La
construcción
fue
propaganda
política
del
emperador
Tiberio
Las
excavaciones
en el
Foro
Provincial
de Mérida
han
revelado
la
existencia
de un
templo de
diseño,
características
y
dimensiones
«similares»
al Templo
de La
Concordia
de Roma.
Los
expertos
aseguran
que su
fin fue
extender
la
propaganda
imperial
de Roma
al mismo
tiempo
que
rendir
culto a
la
persona
del
emperador
Tiberio.
Los
arqueólogos
dicen que
los
restos
hallados
son
únicos en
el mundo
y que
constituyen
una
«copia
exacta»
del de
Roma.
Las
campañas
arqueológicas
que está
realizando
el
Consejo
Superior
de
Investigaciones
Científicas
(CSIC) y
la
consejería
de
Cultura
en Mérida
han dado
unos
resultados
«espectaculares
y
excepcionales»
puesto
que,
entre
otras
cosas, se
han
encontrado
numerosos
materiales
escultóricos,
monedas,
inscripciones
imperiales
de la
época de
Claudio y
Diocleciano
y, sobre
todo, la
constatación
de que en
el Foro
Provincial
de la
antigua
Emerita
Augusta
contaba
con un
Templo de
la
Concordia
similar
en todos
sus
aspectos
al del
foro de
Roma.
Según
destacó
el
arqueólogo
del CSIC,
Pedro
Mateos,
estos
hallazgos
van a
permitir
conocer
la
historia
de la
ciudad,
antigua
capital
de la
Lusitania
romana,
en lo
referente
a sus
edificios
dado que
se ha
comprobado
que los
restos
encontrados
de un
templo
romano
son «una
copia
exacta»
del
Templo de
la
Concordia
del foro
de Roma,
con las
mismas
dimensiones
y formas,
siendo
así el
único que
se conoce
de todo
el mundo
y que
conserva
su
«podium»
y parte
de las
escalinatas.
Para
Mateos,
no sólo
se trata
de una
copia del
modelo
arquitectónico
romano,
sino que
también
demuestra
que Roma
intentó
exportar
a la
colonia
un modelo
social,
ideológico
y de
propaganda
imperial
a la
provincia
lusitana,
tan
alejada
de la
metrópoli.
Las
dimensiones
de esta
obra de
ingeniería
son
espectaculares,
ya que
cada una
de las
columnas
que
componían
el templo
tiene un
diámetro
de 1,5
metros,
por lo
que la
altura de
éstas
llegaba
hasta los
15
metros.
También
se han
hallado
diversos
materiales
escultóricos
del
templo,
como son
cornisas,
frisos,
etc., que
son
«excepcionales»,
según el
arqueólogo
del CSIC,
y además
permiten
conocer
la
fisonomía
del
pórtico
de toda
la plaza
romana
¬que
tenía un
tamaño de
cuatro
manzanas
de
casas¬, a
la vez de
permitir
la
reconstrucción
de cómo
podía ser
una de
sus
puertas
de
entrada,
el Arco
de
Trajano,
que sigue
en pie y
que en un
principio
se
consideraba
como un
arco de
homenaje.
Además
de estos
restos
escultóricos
que
decoraban
el
templo,
recubierto
de mármol
traído de
Portugal
e incluso
Carrara,
han
aparecido
fragmentos
de
epígrafes
importantes
de
emperadores
como
Claudio o
Diocleciano.
También
se ha
descubierto
un
«tesoro
de
monedas»
de oro
visigodas
(560-570
d.c.)
compuesto
por 20
«trientes»
de la
época de
Leovigildo
y que
estaban
ocultos
en un
escondrijo
bajo el
muro de
una
vivienda.
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