J.M.R. | Chiclana (Cádiz) www.diariodecadiz.es 21/06/2010
El equipo de arqueólogos que a lo largo de tres meses ha realizado los trabajos en la nave municipal resalta la existencia de una estructura del siglo IV.
Tras el intenso trabajo desarrollado a lo largo de los tres últimos meses en el Cerro del Castillo, el equipo de arqueólogos responsable del mismo ha concluido que, «sin lugar a dudas, las últimas investigaciones vienen a confirmar la existencia de una ciudad fenicia».
De los nuevos hallazgos, los arqueólogos ponen el acento en la «constatación de la continuidad y pervivencia de la ocupación desde la Prehistoria Reciente (Bronce Final-Hierro I), pasando por las épocas fenicio-púnica, romana, medieval y hasta la actualidad».
En cuanto a los restos arqueológicos exhumados en esta nueva etapa de trabajo destacan, «haciendo un recorrido desde los más antiguos a los más modernos, las primeras construcciones que pertenecen a los albores de la colonización fenicia, cuya datación se estima hacia el siglo VIII a.C». «Se trata», resaltan, «de restos dispersos de estructuras murarias y materiales cerámicos adscribibles a ese momento». Asimismo, las últimas investigaciones vienen a constatar la existencia de varias construcciones que «pertenecen a habitaciones o estancias de la ciudad fenicia del siglo VII a.C. y que se encuentran afectadas por los depósitos de vino construidos en época contemporánea». «De estas construcciones», subraya el equipo de arqueólogos, «nos quedan los zócalos de los muros, distintos niveles de suelos o pavimentos y gran cantidad de fragmentos cerámicos como ánforas, cuencos, platos, jarras, pithoi [grandes tinajas], etc».
Por lo que respecta a los hallazgos referentes a los siglos VI-V a.C., llaman la atención sobre un muro formado por piedras calizas locales, homogéneas en tamaño y trabadas con arcilla. «Sus dos caras laterales», apostillan, «están realizadas con piedras planas que formaban dos líneas paralelas. Presenta una forma regular debido, además de al buen aspecto que conserva pese a las agresiones romanas y contemporáneas, a la perfecta construcción». No obstante, apuntan que «resulta problemático precisar su cronología, ya que está colmatado por un nivel potente de época fenicia y no se ha podido intervenir en su cimentación por temor a un derrumbe de las edificaciones que se apoyan sobre él. Por sus características y dimensiones se deduce que perteneció a un edificio importante». A la misma época pertenecen otras estructuras construidas, formadas por paramentos y pavimentos bien conservados que forman también espacios cuadrangulares y antiguas viviendas. Éstas aparecen justamente debajo del hormigón de la nave municipal.
Pero lo que más ha llamado la atención de los arqueólogos es que «por encima del suelo de la nave se detecta, formando parte del muro medianero de la finca colindante, una estructura del siglo IV, sobre la que descansa una correa de hormigón que soporta toda la cubierta perteneciente al techo de la nave».
Las últimas investigaciones también reiteran la ocupación en época romana del cerro. Se han sacado estructuras de interés como los restos de una calzada o patio fechable en el Bajo Imperio (siglo IV d.C.) que formaría parte de un conjunto de edificaciones romanas ubicadas en el Cerro e inmediaciones.
Por último, las evidencias de una fase medieval también están presentes en la intervención. «Aunque los restos son escasos y mezclados con otros antiguos y no se relacionan con estructuras de la época, aparecen, como ocurrió en la excavación de 2006, dos silos o contenedores de cereales bien definidos que tienen unas medidas de 1,30 m de diámetro y 0,92 m de profundidad». «Se encuentran», concluyen, «colmatados por tierra y restos de materiales arqueológicos de cronología diversa, entre los que destacan fragmentos de tegulae [tejas] romanas, opus signinum [suelos de rudos mosaicos], sillares y piedras de gran tamaño, acompañadas de escasa cerámica medieval».