ROMA. La
«Acrópolis»
de Roma en
la colina
del
Palatino,
origen de
la palabra
«palacio»,
corre
peligro de
derrumbarse
por
debilitamiento
de los
muros de
contención
instalados
en época
imperial
para
evitar su
caída. La
casa de
Rómulo,
fundador
de la
ciudad,
los
palacios
de
Augusto,
de Tiberio
y de
Nerón, los
templos y
los demás
tesoros
arqueológicos
se apoyan
en una
colina
que, según
el
profesor
Patrizio
Pensabene,
«es como
un queso
de
Gruyère,
pues la
piedra
ligera de
tufo esta
perforada
por
centenares
de
túneles, y
todo el
conjunto
podría
venirse
abajo".
Después de
haber
excavado
esa colina
durante
veinticinco
años, el
descubridor
de la
cabaña de
Rómulo y
de los
templos de
la Magna
Mater
(siglo IV
antes de
Cristo) y
de la
Victoria
(sobre
Aníbal,
del siglo
III a. de
C.),
advierte
que «desde
hace años
nadie se
ocupa en
serio del
Palatino.
El bastión
del lado
del Circo
Máximo ha
sufrido
extensas
infiltraciones
de agua, y
puede
derrumbarse
en
cualquier
momento».
El inmenso
murallón
donde
estuvo en
su día la
tribuna
imperial
es lo
primero
que ven
los
turistas
al llegar
del
aeropuerto,
pero su
aspecto de
solidez es
tan
engañoso
como el
del sector
de la
Muralla
Aureliana
que se
desplomó
hace dos
años.
La alerta
entre
arqueólogos
y
especialistas
se disparó
el pasado
lunes a
raíz del
incendio
provocado
de los
andamios
de uno de
los
proyectos
de
consolidación
de la
colina
para que
no sigan
repitiéndose
los
corrimientos
de tierras
y
derrumbes.
Según la
arqueóloga
Maria
Antonietta
Tomei,
«llevamos
veinte
años
aplicando
tan sólo
parches
mínimos.
Con el
presupuesto
extraordinario
del 2000
conseguimos
restaurar
un
derrumbe
de 1990, y
se siguen
registrando
otros
hacia los
Foros
Imperiales
y dentro
de los
Jardines
Farnesio,
el primer
jardín
botánico
del
mundo».
El
superintendente
arqueológico,
Adriano La
Regina,
reconoce
que «en la
zona del
incendio,
las
estructuras
imperiales
corren
grave
peligro de
caída. Un
programa
de
consolidación
de la
colina del
Palatino
costaría
más de
cien
millones
de euros y
en estos
momentos
tenemos
tan sólo
dos mil».
La Regina
confirma
que los
guardias
jurados y
las
cámaras de
vigilancia
«son
insuficientes,
pues ¿cómo
se puede
controlar
un terreno
de 36
hectáreas?».
Aunque al
menos se
ha
conseguido
impedir
los robos,
la
conservadora
Silvana
Rizzo,
reconoce
que
«siguen
entrando
intrusos.
Saltan
desde la
Vía de los
Foros
Imperiales
al Foro de
César,
luego
suben
hacia el
Palatino y
no hay
modo de
echarles
el guante.
Algunos
son
«tironeros»
que
escapan
con
bolsos, o
carteristas.
Por
fortuna no
consiguen
llevarse
restos
arqueológicos».
Desde hace
casi
veinticinco
años, el
profesor
Patrizio
Pensabene,
de la
Universidad
de la
Sapienza,
coordina
las
excavaciones
del
Palatino.
En estos
momentos
están
excavando
equipos de
la
Universidad
de
Cambridge
y del
Instituto
Suizo.