EFE | Roma 24/11/2008
El monumento, que data de la Antigua Roma, se vuelve a abrir tras una prolongada restauración
El Aula X de las Termas de Diocleciano, una de las estancias más grandes de ese complejo monumental, reabrió hoy sus puertas al público tras treinta años de restauración. Según ha informado en un comunicado la Superintendencia Especial para los Bienes Arqueológicos de Roma, se ha procedido a reforzar la estructura de los muros del Aula X, que se encontraba en un estado precario, debido a «graves fracturas y profundas lesiones». «La restauración se ha hecho con materiales y técnicas tradicionales» y «con soluciones especialmente dirigidas a la conservación», agregó.
Además de las murallas, la gran cúpula del complejo de las Termas ha sido tratada con mezcla de cal hidráulica, al tiempo que para garantizar su seguridad se han puesto redes de protección de malla de acero tratado. El Aula X de las Termas de Diocleciano -construidas por varios emperadores de la Antigua Roma- es una estancia de ese complejo, cuya función no se conoce bien, aunque su lugar central y sus enormes dimensiones hacen pensar que tenía una gran importancia en su época.
Una vez terminadas las labores de restauración, el Aula X, que es la primera etapa de lo que en la actualidad es el Museo Nacional Romano, ha sido dedicada a acoger los vestigios de la arquitectura pública y funeraria de la Antigua Roma. Dentro del lugar se han situado varias tumbas y sarcófagos, así como dos grandes bañeras: la primera, en mármol amarillo antiguo y la otra, en granito. Además, en los próximos meses se expondrá en el Museo de las Termas de Diocleciano el sepulcro de Macrino, que ha sido excavado recientemente en Vía Flaminia, según anunció el superintendente arqueológico de Roma, Angelo Bottini.