J. Orús | Huesca www.diariodelaltoaragon.es 25/06/2006
Los estudios arqueológicos de los últimos seis años han aumentado el conocimiento sobre la ciudad romana. Un informe de la DGA advierte de la necesidad de medidas para proteger y conservar este patrimonio.
Un informe del arqueólogo del Departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón subraya la gran importancia de los restos hallados en las numerosas excavaciones realizadas en el centro histórico de Huesca en los últimos seis años. El alcance es tal que ha permitido mejorar sustancialmente el conocimiento sobre la evolución histórica y urbanística de la ciudad antigua. Además, ha permitido identificar el área correspondiente al centro social, político, económico y religioso de la ciudad ibera y de la romana.
Los estudios arqueológicos realizados en los últimos seis años en el Casco Antiguo, al socaire de las obras de construcción o rehabilitación de inmuebles, han permitido a los expertos “trazar un nuevo panorama del origen de Huesca”, tal y como enfatiza un reciente estudio de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón. El arqueólogo jefe del departamento, José Ignacio Royo, que suscribe el informe, advierte de la necesidad de “arbitrar medidas de tipo legal y social que no sólo protejan este rico patrimonio monumental, sino que permitan conservar estos elementos integrados en el lógico desarrollo del casco urbano”.
En el fondo, se encuentra la nada fácil tarea de hacer compatible la recuperación urbana del Centro Histórico y el estudio y la conservación de semejante legado histórico. Las posturas en este caso no son unánimes, por lo que se abre un debate técnico y, al final, político, para adoptar criterios sobre el respecto. No hay que olvidar que la legislación arbitra ya medidas sobre el estudio, documentación y, en su caso, conservación de restos arqueológicos en los yacimientos de Aragón.
Así, por ejemplo, el estudio ya incluye un aviso: “Las intervenciones arqueológicas realizadas en el casco histórico de Huesca entre dichos años (2000 a 2006) se han producido en tan rápida sucesión que en la mayor parte de los casos, no ha dado tiempo para su correcta difusión y mucho menos para su adecuado estudio científico”.