Madrid | EFE 16/06/2007

El escritor malagueño Pedro Gálvez reivindica en su última novela el «increíble» personaje de Agripina, una mujer que en el siglo primero de nuestra era llegó a dirigir el imperio romano tras enfrentarse con la sociedad patriarcal de su tiempo.

«La emperatriz de Roma» (Grijalbo) cierra «una trilogía íntima» cuyos primeros títulos estuvieron dedicados a Nerón -hijo de Agripina- y Séneca -a quien se atribuye en la novela la paternidad de Nerón-, y con la que Gálvez ha querido combatir los tópicos que han acompañado a estos personajes, explicó en una entrevista con Efe.

Bisnieta de Augusto, nieta de Agripa e hija del general Germánico, Agripina alcanzó el poder por su determinación y astucia, y no por sus dotes sexuales, sostiene Gálvez, quien ha querido rebatir en su novela la «lectura machista» del personaje.

«La emperatriz de Roma» narra la ascensión al poder de Julia Agripina Augusta, quien llegó a gobernar el imperio romano tras un matrimonio de conveniencia con su tío, el emperador Claudio, y su posterior caída bajo el poder de su hijo Nerón.

Agripina logró dirigir Roma gracias a «su determinación de luchar hasta la muerte», y tras «una vida terrible», en la que vio cómo fueron físicamente eliminados sus padres -el general Germánico y Agripina la Mayor- y sus hermanos, explicó Gálvez. Sus años en el poder serán valorados «incluso por misóginos patológicos» como el historiador Tácito, y considerados «los mejores del principado» de Roma por el emperador Trajano, destacó el escritor.

Gálvez, que no oculta en su novela la brutalidad de la sociedad romana de la época, encuentra en la guerra de Irak un paralelismo entre la forma de hacer política de aquel tiempo y la actual. «Estados Unidos hace la misma política», asegura el escritor, quien destacó que Julio César emprendió «una guerra ilegal» en las Galias y acabó «cargándose la república», del mismo modo que George Bush «se carga la democracia en Estados Unidos».

La «fascinación» de Gálvez por estos personajes del mundo clásico nació con el descubrimiento de Nerón, al que considera «un gran artista y probablemente un soñador» que fue obligado a ser emperador. Esta idea le llevó a escribir, hace ya veinte años, una novela protagonizada por un Nerón muy distinto al personaje histriónico plasmado por el cine y en la literatura.

El comienzo de la trilogía romana no se publicó en España hasta el año 2000 y después de que hubiera sido editada en Alemania, país en el que reside el autor, que prepara ahora una novela de misterio ambientada de nuevo en la Roma clásica.