, etc.
¿Sabemos promocionar una Ibiza nueva, o sea la antigua y la arcaica? La respuesta es no. Que Lurdes Costa viaje mucho con alguna carpetilla no nos hace mejor promocionados. Y el solo hecho de que el mejor museo en material púnico del mundo lleve quince años cerrado ya lo dice todo.
Ibiza no puede con su púrpura, no sabemos llevar el peso de la púrpura. No podemos con nuestra historia. Ni siquiera hemos sabido crear accesos. Sólo somos accesibles dos meses y para el turismo chunda-chunda. O ya ni eso. Para cambiar eso habría que trabajar un poco, o sea, eso no cambiará.