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María Robert www.elpais.com 27/08/2016

Más de un centenar de personas participa este fin de semana en visitas guiadas por el centro impartidas en latín.

Las piedras hablan. O saxa loquuntur. Entre tesoros arqueológicos, en un extremo del espacio dedicado a la Hispania Romana en el Museo Arqueológico Nacional, Antonio G. Amador dispara esta frase, en latín, en un lugar en el que cobra todo su sentido. Mientras, observa en un segundo plano a un grupo de una treintena de personas que oyen ensimismados la historia que esconden los milenarios tesoros. Todos, el que habla y los que escuchan, se comunican en latín, incluso se llaman entre sí por sus nombres traducidos a la lengua madre. Amador es el director de la Asociación Cultural culturaclasica.com y coordinador del Curso de Verano de Latín Vivo, Caelum, que organizan desde hace cuatro años en Madrid. Entre las actividades que más entusiasman a los alumnos, cuenta, resaltan las visitas guiadas en esa lengua por el museo, que se celebran este fin de semana.

La mayoría de los que participan –unas 120 personas– son alumnos y profesores de Filología Clásica, pero también se une gente de otras ramas a los que simplemente les interesa el estudio del latín como lengua, apunta Amador. “Hasta ahora se enseñaba por el método tradicional, destripando textos pero nunca disfrutando de ellos, y lejos de comprender lo que nos transmitían los escritores antiguos. Todos nuestros esfuerzos van encaminados a que los alumnos puedan llegar a leer y a disfrutar de la literatura clásica”, subraya.

Un buen número de los alumnos repiten año tras año. Como Ludovica (o Luisa Blecua), profesora y guía de la visita, que resalta que le supone una buena forma de “aprender herramientas para poder explicar la lengua por el método vivo”. Ante el éxito de convocatoria, han decidido ampliar el recorrido por el museo, y además de adentrarse por el pasado de Grecia y Roma, se pasea también por la exposición de Lusitania. Aparte de la lengua, para Blecua la visita es especial porque “hay mucha interacción con el público”, y eso, según su opinión, es fundamental en el aprendizaje de cualquier lengua.

Kevin Prell, o Eugenius en la jerga de sus compañeros, es estudiante universitario. “Vimos que el latín hablado era una buena forma de acercarse a la lengua, por una parte. Por otra, ayuda a aprender un vocabulario que es más complejo de adquirir solo de forma teórica. Roberto Carfgani, Robertus, completa su argumento. “No hay que olvidar que el latín es un patrimonio cultural. Más incluso que cualquier edificio”.

FUENTE: http://cultura.elpais.com/cultura/2016/08/27/actualidad/1472330158_770724.html