APASIONADOS DEBATES

En declaraciones a nuestro periódico, su autor comenta «que el lector encontrará una serie de debates que se fueron desarrollando a lo largo de los siglos. Uno de ellos es el de Filosofía o Retórica, es decir, Séneca o Quintiliano, lo cual está acompañado de un cierto debate político. Séneca se convierte en el teórico de la monarquía romana de Augusto, incluso elabora su filosofía política, mientras que Quintiliano se adapta a la realidad política de su tiempo. Séneca, al mismo tiempo que establece la filosofía política que fundamenta lo que en términos modernos se definiría como absoluta, elabora un marco de ética individual y social que es el contexto en el que se lleva a cabo el ejercicio del poder. Quintiliano no toca esos temas y muestra como el ejercicio de la palabra, que da lugar a importantes debates culturales y políticos, puede servir de instrumento al poder, independientemente de cuales sean sus encuadramientos morales».

Otro debate que tuvo gran transcendencia se planteó a finales del siglo II, momento en que desarrollan su trabajo literario dos grandes poetas que son muy expresivos de ese momento. Se trata del hispano Marcial y el itálico Estacio. Los dos tratan los mismos temas, por ejemplo, el matrimonio de unos jóvenes de la «jet set» de la época, o la construcción de unos espacios lúdicos como pueden ser unas grandes termas, pero los abordan desde conceptos estilísticos distintos, culteranos y conceptistas, Góngora y Quevedo frente a frente en un debate apasionado que conmovió al entorno literario. Para Fontán estos estudios «tratan de cosas muy antiguas, pero de cosas nuestras, de los hombres de hoy».