www.elnuevosiglo.com.co 18/01/2012
Afrodita para los griegos, Venus para los romanos. La diosa del amor en todo caso. El mito reza que nadie se resistía a su belleza, de la cual dan cuenta esculturas y otras figuras antiguas que la personifican como la primera femme fatale del arte occidental.
Un conocido ejemplo es la Afrodita Cnidea. Modelada por Praxiteles, el famoso artista griego del Siglo IV antes de Cristo, esta estatua captura a la deidad en los instantes previos al baño: desnuda, con la mano izquierda sosteniendo su túnica y con la diestra tapando parcialmente su pubis.
Además de su logrado erotismo y magistral ejecución, la importancia de este mármol tantas veces copiado –su original no ha sido encontrado– radica en que sería el primer desnudo femenino. O al menos esa es una de las hipótesis que propone Afrodita y los dioses del amor, exposición organizada por el Museum of Fine Arts (MFA) de Boston, Estados Unidos.
“Su historia e imagen han sido una parte vibrante del arte occidental por más de 2.500 años. Esta exposición es la primera en considerar cómo las representaciones visuales de Afrodita evolucionaron a través de la antigüedad –una evolución que sirve como una clave para entender su compleja identidad”, resalta el texto que acompaña a las obras.
La muestra intenta descifrar quién fue Afrodita y por qué fue tan importante para los griegos y romanos de la antigüedad. Por tal razón, la reconoce como un icono del amor romántico y la belleza ideal, al tiempo que examina su naturaleza como poderosa y en ocasiones caprichosa deidad que controlaba muchos aspectos de la vida cotidiana. De forma complementaria explora los roles jugados por otros dioses del amor –sus hijos, productos de numerosas relaciones amorosas–, particularmente del travieso Cupido.
Para ello, el MFA reúne 160 piezas de arte clásico, entre las que figuran 13 prestamos –nueve de ellas traídas de Roma y Nápoles, como el andrógino Hermafrodita Durmiente (romana, Siglo II d.C.) que antes de esta exposición solo había salido de Italia en una ocasión–.
Afrodita y los dioses del amor inicia con el nacimiento de la deidad. El titán Cronos castró a su padre Urano, el dios del cielo, y arrojó sus genitales al mar, que fueron arrastrados por las olas formando la blanca espuma de la que nace Afrodita. Ella emerge en Chipre, isla al este del Mediterráneo. Esta escena es recreada en objetos como el Frasco de aceite (lekythos) en forma de Afrodita (griega, Siglo IV a.C.).
Como diosa del amor, promovió uniones –civiles y sexuales–, podía garantizar matrimonios exitosos y controlaba la sexualidad y la fertilidad. Además, fue concebida como supervisora de la potencia masculina y la guerra. Por ello, tanto hombres como mujeres de las más variadas edades le rindieron culto, como se observa en el Relieve con Afrodita y los devotos (griega, Siglo IV a.C.), pieza del Museo Arqueologico Nazionale de Nápoles que muestra a toda una familia sacrificando un carnero en su honor.
No es de extrañar que su mito gire en torno a su imagen y colección de amores. Aunque era la esposa de Hefestos, dios de la metalúrgica, su romance más sonado fue con Ares, dios de la guerra. Tenía fama de ser una seductora poderosa, a la que ni los mortales escapaban. Adonis y el príncipe troyano Anquises figuran en la lista.
Pero todo esto fue así porque Afrodita era hermosa. Además de las obras de arte que lo confirman, la historia dice que ella fue “la más bella de las diosas”: Zeus, padre de los dioses y los hombres, organizó este concurso de belleza, donde el príncipe troyano Paris fue el jurado y también participaron Hera y Atenea, diosas de la tierra y la sabiduría respectivamente, como muestra el fresco El juicio de Paris (romana, 45-79 d.C). La deidad recompensó al príncipe con el amor de Helena, la mujer más bella de Grecia y esposa del rey espartano Menelao, lo cual desataría la Guerra de Troya.
Como un icono de belleza, las mujeres emularon a Afrodita. Espejos, joyas, perfumeros y otros artículos relacionados con las rutinas del cuidado personal fueron decorados con la imagen de la diosa, lo cual refleja su influencia en esta área.