Alba de Tormes (Salamanca) | EFE 27/06/2008
Más de 3.000 piezas, de las que cuatrocientas se exponen de forman permanente, componen la colección del Museo Arqueológico Padre Belda, inaugurada hoy en las remodeladas ruinas de la capilla del Monasterio de San Jerónimo, de los Padres Reparadores de Alba de Tormes (Salamanca).
Se trata de un espacio del siglo XVI rescatado para este proyecto, que alberga piezas con una antigüedad de 500.000 años, desde el Paleolítico hasta la época Romana, según ha confirmado en su presentación el superior del centro, Antonio Rufete.
Para el museo, que estará abierto al púbico, se han elegido las cuatrocientas piezas más significativas de la extensa colección que el padre Belda había ido recopilando durante su vida.
Los objetos seleccionados han sido catalogados y estudiados por los arqueólogos del Museo de Altamira José Manuel Morlote, Emilio Muñoz y Ramón Montes, «quienes nos han hecho recordar y valorar más aún el trabajo realizado por el Padre Belda a lo largo de su fructífera vida», ha precisado el superior Reparador.
Útiles de piedra tallada, vasijas de cerámica, herramientas y armas de bronce, procedentes de Iberoamérica, el Norte de África, de España y varios países europeos, fundamentalmente, son algunos de los objetos que integran esta colección.
La presidenta de la Diputación de Salamanca, Isabel Jiménez, ha considerado muy positivo este proyecto «de gran nivel, que viene a sumarse y a reforzar la oferta cultural y turística de Alba de Tormes, sin olvidar la repercusión que también supondrá para la provincia».
Por su parte, el superior del seminario de los Reparadores ha destacado que en este museo «se ha respetado mucho la intencionalidad del Padre Belda, que era poder mostrar a los jóvenes una visión panorámica de cómo el hombre ha ido aprendiendo y evolucionado en sus formas y en sus utensilios».
Los objetos se muestran en su contexto original gracias a las escenografías que han planteado el equipo de arqueólogos de Altamira que han desarrollado el museo. Un apartado especial merecen las piezas halladas por el sacerdote en sus numerosas excavaciones en las terrazas del río Tormes a su paso por las localidades salmantinas de Galinduste, Carpio o Pelayos.
La colaboración del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira ha hecho posible la consolidación de este proyecto que rinde tributo al trabajo y a la persona del Padre Pascual Ignacio María Belda.
Este nuevo museo es la continuación del fundado en 1982 por el padre Belda, quien a lo largo de su vida recogió infinidad de piezas geológicas, arqueológicas y etnográficas fruto de su interés por las ciencias y su participación en numerosas campañas arqueológicas. Su afición a la arqueología y a las Ciencias Geológicas hizo que muchos de sus compañeros le enviaran piezas desde todos los lugares del mundo.
En un primer momento el centro se denominó Museo didáctico de prehistoria Padre Belda, orientado a mostrar a los alumnos del Colegio San Jerónimo el desarrollo de la Prehistoria, y lo que la Arqueología aporta al conocimiento del pasado del hombre.
Tras el fallecimiento del promotor, el 4 de febrero de 2007, y aprovechando la rehabilitación de la antigua capilla del monasterio, se configuró como un museo arqueológico «en toda la dimensión de la palabra», ha destacado el superior del centro.