La sección malagueña de la Sociedad de Estudios Clásicos realizó el pasado sábado 3 de junio una visita guiada en latín por los vestigios de la Malaca romana, con un público en su mayoría estudiantes de institutos y de la Universidad de Málaga
Alfonso Vázquez  www.laopiniondemalaga.es 11/06/2023

«Salvete omnes» ( ‘Saludos a todos’) suelta José María Castillo con la pronunciación del llamado latín restituido, el que se cree más cercano a la pronunciación clásica; a continuación, en la misma lengua se presenta este profesor del Instituto Arroyo de la Miel, presidente de la Delegación de Málaga de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC).

José María Castillo explicaba hace unos días la historia del Teatro Romano de Málaga, en la lengua de Roma. A.V.

Es el comienzo de una ruta guiada de una hora por los vestigios de la Malaca romana que el pasado sábado 3 realizó en latín la delegación malagueña de la SEEC para una veintena de personas, en su mayoría estudiantes de instituto y de la Universidad de Málaga.

Como explica José María Castillo, los cuatro ‘ductores’ o guías son profesores de latín y griego y se han formado en Filología Clásica. A los cuatro les une además una particularidad: estudiaron siguiendo el método tradicional a base de concienzudas traducciones, palabra por palabra y mucha gramática, pero luego conocieron «el método activo, mucho más eficaz porque adquieres una mayor soltura y dominio de la lengua en menos tiempo», resalta José María.

El método del profesor danés

Se trata del método Orberg, en memoria del lingüista danés Hans Henning Orberg, fallecido en 2010 a los 90 años, quien ideó una forma de estudiar latín al modo del aprendizaje de una lengua extranjera moderna, mediante lecturas y gramática graduadas.

José María, que emplea esta método en su instituto, explica que el objetivo «no es hablar latín sino que los alumnos estén expuestos a la lengua continuamente, como ocurre con las lenguas modernas y si lo usas constantemente, ya sea de forma escrita u oral estás más expuesto y el aprendizaje es más eficaz».

En cualquier caso y como en latín explica Gema Navarro, profesora en el IES Osippo de Estepa (Ostippo es la antigua ciudad romana de Estepa), en Málaga se reúne dos veces al mes la Mane Latinum Malacitanum, un círculo malagueño de latín con sede en el Instituto de Martiricos para comentar textos latinos y hablar en el idioma de Cicerón. «El Instituto de Martiricos nos apoya mucho», comenta Gema en la puerta de la Aduana, punto de salida de la visita.

«Malaka condita est a Phoenicibus saeculo VIII ante Christum natum» (Málaga fue fundada por los fenicios en el siglo VIII antes de Cristo), detalla al público esta afable profesora, que realiza un pequeño repaso a la evolución de la ciudad sin olvidarse de las factorías de garum.

El siguiente punto es, por descontado, el Teatro Romano. Allí, el presidente de la delegación malagueña de la SEEC describe su disposición, la construcción, los exóticos mármoles y también su reaparición el siglo pasado, con la polémica con la Casa de Cultura, finalmente demolida, una charla que acompaña con imágenes.

Luego, la expedición latina se dirige a la fachada del centro de interpretación del Teatro pero se cruza, en calle Alcazabilla, con el movimiento reivindicativo, pancarta incluida, que reclama que vuelvan las representaciones de teatro clásico al Teatro Romano, con el lema ‘El Romano, espacio escénico ya’, así que guías y espectadores se suman a la protesta y a la foto en grupo.

Los amantes del teatro clásico reclaman que pueda representarse en el Teatro Romano de Málaga. A.V.

«De nominatione candidatorum»

De explicar los pormenores de la Lex Flavia Malacitana, algunas de cuyas disposiciones pueden leerse en el exterior del centro de interpretación, se encarga Rafael Herrera, que enseña latín y griego en el Instituto Martiricos. Entre otros pormenores, cuenta, la Lex Flavia legisla sobre «de nominatione candidatorum» y «de comitiis habendis», dos aspectos que no necesitan traducción en los tiempos actuales, rodeados de comicios electorales y campañas.

Rafael, por cierto, comenta a este diario que estudió de manera tradicional el latín y que tras muchos años viviendo en Grecia, «me encontré con todo este movimiento del latín en vivo y me encantó».

El profesor del IES Martiricos Rafael Herrera explica qué es la Lex Flavia Malacitana. A.V.

¿Por qué estudiar latín en 2023?, él lo tiene claro: «Primero porque nos es muy cercano, además, nos permite acceder a una cantidad impresionante de textos no sólo de la Antigüedad sino hasta épocas muy recientes e incluso hoy en día la gente escribe una poesía latina maravillosa». Pero además, para este profesor tiene más ventajas: «Va a mejorar muchísimo nuestro vocabulario, nuestra expresión, nuestra capacidad lingüística y el acceso a muchas lenguas».

Para José María Castillo, «el latín es bello y siempre es mejor conocerlo que no, aparte de que es útil para otras disciplinas como la Historia, el Derecho o el aprendizaje de lenguas modernas, pero el latín hay que estudiarlo porque te gusta, porque es cultura», subraya.

Ana Gámez, delante de una de las piletas de garum, en el Rectorado de la UMA. A.V.

El grupo sigue ahora a Ana Gámez, profesora de latín y griego en el Instituto Capellanía de Alhaurín de la Torre, que en el patio del Rectorado mostrará los secretos de la fabricación de la salsa de garum frente a antiguas piletas, un condimento que en naves y «e Malacae portu per totum imperium distribuebant».

Para demostrar el éxito de este producto que se distribuía por todo el imperio desde el puerto de Malaca,

Ana no destapa el tarro de las esencias sino un tarro de garum elaborado según una suerte de ‘cocina arqueológica’. Muchos miembros del público se tapan la nariz al oler la ambrosía.

Los asistentes comprueban lo intenso que olía el garum, realizado siguiendo las técnicas culinarias de la antigua Roma. A.V.

Aquí finaliza la visita. Tres alumnas de Segundo de Filología Clásica en la UMA, Iria, Laura y Zoe, muestran su satisfacción y cuentan que han estado en rutas anteriores también en latín. A Iria ya le gustaba el latín y el griego en el bachillerato; Laura cree que este latín en vivo, como si fuera una lengua extranjera moderna, «es más dinámico» y Zoe comenta que el flechazo por el mundo clásico le llegó con la Mitología.

Zoe (izq), Laura e Iria, alumnas de Segundo de Filología Clásica de la UMA, que tratan de no perderse ninguno de estos recorridos en la lengua de Virgilio. A.V.

Para la profesora Ana Gámez, estudiar latín, griego, Humanidades en estos tiempos «es una forma de resistir, no ya de hacer ver que somos útiles y necesarios porque todo esto nos ayuda a querer pensar y luego está lo que dice Nuccio Ordine: a veces hacemos cosas porque nos llenan, nos gustan… y este es el caso».

«Instagramma»

Una de las ventajas del método activo en latín es que los estudiantes se ejercitan y comienzan a escribir lo más pronto posible. En la foto inferior, una carta escrita en latín por Nicole, una estudiante de 18 años del IES Arroyo de la Miel que informa de que vive «in oppido Rivo Mellis» (en la ciudad de Arroyo de la Miel) y que estudia el primer año de instituto.

Se despide dando su instagram («Instagramma mea»), pues las palabras modernas también tienen su adaptación en la lengua de Horacio.

La carta escrita en latín. L.O.