Enrique Novials | Irún www.diariovasco.com 15/07/2011
Mertxe Urteaga Directora del Museo Romano de Oiasso. Las jornadas ‘Dies Oiassonis’ llegan a Gipuzkoa junto a las ‘X Jornadas de Música Popular’.
El Festival Romano ‘Dies Oiassonis’ comienzó ayer con la mesa coloquio ‘El legado de los romanos en los Pirineos’, en el marco de las ‘X Jornadas de Música Popular’, que estan teniendo lugar en Irun estos días organizadas por Herri Musika Txokoa de Oiarzun, en colaboración con el Museo Romano Oiasso. Para hablar de ello, y de la influencia de los romanos en los vascos, nada mejor que hacerlo con la directora del propio Museo Romano, Mertxe Urteaga.
-¿En qué consisten estas jornadas romanas?
-Se trata de un festival de reconstrucción histórica, donde reproducimos escenas de la época romana, concretamente de época de Augusto. Tratamos de reproducir lo más fidedignamente posible aquel tiempo. Las ropas, el calzado… Pretendemos reconstruir un pasado ya desaparecido, con mucha investigación histórica, y presentarlo al público como una forma de aprendizaje. Es una manera de explicar la historia quizás más divertida.
-¿A quién va dirigido?
-Pues a todo el mundo. No solamente a los aficionados a la cultura clásica. También a chavales y adultos, a todo el mundo.
-Antes habló de reproducción de escenas. ¿En qué consisten exactamente y cuáles son?
-Por ejemplo reproducimos la procesión que tenía lugar cuando se abría oficialmente el mar a la navegación, que era en honor a Isis. Ese rito está muy documentado gracias a Apuleyo. Reconstruimos la procesión desde el Museo hasta el puerto, luego se vota la nave. De vuelta al museo se acaba de oficiar el rito. También tenemos un concierto de música romana con instrumentos de época, caracolas…Con un equipo de música que ha tratado de ser fiel a la historia. Luego también hay talleres sobre pintura al fresco, de gastronomía, y por supuesto un Simposium (Banquete para los griegos).
-¿Y qué hacen para llevarlo a cabo, contratan actores, o buscan compañías de teatro?
-Hay gente voluntaria, y asociaciones de vecinos. En total más de 100 personas colaboran con nosotros.
-Llegados a este punto, y hablando sobre la particularidad propia del Museo y de las jornadas, es posible que mucha gente se haga esta pregunta: siempre nos habían dicho que los romanos no llegaron a Euskadi. ¿Tiene algo que decir?
-Ja, ja… Pues sí. A mí también me lo habían dicho de pequeña. Pero mire usted, creo que es una lectura antropológica, en realidad. Esa explicación valía en el siglo XVII, pero ya no hoy día. Por una cosa bien simple. Roma jamás consintió la resistencia dentro de sus propios dominios. Es decir, si conquistaba algo, cualquier conato de rebelión era aplastado. Otra cosa, es fuera de sus fronteras, que naturalmente podían hacerles frente. Pero una vez conquistados, el imperialismo romano no admitía resistencia. La Península Ibérica fue conquistada por completo. En todo caso quedaría algún pastor con sus cabras, pero aún así bajaría a por vino.
-¿Qué quiere decir con eso de que es una lectura antropológica?
-Aquello de que no nos conquistaron es una visión antropológica que explica el presente a través de un hecho histórico. ¿Por qué somos vascos? Cuando uno es francés, inglés, o español, encuentra fácil la respuesta, pero si buscamos la misma respuesta para ser vasco, ¿cuales son los argumentos? Por eso decimos ¡los vascos resistimos a Roma!
-Y qué me dice del euskera, ¿cómo se explica que no lo perdiéramos?
-Roma no tenía nada en contra de las lenguas de los lugares que conquistaba. El griego perduró… Fue la Iglesia la que forzó al monolingüismo.
-¿Cuándo se descubrirá un templo romano o un teatro en Gipuzkoa?
-Podemos estar más que contentos porque tenemos un acueducto subterráneo que aún funciona de 400 metros de longitud, termas, necrópolis con su correspondiente panteón, numerosas minas, y un puerto sensacional. Sin olvidar que Oiasso era un gran centro urbano. De todas formas, nuestro modelo romano es más parecido al británico, un modelo atlántico. Aquí no se construyó como en el Mediterráneo, había mucha madera, y no había ni aceite, ni trigo ni vino. Los materiales eran distintos, aunque no descartamos que también construyeran un templo de mármol. Mire, para buscar restos arqueológicos utilizamos hipótesis. Por ejemplo, en la Iglesia de San Nicolás de Orio. Una hipótesis que tenemos, es que pudiera haber debajo un templo dedicado a Neptuno. Un dios al que convenía tener contento, pues tenía fama de tener muy mal carácter. Se irritaba con facilidad.
-¡Tengámoslo contento pues!
FUENTE: http://www.diariovasco.com/v/20110715/cultura/pretendemos-explicar-nuestra-historia-20110715.html
ENLACES: Dies Oiassonis trae al presente la vida de los irundarras de hace 2.000 años