Damasco www.prensa-latina.cu 18/02/2013

La ministra siria de Cultura, Lubana Mushaweh, denunció en esta capital el robo p or cazadores de reliquias de al menos 18 mosaicos que representan el poema épico La Odisea. Hurtaron los mosaicos mediante excavaciones ilegales de yacimientos arqueológicos en el noreste del país, criticó Mushaweh.

No obstante, la titular de Cultura aseguró que los museos nacionales están bien protegidos y que sus posesiones «preciosas para toda la humanidad, están archivadas y colocadas en lugares muy seguros».

Explicó la funcionaria que resulta muy difícil vigilar 10 mil yacimientos históricos dislocados por esta nación levantina. Al mismo tiempo advirtió contra las excavaciones ilegales que podrían dañar algunos asentamientos históricos y ciudades enterradas.

Fuentes de esa institución aseguran que importantes colecciones y objetos se encuentran enterradas en zonas desérticas, a decenas de metros bajo las arenas, para evitar que los saqueadores las detecten mientras subsista la crisis de violencia que sacude al país.

Siria atesora importantes sitios arqueológicos, seis de los cuales están inscritos en la lista del patrimonio mundial de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco): el casco antiguo de Damasco, el de Bosra, Palmira, la ciudad antigua de Alepo; el Crac de los Caballeros y Qal’at Salah El Din (Fortaleza de Saladino), y pueblos antiguos del norte.

En reiteradas ocasiones la Unesco ha mostrado su preocupación por las afectaciones que el actual conflicto provoca en el patrimonio cultural de la nación.

Recientemente, el diario estadounidense The Washington Post reveló que bandas armadas empeñadas en el intento de derrocar al gobierno formaron grupos de exploración y excavación con el objetivo de saquear las piezas arqueológicas y contrabandearlas fuera del país.

De acuerdo con el Post, varios de los irregulares entrevistados confirmaron la formación de equipos integrados por jóvenes que exploran los sitios arqueológicos en busca de oro, mosaicos, estatuas y otras antigüedades que puedan ser fácilmente transportadas y vendidas.

Los subversivos confesaron que Jordania se ha convertido en el principal mercado para los objetos saqueados, si bien también consideraron a Turquía y el Líbano como buenos sitios para vender lo robado, de acuerdo con el rotativo.

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